El giro hermenéutico

Premios Max: ¡a votar!

Son los premios a las artes escénicas en este país que cubren mayor diversidad y categorías, además de gozar del ámbito nacional. Su identidad itinerante, símbolo de esta vieja y viajera profesión, recorre las ciudades que los acogen, año a año, enriqueciendo su sabia vital –nuestro arte escénico en vivo y en directo- con nuevos retos, nuevas representaciones, compañías e innovaciones. Un año da para mucho, y siempre nos pasa que no llegamos a ver todo lo que se nomina a los Premios Max. Más allá de eternas polémicas –no sólo alimentadas en nuestro foro profesional- entre Madrid y Barcelona o de los votos ejercidos por «lobbies», simpatías o complicidades con tal o cual nominado, como bromeaba hoy aquí, en el Gran Teatro de Córdoba, Carlos Hipólito, «dicen que lo importante es estar nominado, ¿no? Pero, ¿No es cierto que a todos nos hace muchísima ilusión que nos lo den?» Hipólito presentó el pasado año la Gala de entrega dirigida por Ernesto Caballero: una delicia. Esta edición vuelve al escenario para entregar dos premios y tal vez… a recoger uno a Mejor Actor Protagonista por «Glengarry Glen Ross». De la multitud de buenos espectáculos y propuestas que luchan por la exhibición, por la publicidad y proyección en este país, nuestros votos hacen que queden tres finalistas por categoría. Y también oímos las voces que critican el que no estén títulos, actores, directores, dramaturgos o técnicos magníficos… Es el camino para corregir desigualdades e injusticias, pero entendiendo que estos premios no los votan un grupo de notables, una junta directiva o el presidente de una multinacional… Los Premios Max son votados por el cuerpo profesional de todas las tareas y oficios específicos de las artes escénicas. Para ello, hay que acreditar el estreno de un espectáculo profesional en cualquier comunidad del territorio español y esto significaría un quórum inmenso, un enorme número de votos que democráticamente deciden qué representa lo mejor. O ¿habría que replantearse la democracia? Pues a votar! Y juro que no estoy en campaña.

No voy a comentar aquí las nominaciones que ya conocemos: hoy, día 9 de mayo se desvelarán los ganadores de esta XIV Edición en la Gala tradicional de entrega de los premios. Sí voy a alabar el criterio y la sensibilidad para otorgar este año los premios que conocemos de antemano. Que el Premio de Honor recaiga en mi maestro y amigo José Monleón es algo grande; todos sabemos que entre los grandes ensayistas, periodistas y directores de proyectos de nuestra cultura occidental, está Pepe. Sus tres mujeres (Oliva, Elena y Ángela) le acompañan hoy porque son sus cómplices y más directas colaboradoras; Primer Acto y el IITM son nuestras joyas más preciadas. Que el Premio Iberoamericano se otorgue al festival Festival del Sur-Encuentro Teatral Tres Continentes de Agüimes, es de «justicia poética». Quienes felizmente hemos disfrutado de la calidad humana y artística que se conjura en una villa entre montañas durante el día y que baja por la noche a su costa ventosa, a los tambores y la farra en Alcatraz, conocemos el vínculo y el encuentro entre el teatro y la vida que se da en este municipio de Gran Canaria. Lo supo Saramago, Enrique Buenaventura, Benedetti o Angelina Zamora. Lo saben Galeano, Genet, Manzotti, Santiago Sánchez, Molina, Margallo o Pavlowsky; lo supo de joven quien les cuenta todo esto, porque fue un descubrimiento ver a compañías de América Latina, África y España. Artífices de la alquimia, nuestros

amigos los dos Antonios, Lozano y Morales, con su cous-cous y sonrisa respectivamente. Que el Premio Nuevas Tendencias recaiga en el Certamen Coreográfico de Madrid, es absolutamente pertinente: gran parte de la base e inicios de intérpretes y coreográfos, está en su participación en este certamen. Una plataforma para la innovación que asumió riesgos; riegos que han revelado maravillas y avances en el lenguaje de la danza contemporánea del país, rozando el performance, de la mano de Laura Cumin y Margaret Jova. Que el Premio de la Crítica sea para el festival Don Quijote de París, sirve para que lo conozcamos más y mejor. Su tarea de difusión del arte escénico de habla hispana en Francia, dimensiona nuestra cultura escénica, a veces, de espaldas a nuestros vecinos. Su director Luis F. Jiménez ha mostrado siempre especial interés hacia nuestra producción contemporánea y jóvenes creadores.

Y les cuento: Juan Carlos Rubio ha creado una Gala o Ceremonia de entrega, divertidísima y musical. Juega y recrea nuestro mundo, este «teatro dentro del teatro» que protagonizan Natalia Millán, Fernando Tejero, Ángel Ruíz y Toni Cantó.

Estamos porque queremos estar. Porque nada nos apasiona más que esto… y la vida es «puro teatro».

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