Escritorios y escenarios

Otras formas de ser

Cada cierto tiempo hay desorden en mis lecturas. O más bien algo que podría interpretarse como tal, puesto que empiezo a leer cuatro o cinco libros durante la misma semana sin haber terminado ni a los unos, ni a los otros. Realmente no sé si es desorden, pero entiendo que se pueda percibir como eso.  Y es que un autor, me remite a otro. O una conversación y hasta un recuerdo me dirigen a un nuevo libro. Así que estoy navegando entre páginas de editoriales y temas heterogéneos. Y esto me emociona, pero al mismo tiempo me genera cierta ansiedad. Porque hay muchos textos por leer y poco tiempo para leerlos todos. 

Entre los acápites que leo siempre habrá algunos dedicados al teatro. Lo llamativo es que hasta los que no son propiamente “teatrales” me remiten al teatro. Y otro síntoma “grave” que he ido notando en mi, es que incluso cuando indago respecto a algún otro arte, por decir algo sobre la música, o las artes plásticas, termino haciendo una transversal que me desliza hasta el teatro. 

Si leo sobre arte y filosofía y el autor propone en sus párrafos que “el lenguaje” no es inocente porque siempre incluye una valoración, yo me resbalo hacia, ya sabemos donde, sí, el teatro, y me comento, porque sí, suelo conversar conmigo sobre todos los temas que me generan inquietud, gozo o indignación, y le señalo a mi otra yo que eso habría que indagarlo en la dramaturgia hasta convertirlo en una herramienta de creación. 

Y cuando en ese mismo libro se propone que las “sociedades sin arte son el producto de la destrucción de la vida social”, me incomodo sobremanera. Y es que durante el último mes me convertí en caminante, es decir, me desplazo por la ciudad a pie. Y he recorrido muchos ángulos de la zona que habito absolutamente extrañada por la escasez de centros culturales y artísticos, espacios necesarios para desenvolverse en otros roles. Lo que sí va en aumento son los restaurantes y, en general, el comercio, pero los espacios que podrían cultivar otro tipo de relación entre las personas, más allá de la relación empresario-consumidor, escasean.  Y es ahí, cuando ruedo de cabeza hacia el teatro y declaro que desde el arte teatral hay mucho trabajo por hacer para, precisamente, evitar la destrucción de la vida social y para labrar otras formas de ser. 

Domingo 23 de enero de 2022

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