Críticas de espectáculos

Quijote/L’Om-Imprebís

Un Quijote didáctico
Obra: Quijote
Autores: Juan Margallo y Santiago Sánchez, a partir de la obra de Miguel de Cervantes
Intérpretes: Vicente Cuesta, Sandro Cordero, Carles Montoliu, Yayo Cáceres, Sergio Gayol, Martina Bueno, Carlos Lorenzo, José Luis Luque, Cristina Bernal, Amancay Gaztañaga
Escenografía: Dino Ibañez
Vestuario: Sue Plummer
Iluminación: Rafa Mojas, Félix Garma
Dirección: Santiago Sánchez
Producción: L’Om-Imprebís, Teatres de la Generalitat Valenciana
Auditorio de Puertollano – 06-11-03
La propuesta es nítida, sin tapujos, busca la simpleza narrativa, no se pierde en asuntos circunstanciales y mantiene una relación con el espectador que roza el populismo, con claves muy juveniles, o acaso infantiles, pero siempre manteniendo una línea coherente, en donde desde el espacio escénico, a las músicas tocadas en directo, como las interpretaciones se mueven en coordenadas de ahorro de matices. La puesta en escena, con hallazgos plásticos, parece venir de un tamayismo que parecía perdido, pero que busca una complacencia inmediata con todos los públicos, que parece alzar el vuelo en algunos momentos, pero que siempre acaba reproduciendo un esquema dramatúrgico muy circular.
Desde el inicio provocando a la platea con el comienzo de la novela cervantina, “En un lugar de la Mancha… ”, que incitan al público a que lo recite, se presentan las claves de esta propuesta: dar vida a un don Quijote muy humano, en donde su locura queda atenuada por una disposición de gags, anacronismos y guiños, que van siguiendo una suerte de pautas didácticas: se da por supuesto que nadie a leído la obra. Este punto de partida consigue un efecto muy agradable, al darlo todo tan masticado, tan simple, que se puede dejar llevar por toda la magia del texto cervantino, aunque en los créditos se dice como escrito por Juan Margallo y Santiago Sánchez.
Diferentes técnicas, mucho chiste grueso, momentos de montaje que procuran sensaciones agradables, pero casi nunca elevando las emociones, ni por estética, ni por intensidad, con un equipo actoral muy educado, que en el trabajo de los dos personajes centrales encuentra un equilibrio, para que todo funcione, para que nadie se sienta desplazado, para que esta propuesta se pueda considerar una excelente muestra de teatro familiar en la que existen motivos interrelacionados entre lectura y teatro, y que dada la habilidad general para colocar el espectáculo dentro de unos gustos muy asequibles, se convertirá en algo aceptado por muchos públicos. Es un buen teatro popular. Lo que no es poco.
Carlos GIL

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