Críticas de espectáculos

La verdad sobre el teatro actual en España

Un niño, en estado de bienestar, chupa un algodón dulce de feria, a su lado hay festivales, estamos en abril y ha entrado la primavera, y en seguida el verano, algo está ardiendo, son las hogueras de San Juan, las fallas de Valencia, Robespierre, guillotinando las tablas, mujeres bellas que despiertan en los festivales, Hemingway, eso Hemingway y las corridas de toros, «Pan y Toros», del maestro Barbieri, tenemos que ir a los toros para ver a Ava Gardner junto a Heminway, hay que recorrer los tortuosos caminos de Hemingway, pero sin llegar al instante en que se disparó un tiro en la sien, no sería políticamente correcto, Larra, en la boca, si has estado a mi lado tantos años de criado, ha sido porque nunca me has preguntado nada, vas a hacerlo ahora, bah, cosas de Casona, el niño lamerucea ahora un pirulí, qué viejo está el niño despues de inventarse el chu-chups, es el estado de gracia, el estado del bienestar, es el estado ingrávido de la mujer cuando está a punto de dar a luz un niño, el teatro va bien, el teatro goza de buena salud, últimamente hubo una dura polémica entre autores, directores y cronistas de prensa, no se sabe si éste dijo, o el otro contestó, si es más importante el autor, que el director, si hay autores o sólo directores en España o cronistas de prensa, abril es el mes de las mujeres buenas, en estado de buena esperanza, escribir, escribir, levantar premios, eso es, levantar premios, hay un amigo que vive de ir a los cócteles, se dan tantos en Madrid, como el señor es ubicuo, puede ir a dos o tres a la vez, no para engordar, ni para llorar, que eso, no es de buen tono, políticamente incorrecto, menos en primavera, el tiempo de las mujeres buenas, agrupémonos todos, en la lucha final, vaya con el acento, agrupemonos, yo miro, que eso es el teatro, según los griegos o quizás fueron los egipcios, el toro, la fuerza, eso sí es egiptología, yo miro, es de los griegos, pero adónde, si no veo, el niño la ha emprendido con mas chuches en el festival y, después, se ha ido al paraiso del dinero negro a leerles una obra dramatizada, porque en el colegio sólo dan teatro, y una vez al mes, les dejan coger un balón, porque eso no es deportivo y el teatro sí, Hemingway arrastrando su bohemia dorada por los rincones de un Madrid antiguo y sin obras urbanas agrupémonos todos antes del tiro en la sien, hay que ser políticamente correctos, cuando el faraón manda, y los griegos dando higos a cambio de tragedias, y las tragedias a cambio de higos, aquello eran premios, o una cabra, para Aristóteles, se le premió con una cabra, y de ahí salió el cabrito y después el cabrón que, en forma alguna es políticamente correcto, el niño se hizo viejo y prefiere la operación, triunfe o no, el ojo del huracán de la tele, que eso significa mirar, y no el teatro, el niño prefiere la geometría a los san fermines, el esférico le incita a pegarse patadas contra él mismo, el corazón se lo dan en las manos y se lo pintan en la el alma de las camisetas, el balón, ya no quiere el cinturón de plata, el balón ha sustituido al caramelo, al algodón dulce con palito, al rosa por el limón, Afganistán, Afganistán, quién te compondrá una oda, un cortina de humo recorre nuestros teatros, pero no hay víctimas, al menos, el niño, convertido en viejo se muestra satisfecho y feliz, porque solo ha sido el humo, no hay víctimas, una falsa alarma, ninguno ha ardido, a Dios gracias, los dioses paganos les han perdonado, palabras, palabras, palabras…

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