Y no es coña

En los toboganes de la realidad

Escribo en un lunes que debería ser festivo y atrabiliario debido a la fecha del calendario, pues el número de la revista ARTEZ correspondiente a los meses de Noviembre/diciembre de 2022, debía estar ya en la imprenta. Una circunstancia sobrevenida, nos tiene con el aliento contraído. Esperemos todo se resuelva para que se establezca el equilibrio y nuestro compañero que ha estado en el dique seco se ponga al timón de nuevo.

Porque era un fin de semana muy agradable, presentación en el Salón del Libro Teatral de Madrid de varios libros, acompañado por tres de los autores, Nando Llera, Miguel Ribagorda y Borja Ruiz, que nos hicieron comprender que nuestra labor editorial está siendo una actividad de futuro, estructural para el universo de las artes escénicas iberoamericanas. Especialmente en el campo de la Teoría y la Práctica nuestro catálogo empieza a ser deslumbrante en cuanto a tener guías imperecederas. Estudios, investigaciones, conclusiones sobre la función del teatro y sus maneras de afrontarse y convertirse en arte. Mientras podamos seguiremos ampliando estas posibilidades de enriquecimiento colectivo.

De allí nos fuimos a una cita anual que nos produce otra sensación de utilidad, de formar parte de un proyecto de gran trayectoria y proyección. Me refiero al Premi Born de Teatre que organiza, el Cercle Artístic de Ciutadella de Menorca, una entidad privada que tiene en este premio que celebró este fin de semana su edición cuarenta y siete una de las ventanas a la realidad más cualificada, la de integración de la actividad asociativa, la de convocatoria de acciones positivas de carácter cultural y artístico y que en el Premi tiene una nómina de ganadores que resume de manera explícita una gran parte de estas cuatro décadas de literatura dramática en catalán y español. La metodología de este premio le dota de una seriedad grande y en las dependencias del Cercle existen una carpetas donde se guardan todos los originales presentados desde la primera edición. Un material de estudio e investigación de primer orden que no se sabe si alguna vez se podrá usar o se mantendrá dentro del secreto actual.

Una de las cláusulas de este Premi es la edición de l obra ganadora en los cuatro idiomas del Estado español. Asunto que lo engrandece y lo coloca en otra dimensión por encima de toda la verborrea ministerial. Se da la circunstancia de que “El principi d’Arkimedes” de Josep Maria Miró, Premi Born de 2011, tuvo montajes realizados en las cuatro lenguas. Un hito. Y para culminar la leyenda de este Premi, otra obra de Miró, “El cos més bonic que s’haurà trobat mai en aquest lloc”, el tercer Premi Born que recibía el autor en 2020, ha sido galardonada hace unas pocas semanas con el Premio Nacional de Literatura Dramática que concede el Ministerio de Cultura y Deportes del gobierno de España.

Con estas circunstancias envolventes acudimos a conocer el resultado de este año 2022 que, de entrada, tuvo un envío de originales más adecuado a una realidad contextualizada, ciento cuarenta y tres, frente a los más de cuatrocientos originales de la edición anterior que se vio afectada por los meses de confinamiento que provocó, al parecer, la necesidad de escribir de muchas autoras y autores. Esta cifra de cerca de ciento cincuenta es amplia, pero era sobre la que se iba moviendo el Premi antes de la pandemia.
La novedad es que la ganadora es una mujer, que recibe su tercer Premi Born con la obra “El gos” y se llama Lluïsa Cunillé, una dramaturga incuestionable, dueña de una escritura propia, de un mundo reconocible, y que de nuevo acudió con su actitud franciscana, sin hacer declaraciones, con su figura escueta y su mirada que abarca lo tangible y el más allá, para recoger su estatuilla, proclamar su agradecimiento y seguir trabajando incansablemente. Otra obra de Cunillé que publicaremos, en traducción al español de ella misma y al euskera de Aizpea Goenaga.

Pero para entender de una manera mejor la importancia de este Premi y su capacidad para generar círculos virtuosos, el Premi del año pasado, “El desmoronamiento de la ternura” de Luisma Soriano, fue representada en montaje dirigido por el propio autor, en la noche de la gala de proclamación del Premi de este año, lo que es una gran noticia. Un momento grande. Felicidades al autor y a las dos compañías murcianas que lo hicieron posible. Además, sirvió para que los editores presentes en la sala y algunos miembros del jurado, tuviéramos la oportunidad de comprobar la distancia o la cercanía existente entre un texto escrito y el mismo convertido en obra teatral, en vida escénica. Y discutimos y opinamos, a veces de manera ligera, porque todos, al leerla con detalle fuimos construyendo en nuestra cabeza un montaje posible. Y el que vimos era que hizo el propio autor, más sus colaboradores en la parte plástica, actrices actores y las circunstancias e imponderables. Es decir, el Teatro, cuando es Teatro y no solamente literatura dramática.

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