Zona de mutación

Lenguajes inventados

No hay color sino en plural y no hay significación sino en plural, dice Nancy. Pese a esto, los sistemas de atención, de focalización conscientes, parecen afanarse en fijar un solo matiz como valedero. Esto deja claro que hay formas conductuales de lograr el preciado único perfil de la verdad, que en tanto tal, termina valiendo de manera extra por ser precisamente eso, ‘único’. Pero, la famosa multiplicidad debe encontrarse a posteriori de un sinfín de determinaciones. Una linda terapia por la lengua. Es una forma de decir, un desafío para creadores. El hombre dispone de capacidades para inventar el sesgo puntual de un lenguaje, hasta el punto sembrar la certeza que no hay una forma de decir, si no muchas. Y la multiplicidad de factores que intervienen, condicionan que esa solución será finalmente plurívoca. Una manera probabilística de fijar un sentido posible, sin duda habilita el nivel de ‘accidente’ y relatividad que un sentido adquiere en un momento dado. Un artista sale a buscar las lenguas. Tantas que hasta se pregunta si se trata de un problema de lengua. Poner disponibilidad a tal multiplicidad es poner una apertura. Un abandono de lo preconcebido. Un abandono a lo que es. En medio de esa tormenta de estímulos, optamos y suiponemos que no sólo hay una personalidad en el optar, sino un cariz valorable en la manera de hacerlo. Y ya creemos que es para recomendar, ya creemos que es válido para otro. Aún creemos y queremos comandar los márgenes de posibilidad de esta o aquella solución. En lo múltiple, lo que vale para una circunstancia ‘muere’ para la siguiente. Hay que incorporar dicha variable. De cada decisión aleatoria, millones de otras se convierten en una osamenta experiencial que volverá a activarse en la próxima encrucijada de caminos. Pero es un ritmo inconsúltil, que no reclama intervenciones racionales. Las acciones en un punto, arrastran de manera implícita el componente intelectivo si se quiere natural a cierto rango de osadías, a cierto nivel decisional. El alto arte de evitar la superficie de separación entre cuerpo y razón, la sutura donde se acumulan los lastres. La creación como arte de crear diversidad. Arte de divergir. Pero hay valores rectores, admonitores de lo único. Las lenguas del instante que no se volverán a hablar no son una no-lengua, son el resto indicial de un método. Un testimonio que denota la capacidad de un re-encuentro. Ejercer los poderes de esa capacidad, requiere una actitud de vida. Un don para vivir el multiverso y hacerse cargo de múltiple capaz de expresarlo. Es una connotación estética del vivir. Pera para potenciar la multiformas que puede asumir lo específico de cada caso. La navegación por esas singularidades, es lo que denota una cualidad antropológica distinta. No una nueva oportunidad para renovadas obtusidades, para nuevos anclajes, sino la certeza de una nueva asimilación de lo físico. Como decir, los hechos antes que los fines. O armar los fines sobre la superficie de los hechos. Pero esto quiere decir primero la erótica antes que la fábula. Las nuevas dramaturgias dan cuenta de esto, así como los nuevos acrisolamientos directoriales.

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