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El público y el pueblo en Almada

Volvemos a Almada (Portugal) para celebrar la 42ª edición de su festival de artes escénicas, del 4 al 18 de julio.

Nos encontramos con la exposición “Espectáculos de Honra. Escolhas do Público” (Espectáculos de Honor. Elecciones del público), que recorre los últimos treinta y siete años. Lo hace a través de los treinta y siete espectáculos seleccionados por el público, cada año, desde 1988 hasta la actualidad, exceptuando el 2020, por la pandemia.

La concepción plástica de esta exposición es del artista y escenógrafo José Manuel Castanheira y nos permite una visita con un ritmo óptimo. Los títulos de los espectáculos, sus fichas artísticas, algunas frases extraídas de críticas y unos fragmentos de vídeo en pantallas pequeñas, a la altura de la mirada, que concentran nuestra atención, integradas en dos paredes, segmentadas verticalmente por años, constituyen el canon popular desde finales del siglo pasado hasta 2025.

Además de esta especie de tradición de que el público vote, en el último día del festival, una pieza para que regrese en la edición siguiente como Espectáculo de Honra, abriendo este 42º Festival de Almada, también tuvimos una propuesta de teatro cómico y popular, que conjugaba diversión con compromiso político implícito, sin aleccionar. Me refiero a ‘Les Gros patinent bien – Cabaret de Carton’ (Los gordos patinan bien – Cabaret de cartón) de la Compagnie Le Fils du Grand Réseau (Francia), una creación de Pierre Guillois y Olivier Martin-Salvan, el 4 de julio en el Palco Grande de la Escola D. António da Costa.

Observando esto, después de varios años acompañando el Festival de Almada, y viendo la gran movilización popular que llena los aforos de todos los espectáculos, en los diferentes espacios de la ciudad, me hace pensar en que, desde Joaquim Benite, la Compañía de Teatro de Almada, el Teatro Municipal que regenta y el festival, junto a todas las asociaciones, sindicatos y liceos, han creado un público para las artes escénicas. Un público diverso e inclusivo en el que la clase trabajadora, de todos los sectores, incluyendo el primario y el secundario, participa del ritual del teatro, la danza, el circo.

Auditorios con aforos grandes y con una reacción favorable a propuestas que ponen el foco en asuntos controvertidos, como el rechazo a los migrantes, tal cual en el mencionado ‘Les Gros patinent bien – Cabaret de Carton’.

Esto me hace pensar en que Almada es una ciudad excepcional, en la que el público teatral es tan amplio que ha hecho de lo popular sinónimo de valores éticos y de gusto estético. De este modo, yo sí que podría confiar en la democracia. Una democracia constituida por un pueblo culto y sensible y, por tanto, emancipado. Un pueblo al que, como público de artes escénicas, le gusta juntarse en la ceremonia teatral para emocionarse, pensar y abrir la mente y que, por tanto, no va a poner en peligro, con su voto, los servicios públicos básicos (sanidad, educación, cultura) o los valores que nos hacen humanos.

Hay una relación muy interesante entre popular, pueblo, democracia y público teatral, por lo menos en Almada.

P.S. – Últimos artículos relacionados:

“Calidad y calidez. 41º Festival de Almada”. Publicado el 21 de julio de 2024.

“Cumpliendo 40 en Almada”. Publicado el 17 de julio de 2023.

“39 Festival de Almada, algunos medios y remedios”. Publicado el 18 de julio de 2022.

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