Incendiaria en combustión

Far West

La conquista del lejano oeste siempre ha tenido el encanto de las grandes odiseas. Ha sido siempre un periplo protagonizado por hombres y mujeres que partían hacia lo desconocido, que buscaban apropiarse de un lugar en el que comenzar de nuevo, que anhelaban recrearse o representar un nuevo papel diferente al que les había tocado jugar en algún otro lugar del Far East, el Far North o el Far South. Era el lejano oeste un lugar con indígenas que relegar, con buscadores de oro y generadores de oportunidades. ¿Pero qué pasa cuando una se encuentra en ese territorio desprovista de cualquier utopía y viendo únicamente cómo arriban los vaqueros?

Entre los andares estrambóticos de John Wayne y los duelos de saloon, los westerns eran una metáfora de la búsqueda humana que nos puede servir sirviendo de analogía para el día de hoy.

Hoy yo estoy «contenta» porque en estos tiempos de luto por la cultura, de recortes a siniestro y siniestro, de este tiempo en que los festivales siguen apretándose el cinturón y las instituciones siguen demorándose en el pago por sus servicios a las compañías, la provincia de Pontevedra cuenta con un nuevo festival en su territorio: el Festibaixas.

El Festibaixas (Festival Internacional de Rías Baixas de Música, Danza y Teatro) tendrá lugar del 1 al 23 de julio en los centros socioculturales de Novacaixagalicia de Vigo y Pontevedra. Por lo que he oído se ha dicho de él que es un «festival internacional de verdad, a la altura de Almagro o Mérida» -no como los que existen ya en Galicia y que llevan décadas acercando las artes escénicas y el amor por las artes escénicas a los ciudadanos de los lugares en los que se enmarcan-. Y es doblemente internacional porque quien lo organiza, Producciones Faraute –con el actor Sancho Gracia, el productor Celestino Aranda y el director de escena Miguel Narros a la cabeza- llegan de fuera de este «oeste». Y ya sabemos que por alguna regla de tres aún por denominar, la práctica nos dice que lo que viene de fuera siempre experimenta una mejor acogida que lo que tenemos ya en casa.

En estos tiempos que corren es una «alegría» que la Diputación de Pontevedra presente en bandeja de plata –junto a otras instituciones- este festival cuando tan poco ha apoyado las artes escénicas en la provincia. También es una «alegría» que se cuente tan poco con la producción de las compañías gallegas que tanto esfuerzo realizan para compartir su trabajo con el público –después de todo no podemos olvidar que la única producción teatral gallega entre los catorce espectáculos programados es «A ópera dos tres reás» del Centro Dramático Galego con Luís Tosar como protagonista, quien la convierte automáticamente en internacional. También es una alegría saber que compañías como La La La Human Steps pasarán por el sur de Galicia, así como una «alegría» es saber que será en este festival donde se producirá el estreno absoluto de «Versos Bandoleros y Canciones escondidas» que interpreta Sancho Gracia a las órdenes de Miguel Narros.

Independientemente del éxito de público de este Festibaixas que en este año se inicia, alegría real es para mí la de saber que en mi recuerdo seguirá intacto el recuerdo de espectáculos como aquella «Nuestra Señora de Las Nubes» de Malayerba Teatro que pude ver en la Mostra Internacional de Teatro Cómico y Festivo de Cangas do Morrazo; saber que tengo presente el serio trabajo de programación que se realiza desde la Muestra Internacional de Teatro de Rivadavia -donde además de apostar por creadores reconocidos internacionalmente, cada año se impulsa una nueva edición del «Premio Abrente de Textos Teatrais»-; saber que hemos tenido la oportunidad de acercarnos a las creaciones de Tolcachir, Veronese, Joao García Miguel, Angélica Lidell o el Odin Teatret gracias al trabajo de Sarabela Teatro con la organización del Festival Internacional de Teatro de Ourense; saber que hemos podido descubrir las últimas apuestas de la creación contemporánea durante la celebración de cada ALT de Vigo; saber que existen varias citas anuales con el humor y sus maestros gracias al Festiclown y al Festival Manicómicos de A Coruña; o saber que el XII Festival Internacional de Títeres de Redondela que arranca el 24 de mayo y que con cada una de sus ediciones transforma las calles de este municipio pontevedrés en una fiesta guiada por las marionetas y el teatro de objetos. Todos ellos son festivales internacionales, son de verdad y realizan una tarea encomiable entre el público que a ellos asiste.

¿Será que estamos tan al oeste que no conseguimos ver que aquí están las oportunidades? ¿O será ya que estamos demasiado expropiados y tenemos que buscarnos otro oeste? ¿Será mejor no tener dientes o comer migajas? Desde luego lo que no podemos negar es que es una «alegría» poder contar con un nuevo festival y ver como todo el sector de las artes escénicas puede asistir como público. Aquí, en el Far West.

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