Ivan Benet fusiona danza, teatro y música en ‘Una mena d’Alaska’ de Harold Pinter

Podrá verse del 7 de mayo al 1 de junio en el Espai Lliure (Montjuïc)
El Teatre Lliure de Barcelona estrena Una mena d’Alaska, una pieza de Harold Pinter dirigida por Ivan Benet que cuenta la historia de una mujer que vuelve en sí tras estar dormida veintinueve años. Protagonizada por Mireia Aixalà, Carles Martínez, Aida Oset y el bailarín Andrés Corchero, el montaje fusiona teatro, danza y música, y podrá verse del 7 de mayo al 1 de junio en el Espai Lliure de Montjuïc.
La obra está inspirada en uno de los casos clínicos recogidos en el libro Awakenings del neurólogo Oliver Sacks, en que cuenta el caso de una mujer que quedó dormida a causa de una afectación neuronal llamada encefalitis letárgica y despertó, años más tarde, gracias a la administración del medicamento L-Dopa.
A propuesta de Sacks, Pinter escribió una pieza breve y Benet la ha llevado a escena fascinado por los misterios de la mente y con la convicción que el teatro y la medicina se complementan maravillosamente.
Fue leyendo la obra que Benet vio que el movimiento era uno de los temas centrales de la pieza, junto a la memoria, el tiempo y la percepción. Las personas con encefalitis letárgica sufrían de una carencia de dopamina y el cerebro les anulaba la orden del movimiento. «No estaban muertos, ni en coma, ni dormidos; necesitaban imaginar para sobrevivir y se imaginaban que bailaban en lugares muy estrechos», cuenta el director.
Para unir teatro y movimiento, Benet invitó al coreógrafo y bailarín Andrés Corchero –gran admirador de Sacks– a participar del proyecto e impregnarlo de movimiento. «Hemos tenido que construir mi personaje y lo hemos hecho sobre una alma, que es el alma de ella pero también una ave que vuela en medio de este mundo», cuenta Corchero. «Hemos intentado que el mundo de Oliver Sacks, la combinación con Pinter y la parte sensorial que tenía esta mujer dormida, nos llegue sensitivamente», añade Benet.
Mireia Aixalà interpreta a Deborah, la chica que se durmió con 16 años y se despertó como mujer con casi 50 años. «Es una capa de lo que puede pasarnos a todos: ¿han pasado 30 años y que me ha pasado?», se plantea. Carles Martínez es el doctor que ha realizado el seguimiento de la paciente durante todos estos años y le administra el medicamento para que se despierte. «Es una persona que viene de un mundo racional y tangible que entra en un mundo desconocido», cuenta. Y Aida Oset interpreta a la hermana de Deborah, la persona que la ha estado cuidando mientras ella estaba ausente. «¿Qué pasa con las personas que cuidan y con todos los sacrificios que tienen que hacer y que nadie los devuelve?», se pregunta.
Oset ha realizado también la música original del espectáculo, que se complementa con el espacio sonoro de Damien Bazin. En una primera capa cuenta con un piano y voz en directo que interpreta Oset y que aparece a la obra de manera orgánica. En una segunda capa, se reproducen los sonidos del cerebro de Deborah, con una sonoridad más sugerente y electrónica.
La obra, traducida por Cristina Genebat, cuenta también con la escenografía de Silvia Delagneau, el vestuario de Maria Armengol, la caracterización de Núria Llunell, la iluminación de Jaume Ventura y el video de Anna Oset.
Para Benet, Una mena d’Alaska es una pieza que genera misterio y que cada espectador acabará de completar de una manera emocional. «Hemos intentado desintelectualizar Pinter, lo hemos puesto en el escenario y lo hemos querido ampliar con el mundo de Andrés Corchero», concluye.