Puente de Brooklyn

La última llamada

No viajar en coche. No decidir de forma indecisa viajar hacia el otro lado, hacia el Oeste. No comprar un coche. No cruzar los Estados Unidos de América con ese coche…

Eso, versus: quedarse en la ciudad de las personas solas. Un infinito número de seres humanos en este inmenso espacio vital que se puede hacer muy pequeño y reducirse hasta lo más diminuto y concentrado del universo: tú mismo.

Y con tu «yo», tus objetivos, tus deseos, tus ganas, tus aspiraciones…

¿Dónde está el punto de inflexión entre la comodidad y el riesgo? ¿Cuáles son los factores claves para decidir entre «me quedo» o «me voy»?

Da como miedo pensar que cada pequeña decisión nos lleva a la siguiente estación, estado o situación. O que cada tren que no cogemos no nos lleva a otro destino y por lo tanto hay algo que nos perdemos.

Como entre coger el metro línea «L» o coger la línea «J». Ambas líneas te pueden llevar a la misma zona, incluso confluyen en un momento dado en la misma estación…

Pero cada línea hace un recorrido diferente en trenes diferentes, con diferentes personas en diferentes vagones…Y cada persona te aporta su propia visión de ver el mundo… y la posibilidad de aprender algo nuevo y aprovechar eso para impulsar tu jornada, tu misión…

Siempre me he considerado aventurero y viajero y desde hacía unos meses sentía la necesidad de un cambio. Por eso lo de mudarme una temporada a la costa oeste, concretamente a la ciudad de Los Ángeles; por tener la experiencia vital…

Sin nada cerrado a nivel logístico han surgido en las pasadas semanas algunos proyectos que me han hecho replantearme la posibilidad de dejar NYC por ahora.

Desde hace dos semanas me veo embarcado como actor en «The last call» (La última llamada), un espectáculo de micro teatro inspirado en «The human voice» (La voz humana), de Jean Cocteau.

Lo estrenamos a mediados de Noviembre en el pequeño y mítico teatro «Dixon Place», en el downtown, la zona baja de Manhattan.

Este lugar lleva abierto desde hace casi 30 años y es popularmente conocido como uno de los espacios Off-Off Broadway para presentar works in progress y propuestas experimentales.

Rafael Abolafia me propuso trabajar en esta pieza hace unos meses en la escuela HB Studio como trabajo de final de curso, pero por fechas y otras complicaciones no pudo contar conmigo como actor.

Desde entonces me ha estado picando el gusanillo de esta obra, del proyecto y su esencia.

En palabras del propio Cocteau, este personaje es una víctima del amor…

Una llamada de teléfono, probablemente la última, entre una pareja que ha estado unida durante 5 años; la ruptura, el dolor, la desesperación, la paciencia y la impaciencia, el miedo, la espera, la auto-destrucción, la mentira…todo condensado en una voz que se expresa en la distancia.

Como actor, un monólogo y un gran reto por las grandes diferencias personales con el personaje; como creador, todo un universo interior que inventar.

El texto original se presenta en el París de los años 30 para un personaje femenino, una mujer de unos 50 años. Pero nosotros nos lanzamos a adaptar el texto para un personaje masculino con algo mas de 30, en el año 2014 en la ciudad de Nueva York.

Nos toca seguir creando, seguir en Brooklyn, seguir creciendo, seguir haciendo teatro…

«The last call», dedicado a las personas solas de Nueva York.

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