Rebel delirium

Miau

Caldes de Montbuí, sábado 17 de septiembre. A las seis de la tarde empieza el ensayo de la compañía El Galliner en el Passeig de la Riera, uno de los espacios que ha habilitado la organización del Festival MIAU 2011 (Mostra Internacional d’Art Urbà). Actuarán por la noche, hay algunos nervios pero sobre todo mucha ilusión para que todo salga bien. Un perro encerrado en una casa cercana ladra, como si les diera la bienvenida, aunque lo hace de una forma algo inquietante. ¿También lo hará durante el espectáculo? Algunos teenagers pasan por allí y aseguran, a su manera, que no se lo van a perder, que por la noche vendrán a ver el espectáculo… Por el momento, la riera y sus alrededores, les parecen mucho más atractivos, lugares de confesiones y charlas entre calada y calada. Mientras tanto, las chicas de la compañía de danza negocian con el complejo termal que hay arriba para que les tire literalmente un cable y de esta forma poder enchufar un par de focos que les han dejado las compañeras que trabajan en el museo del pueblo. Así es el MIAU, un festival muy familiar y de pequeño formato en el que todo el mundo colabora en lo que puede.

Caldes de Montbuí es una ciudad termal. De sus numerosas fuentes naturales brota el agua a 60 y 70 grados. El pueblo está lleno de lavaderos públicos de aguas calientes, algunos de los cuales se llenan y vacían diariamente. Los vecinos afirman que en ningún otro sitio la colada queda más limpia que aquí. Desde hace cuatro años que esta Muestra de arte urbano se celebra en estos espacios, excelentes escenarios para disfrutar de espectáculos de danza, de poesía y de vídeo-arte. Este año han destacado dos propuestas de danza. La primera, la joven compañía El Galliner, que debutaron como colectivo el año pasado en esta misma Muestra y que este año presentaron la pieza «60% aigua». Se trata de una compañía 4×4 que parece especializarse en esto de bailar fuera del habitual linóleo. Ellas danzan en lavaderos, en suelos adoquinados y hasta en refugios antiaéreos, como hicieron unos meses atrás en la colina del Turó de la Rovira que alberga las antiguas defensas de la resistencia antifranquista de Barcelona. Saber transportar al espectador a otra realidad durante media hora en un marco no teatral y más bien hostil no es nada fácil. Los acordes de la guitarra y el saxo ayudaron mucho a ello. Por otra parte, en el lavadero de la Portalera (el mejor escenario) pudimos ver un interesantísimo diálogo escénico entre la bailarina Anna Rubirola y el percusionista Oriol Roca, una auténtica delicia. No pudimos ver el coro que cantó dentro de otro lavadero pero nos cuentan que fue excelente.

Los pueblos y las ciudades pequeñas parecen ideales para albergar festivales dedicados al site-specific. Muy a menudo la producción de este tipo de espectáculos requiere llamar a multitud de puertas. En los site-specific los problemas no te los soluciona el teatro (básicamente porque el espectáculo no se hace allí), sino hay que negociar con distintas instituciones o agentes, pactar los horarios con la Guardia Urbana, hablar con los de urbanismo, colaborar con los vecinos del barrio, etc. En las ciudades, este proceso puede resultar un sin vivir de papeleo para arriba y para abajo. En Caldes, en los pueblos, aparentemente, todo esto resulta más fácil.

Caldes de Montbuí (MIAU), Olot (Panorama), Pontós (Mapa) son tres municipios que organizan festivales y muestras de este género teatral. De forma más o menos profesional en función de sus posibilidades, los tres comparten algo esencial. No inventan nada, sino que más bien saben aprovechar a la perfección todo lo que tienen, que es muchísimo y de gran valor: el paisaje, el conocimiento del entorno, la relación con los vecinos… Esa simplicidad y honestidad les singulariza y les hace grandes. Aun así, a veces esa sencillez y familiaridad cuesta que se vea reflejada en la descripción y en la comunicación de sus mensajes. En sus programas de mano y notas de prensa a menudo abundan textos crípticos o de difícil comprensión. Creo que esto no ayuda para nada a la formación de públicos de este tipo de espectáculos, ya por si mismos difíciles de promover y de explicar al gran público a causa de su novedad y riesgo.

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