Incendiaria en combustión

Hablar en la oscuridad

La alumna desconocía la figura de Peter Brook pero al finalizar su primer día de curso apuntó: el teatro es como un espacio vacío donde no hay donde esconder la timidez. Es como quedarse a oscuras. Porque cuando las luces se apagan, una deja de ver todo lo que tiene y se queda solo con lo que sabe que es. Se ve con total claridad. Tal vez por eso, cuando las luces se apagan y nos quedamos a oscuras, es difícil continuar con la conversación. Tal vez, porque al quedarse a oscuras, una descubre su innata soledad y la cantidad de posibilidades que le había ocultado su timidez. Descubre su riqueza.

En la tesis «Emancipación y práctica teatral» en la que Françoise Blanc analiza la experiencia vivida con un grupo de teatro a partir del enfoque de lo «no productivo» dentro del marco de la economía social, la autora recuerda los diferentes conceptos tipos de riqueza. «¿Qué es la riqueza?», pregunta. Para unos, acumulación. Para otros, el buen uso de los bienes materiales. De esta forma, la persona más rica puede ser la que sabe vivir en cierta pobreza material limitando sus necesidades. Así descubrimos que dormimos en una sociedad sumida en la máxima pobreza, una sociedad que ha ido pasando de la utilidad objetiva de las cosas a un deseo incesante de objetos. Tal vez poco a poco tengamos la suerte de despertar. O tal vez solo acabemos cambiando de postura.

Entre la oscuridad y la timidez, la alumna va reconociendo y alzando su voz. ¿Qué adquiere el ser humano practicando la actividad teatral? Riqueza, no como la obtención de posesiones tangibles sino riqueza como la adquisición de capacidades para su desarrollo social, creativo y cultural. Tal vez, lo que se adquiere sea también una forma de aprender a actuar en el sentido arendtiano: actuar como tomar una iniciativa (comenzar, conducir y finalmente, gobernar), poner algo en movimiento. Si aprendemos esto, es posible que no solo consigamos reaccionar cuando las cosas nos exploten en plena cara o cuando nos obligue ese medidor de lo rentable llamado dinero y que tanto veneramos. Pero lo difícil no es tener buenas intenciones, lo difícil es ejecutarlas.

Entonces, acción como entendimiento y posibilidad de comunicarse. Acción con la otra y el otro como objetivos frente a la producción de un «algo». Acción como posibilidad de hablar en la oscuridad en la que pretenden sumirnos como si oscuridad fuese sinónimo de silencio. Afortunadamente, «menos mal que tenemos oscuridad mientras no tengamos luz», escribió el poeta. «No sabremos vivir mientras no aprendamos a vivir en la oscuridad». Y como en la oscuridad, en el teatro lo evidente se vuelve incierto y el ser humano se lanza a la búsqueda de lo inesperado. Y ahí persevera, en medio de su timidez y de toda su oscura riqueza.

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