Sud Aca Opina

Liberqué, Igualiquién, Fraternicuándo

Vi este grafiti por ahí y encontré como a veces la deformación del lenguaje si tiene un sentido más allá de lo puramente académico y de como la sabiduría popular suele dar cuenta de verdades que, a pesar de ser evidentes, no somos capaces de asumirlas.

Hoy en día se ha tomado como normal eso de que demasiadas personas estén prisioneras de sus tarjetas de crédito y se desvivan trabajando por financiar lo que malamente estamos llamando vida. ¿De que libertad me hablan si los antiguos grilletes de metal ahora han sido reemplazados por ese plastiquito rectangular?

Aunque demasiadas personas puedan estar en mi contra, esto de la moda verbal del “inclusivismo” donde se reemplazan letras para teóricamente incluir a las minorías, se están transformando en la dictadura de las minorías sexuales, sin incluir necesariamente con esto a personas con capacidades diferentes como ciegos, sordos o personas en sillas de ruedas. Más que las palabras se necesitan gestos de inclusión y no la aparición de x o arrobas por doquier. Desniveles salvados con rampas, cruces con sonidos para dar el paso, texturas en los pavimentos, espacios adecuados para sillas de ruedas, indicaciones en braille… eso si es una inclusión efectiva.

De la fraternidad, ni hablar, cuando el país promotor de esta trilogía de libertad, igualdad y fraternidad, tienen una de las industrias armamentistas mas grandes del mundo y hasta donde sé, las armas no sirven para construir lazos, sino para destruir a otros seres humanos.

Las palabras bonitas pueden ser el inicio de una realidad deseable, pero lamentablemente, estamos saturados de cantos de sirenas que lo único que hacen, es llevarnos a mares profundos donde nos ahogamos lentamente.
Fraternalmente me gustaría tener la libertad de ser igual a quien yo quiera y no ser condenado por no regirme al discurso oficial de comportamiento.
Desde siempre el mundo ha pasado por periodos de crisis extrema. Muchas veces los autodenominados como poseedores de la sabiduría suprema han predicho el fin del mundo, y a pesar de todo, seguimos aquí, al menos hasta la próxima predicción, por supuesto muy bien fundada.

Somos resilientes por naturaleza, teniendo la capacidad de levantarnos una y otra vez, hasta de la peor de las caídas.

Nuestros abuelos de seguro pasaron por crisis, nuestros padres también, nosotros por supuesto y de seguro nuestros hijos también pasaran por lo suyo.
Lo importante no es tapar el sol con un dedo, sino afrontar las dificultades para solucionarlas en la medida de lo posible, nunca haciéndole daño a otros.
Solo es posible cosechar aquello que se ha sembrado, por eso, quien siembra vientos solo cosechará tempestades y muy por el contrario, quien entregue amor incondicional, solo podrá recibir amor. Al igual que en el campo, los resultados nunca son inmediatos porque la naturaleza tiene sus propios tiempos para actuar, muy diferentes a los tiempos del hombre.

Espero sinceramente que en el próximo grafiti que vea, esté escrito libersiempre, igualtodos y fraterniahora.

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