El Teatro Arriaga acoge ‘Rey Desnudo y Chico Muerto’, una obra sobre la homofobia y los delitos de odio
Interpretada por la Gazte Konpainia de Pabellón 6, se representa el 17 de marzo
El Teatro Arriaga de Bilbao acoge el viernes 17 de marzo (19:30 horas) una función de ‘Rey Desnudo y Chico Muerto‘, un proyecto teatral de la Gazte Konpainia de Pabellón 6. La obra, escrita y dirigida por Iñigo Cobo y estrenada el pasado año 2022, pone el foco en temas como la homofobia y los delitos de odio. Así, la Compañía Joven de Pabellón 6 sigue llevando a escena montajes que cuentan historias de marcado carácter social, sea reflejando el capitalismo voraz (‘Ubú, Rey de las Finanzas‘, en 2020) o el drama de la migración (‘Migraaaantes‘, en 2021). Lo hace, además, apostando por la profesionalización de equipos jóvenes.
Para este montaje, cinco son los intérpretes: Sara Barroeta, Jon Casamayor, Itxaso Gil, Josh Ortiz de Zárate y Arnatz Puertas. Este elenco interpreta ‘Rey Desnudo y Chico Muerto‘, una obra que sitúa la acción narrativa en Bilbao, concretamente en el Parque de Doña Casilda. Allí, en una noche de sábado de verano, se unen sexo y violencia, y en una mirada de odio se concentra toda la ira de todos los tiempos y se entierra una cadena infinita de hombres y mujeres sepultados en el anonimato de la historia.
“Hay una rueda que conecta a ciertas personas en la oscuridad. En la clandestinidad. En la masculinidad”. ‘Rey Desnudo y Chico Muerto‘ crea lazos entre personajes reales de la Historia y protagonistas ficticios del Bilbao contemporáneo con una mirada sin filtros, abierta y universal. Un emperador romano adolescente, un teniente en la Prusia del futuro Federico II, un joven en el Tokio de los años ochenta, un estudiante de instituto del centro de Bilbao… Todos ellos están conectados por la violencia y el sexo, el amor y la muerte, y sus vidas y sus respectivos finales se concentran en un vídeo viral de 58 segundos. ¿Qué es lo obsceno? ¿Qué es lo vulnerable?
‘Rey Desnudo y Chico Muerto‘, además de exponer la historia que se narra, apela también directamente al público en relación a lo que está viendo en escena, no en vano la obra cuestiona y nos invita a reflexionar sobre nuestro rol frente al odio y la violencia. Además, se dirige de alguna manera a un colectivo más concreto como es la actual juventud LGBTI, puesto que reivindica el legado de las generaciones que la preceden, con quienes la actual tiene una deuda histórica.
En algún lugar del planeta, el cuadro de un rey desnudo permanece oculto desde hace siglos. Tal vez ya haya sido carcomido por la humedad, destruido por el fuego. Tal vez hayan pintado sobre él capas y capas y capas. Tal vez, también, ese cuadro no llegase a existir jamás. “Seguramente, el hombre que pinta / que mata a otro hombre no pasará a la Historia, porque hay tantos criminales sin nombre como artistas anónimos, y tantos cuadros perdidos como asesinatos impunes”.
