Críticas de espectáculos

Gloria y peluca y El dúo de la Africana

Calidad y riqueza
Obras: Gloria y Peluca de F. A. Barbieri y El Dúo de la Africana. deMiguel Echegaray y M. Fernández Caballero
Director de Escena: Francisco Matilla
Director Musical: Carlos Cuesta
Intérpretes: Luis Álvarez, Milagros Martín, Alejandro Roy, Beatriz de Urbina y Trinidad Iglesias
Producción: Compañía Ópera Cómica de Madrid
Centro Cultural de la Villa
El Centro Cultural de la Villa y la Compañía Ópera Cómica de Madrid han hecho de la “Zarzuela Veraniega” un feliz descubrimiento.
Calidad, riesgo y belleza han formado una combinación perfecta en una programación novedosa y, tristemente, infrecuente.
Porque, si las entidades oficiales programan partituras conocidas, si rara vez, buscan en “El baúl de los recuerdos” una zarzuela pocas veces llevada a escena, qué vamos a exigir a una compañía privada, que asume sus gastos, sus riesgos y sus pérdidas. Este no es el caso de la Compañía Ópera Cómica de Madrid, tal vez, porque en su director, Francisco Matilla, encontramos a un artista; un profesional responsable, inteligente y enamorado de un arte al que respeta de forma absoluta; tal vez, porque en sus años de existencia ha ahondado en la zarzuela, en los 13.000 títulos registrados, buscando la belleza y ofrecer al público esas partituras desconocidas, olvidadas y preñadas de calidad; esas partituras que suponen un riesgo inexistente, pues el éxito cosechado este verano, sin ir más lejos, ha sido absoluto.
“Gloria y Peluca” y “El Dúo de la Africana” ha sido el primer programa ofrecido. La primera zarzuela, compuesta por Barbieri, casi un siglo sin llevarse a escena y con una riqueza musical y una exigencia en la interpretación extraordinaria, junto a una de las piezas más conocidas de Fernández Caballero.
Dos títulos en los que se conjugan calidad, buen gusto y dos estilos musicales muy distintos, fruto de dos épocas bien diferenciadas.
Es asombrosa la calidad que esta compañía busca en sus producciones; algo normal, por otra parte, algo lógico, algo indispensable. Respeto por un género que requiere un mínimo de gusto en los decorados, una orquesta en directo y unos intérpretes solventes que canten sin micrófonos (Hoy en día, aunque parezca raro, toda una novedad) La Compañía Ópera Cómica de Madrid constituye un ejemplo a seguir, porque tristemente, hoy en día es muy difícil encontrar calidad en los programas de una compañía privada; porque hoy en día nadie se arriesga, dispuesto a perder, a favor de la dignidad que ofrece el trabajo excelentemente hecho; porque hoy en día, es difícil encontrar sobre un escenario una zarzuela con la delicadeza musical, lírica e interpretativa que ofrecen las compuestas en el siglo XVIII (¡¡Tan difícil es encontrar sus partituras…!!)
… Y finalmente, porque hoy en día se apuesta por lo fácil, y no se sabe o no se quiere abrir el libro de la belleza envuelta en el más difícil todavía.
No hemos de olvidar el magnífico trabajo desarrollado por los intérpretes de esta compañía: Luis Álvarez (Actor y cantante sensacional), Milagros Martín (La Gran Diva de la zarzuela), Alejandro Roy (Joven y prometedor tenor) y la experimentada actriz, Trinidad Iglesias.
Interpretaciones apoyadas en un coro soberbio que nos ha hecho sentir en más de una ocasión que nos encontrábamos ante una ópera; tal era la calidad y riqueza lírica de su actuación, en un verano, donde la zarzuela ha sido uno de sus protagonistas… Y en este caso, con total justificación.

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