Las voces graves del Orfeón Donostiarra interpretarán el día 4 de noviembre la Sinfonía nº 13 de Shostakovich junto a la Orquesta Nacional del Capitolio de Toulouse y bajo la dirección de Pinchas Steinberg. El concierto tendrá lugar en el Auditorio Halle aux Grains de la ciudad de Toulouse, un antiguo mercado acondicionado como sala de conciertos muy familiar para el coro, ya que ha actuado en él en numerosas ocasiones. La Orquesta Nacional del Capitolio y el Orfeón están vinculados desde hace dos décadas gracias a su exdirector titular Michel Plasson, que dejó el cargo el año pasado. Con él interpretaron muchos conciertos y grabaron doce discos. Dos de ellos fueron grandes éxitos internacionales: por el Réquiem de Duruflé (2000) y Oedipe (1990), coro y orquesta obtuvieron el Diapasón de Oro, el premio que la prestigiosa revista francesa Diapasón otorga a las mejores grabaciones de música clásica.
El maestro israelí Pinchas Steinberg ocupa desde 2002 el cargo de director artístico y musical de la Orquesta de la Suisse Romande de Ginebra. Desde su debut en 1974 ha sido invitado a dirigir orquestas tan prestigiosas como la Sinfónica de Londres, las Filarmónicas de Berlín, Munich, Israel y Oslo, la Nacional de Francia o la Nacional de Santa Cecilia de Roma.
La Sinfonía nº 13 de Shostakovich, que el coro de voces masculinas del Orfeón cantará por primera vez, servirá para retomar la relación con la orquesta gala, con la que no se cantaba desde el Festival de Granada de 2003.
Esta sinfonía, compuesta en 1962 para bajo solista, coro masculino y gran orquesta, denominada «Babyi Yar», debe su nombre a un tétrico lugar de las afueras de Kiev en el que fueron asesinados más de 100.000 judíos a manos de los nazis. Basada en textos del poeta socialmente comprometido Yevgeny Yevtushenko, se convirtió en un monumento sinfónico contra el antisemitismo y no sólo el de ideología nazi sino también el estalinista. Las autoridades soviéticas vieron la obra con recelo y la consideraron subversiva. En los cinco movimientos en que está dividida, Shostakovich denunció diferentes aspectos del estado de vida soviético. El tercero describe la fatalidad de ser mujer en la Unión Soviética y el último ve con sarcasmo a los burócratas que mantienen el sistema en pie.
