Foro fugaz

Escenas en acción

No pasó mucho tiempo cuando la realidad me presentó una réplica estimulante a mi elogio del dramaturgo: En París se presentó hasta este fin de semana la experiencia escénica ‘La Luz de un Lago’, del experimental grupo catalán, El Conde de Torrefiel, un espectáculo que prescinde de todo aspecto dramático, en especial del dramaturgo. La presentación fue en el Festival de Otoño de la capital y en el relumbrante teatro Odeón-Europa.

En esta experiencia teatral la acción escénica es la que marca las pautas del espectáculo, con una tecnología avanzada y omnipresente, visual y especialmente sonora. Hay un tema central en torno a esta experiencia, El Amor, según lo precisan los directores del grupo, Tanya Beyeler y Pablo Gisbert. Pero en este experimento dividido en cuatro ciudades (Manchester, Atenas, París y Venecia) el sonido se impone por encima de la imagen; se trata de que cada espectador tenga su propia experiencia y reconstruya la historia que haya recreado su cerebro. La composición sonora es poderosa, por encima de la visión. Mucho arte conceptual que en general ha dejado al público un poco perplejo, tal cual es la intención de sus creadores. Teatro posdramático, en el límite de la teatralidad, dentro del foro como tubo de ensayo.

Una experiencia extrema, como las de otros creadores europeos. La tesis es parecida: la potencia viene del espacio escénico. Quizá hay un tema (el amor en el caso de ‘Luz de un Lago’) en torno al cual, como en el jazz, se improvisa, pero el resultado se pretende que sea diferente en cada cita y en cada espectador. Así las presencias en el foro, actores, bailarines, músicos, cantantes, tramoyistas, comparsas… son fuerzas al servicio de una dinámica escénica fuera del texto. El teatro es acción.

ecuerdo otras experiencias extremas: la compañía italiana Societas Raffaelo Sanzio del director-creador Romeo Castelluci. Castellici llevó al extremo visual su recordada versión de la Divina Comedia, experiencia radical que no traducía el texto de Dante a la escena, más bien buscaba impactar visualmente al púbico con una antología de situaciones abismales. De hecho en ningún momento aparecía una referencia directa a la obra, sólo había el deseo de rescatar imágenes de caos que sacudieran el inconsciente colectivo. Y por supuesto que la parte más fuerte era El Infierno.

sí que en la actualidad sigue la experimentación más allá de un texto o de una raíz tradicional, aunque en estos experimentos desaparece el actor, la presencia humana en la escena es extravagante, insignificante, y va acompañada de una tendencia intrínseca al exceso y a la provocación.

París, noviembre de 2025

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