Escritorios y escenarios

Lo raro de algunos artistas

Es raro pensar que hay artistas que no escriben, dirigen, pintan, esculpen, tocan o componen para ser parte de la élite del arte. Es raro pensarlo, pero pasa. Y mucho más de lo que uno cree. No todos los artistas quieren estar ahí… y más bien prefieren trabajar desde las márgenes y con los pies sobre la tierra. Y, cuando digo que lo prefieren, quiero decir, que hay una decisión consciente sobre el lugar que quieren ocupar y sobre su lugar de enunciación.

Uno podría pensar que el asunto tiene que ver con una falta de suerte, de estrategia para llegar al escenario, a la vitrina anhelada del reconocimiento. Y, seguramente, no faltarán artistas a los que les haya pasado eso. Porque eso también pasa. Pero hoy no piensos en ellos. Pienso en el caso de los que optaron por hacer del arte y vivir del arte por fuera de la idea exitosa del artista.

Son muchos más de los que uno cree. ¿Por qué no hablamos de ellos?

Estos artistas también poseen las técnicas y los medios para lanzarse a la fama. Pero, realmente, son cuidadosos, precavidos, tercos, desobedientes. Porque no quieren instalarse en ese lugar. Prefieren el anonimato, el reconocimiento del artesano, del hacedor, el contacto directo con el grupo de gente del que hacen parte y al que quieren llegar.

Una personas que amé, y que hacía parte de ese grupo, decía que lo importante de ser artista no era la conquista de la fama. Sino que su trascendencia, la del artista y la de su obra, era el haber dado testimonio, a través de la poesía, sobre unas experiencias singulares que quedaban vinculadas a un momento histórico. Y que por eso era casi un deber moral, dejar obra. Porque esa obra sería otro eslabón más, en ese enorme tejido de la cultura, y dejaría consignados los sentires, las imágenes y las inquietudes de alguien que ya habría pasado por aquí y que había experimentado la vida desde unas particularidades únicas, irrepetibles.

Cuando digo que es raro pensar que hay artistas que no son ese tipo de artista, es decir, que no concuerdan con esa categoría masificada de lo que un artista debería ser, lo que estoy diciendo, es que existen otros tipos de artistas que también vale la pena conocer. Y que a lo mejor uno no los encuentra en los museos o en los festivales o en los concursos, sino que están entre nosotros, sentados sobre una butaca, frente a una mesa componiendo su arte y sus versos, así sin más.

Manuela Vera Guerrero

Domingo 12 de octubre del 2025

Bogotá, Colombia.

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