Escritorios y escenarios

Opacidad y brillo del lenguaje

Siempre me ha fascinado esa capacidad del ser humano de pensar, de interrogarse acerca de sí mismo y de aquello que lo rodea. Siempre queriendo darle sentido a todo, y haciéndolo en la mayoría de los casos, aunque a veces pierda de vista que, si el sinsentido no ocupara tanto espacio, no pasaríamos tanto tiempo intentado colorearlo con capas y capas de sentido. A veces es un sentido de tono opaco y mate, quizás porque no coloreamos de forma consciente, o los acontecimientos vividos nos superan. Y a veces, se trata de un sentido con más brillo y transparencia, por elaborarlo con más atención.

En eso los humanos primitivos y nosotros, nos parecemos. Ellos desarrollaron respuestas a muchas de sus inquietudes en los relatos míticos. Y una de las preguntas más importantes fue visitada por todas, o casi todas, las culturas primitivas: ¿cómo fue el origen del mundo? ¿Cómo fue el origen de todo esto? Pregunta que incluso el campo de la física ha respondido con la teoría del Big bang. Y subrayo teoría, porque, aunque los cálculos y las leyes expresen que es posible, lo cierto es que, hasta el momento, no hay manera de corroborarlo.

Por otro lado, me causa una profunda impresión darme cuenta de que no alcanzo a imaginar cómo serían posibles estás respuestas, estos relatos, si no se hubiera desarrollado el lenguaje. El mismo lenguaje que a veces se queda corto y que no es capaz de abarcar todas nuestras experiencias, porque no encuentra las palabras, porque es incapaz de enunciar lo acontecido. Sin embargo, hay que recordar que nuestra existencia empieza sin lenguaje, no solo como sociedades y culturas, sino como individuos en desarrollo, como infantes.

Nuestra inteligencia no es completamente verbal, lingüística, literaria. Tenemos más niveles de complejidad. Pero el lenguaje, tan articulado con el pensamiento, y sobre todo con el pensamiento crítico, es una herramienta que, pese a que no lo abarca todo, también nos procura tridimensionalidad.

Y aunque soy capaz de sostener la idea de que no todo en la vida pasa por el lenguaje y por el pensamiento racional y crítico, ahora que nuestra existencia en el mundo está dando tantos giros, me pregunto, cuánto y cómo habrá que luchar, cuán difícil será que el pensamiento crítico no entre a formar parte de lo extinto.

Domingo 9 de febrero del 2025
Bogotá, Colombia.


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