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Se busca… AveLina Pérez

En esta cultura de consumo compulsivo de productos nuevos y obsolescentes, no es nada habitual encontrarnos en el teatro con reposiciones de obras de años atrás. Festivales y teatros, al igual que librerías y tiendas de ropa, quieren renovar sus escaparates y ofrecer novedades de temporada. Luego resulta que estas novedades, en realidad, no son en absoluto novedosas, sino simplemente la repetición de fórmulas comerciales y, por supuesto, de modas. Pero, como escribió el sagaz Oscar Wilde: «La moda es una forma de fealdad tan intolerable que tenemos que cambiarla cada seis meses».

Una de las creadoras escénicas más heterodoxas del teatro gallego, AveLina Pérez, quizás más centrada en investigar qué la mueve a subir al escenario que en las tendencias y las demandas del mercado, inauguró la programación del Teatro Ensalle de Vigo con la reposición de ‘SEGUNDA MAN. ESTADO ACEPTABLE’ (Segunda mano. Estado aceptable). Era el fin de semana del 24 al 26 de octubre. Volví a ver esta pieza, la misma que vi en 2023, pero no es la misma.

En el teatro, que pertenece a lo que llamamos artes vivas, a diferencia del cine o el audiovisual, cada función es sutilmente diferente y nunca igual. En las sutilezas y los detalles reside, precisamente, la magia de las artes en general y, en este caso, del teatro en particular.

Estas sutiles diferencias se deben fundamentalmente a que las personas que participan en la experiencia artística, quienes actúan en el escenario guiando la obra, y quienes actúan en la platea o en las gradas como espectadores, nunca son exactamente iguales. Siempre hay factores humanos que cambian sutilmente, desde cómo nos encontramos en ese momento, ese día, dependiendo de múltiples circunstancias (salud, clima, estado de ánimo, trabajo, familia, problemas sociales, etc.), hasta nuestras filias y fobias, así como la química que podemos tener con los artistas en escena y también, por supuesto, con las demás personas que forman esa comunidad que llamamos “el público”. Por otro lado, está el espacio teatral donde se desarrolla la experiencia artística, que siempre la influye directamente. No es lo mismo ver un espectáculo en un auditorio de casi mil butacas, donde el escenario puede estar a varios metros de distancia, separado de las gradas, que verlo en una pequeña sala para cuarenta espectadores, en una relación mucho más estrecha y, por lo tanto, facilitando el flujo afectivo-emocional, donde podemos sentir de cerca todas las inflexiones expresivas, por pequeñas que sean. Y, finalmente, al cambiar el público, el grupo de personas que participan en la experiencia artística, también cambia la retroalimentación, que modula las capas rítmicas más sutiles del espectáculo. Me refiero con esto al grado de tensión y afectación en muchos niveles: emocional (más o menos cómico, más o menos asombro, más o menos tristeza, más o menos alegría, más o menos desasosiego, etc.), en la estructuración de los tiempos (en la sensación de la duración de las diferentes partes) y, por supuesto, en la intensidad de los clímax, así como en la experiencia general de la experiencia artística que constituye un espectáculo teatral.

Sumado a todo esto, cuando asistimos a esa extraña oportunidad de reposición de una pieza teatral (también ocurre con la danza y otras modalidades escénicas), interviene el tiempo transcurrido entre el estreno y las funciones de ese año y el diferente momento vital, social y político en el que se produce la reposición.

Desde junio de 2023, cuando AveLina Pérez estrenó ‘SEGUNDA MAN. ESTADO ACEPTABLE’ en el mismo Teatro Ensalle, hasta octubre de 2025, han sucedido muchas cosas en el mundo. La velocidad de los cambios es cada vez más vertiginosa. Han ocurrido cosas atroces que no es necesario nombrar ahora y el orden mundial ha cambiado o empeorado con Donald Trump como emperador desde la primera potencia, etc. Todo esto suena a gran escala, pero se ve alimentado por la micropolítica de la vida cotidiana: consumo compulsivo y soledad exacerbada, supuestamente atenuada por la anestesia digital (miramos más las pantallas que a los ojos de las personas o la vida real); la desinformación y el auge del populismo de extrema derecha y el surgimiento de estados totalitarios elegidos por votantes descontentos y desinformados (sin memoria histórica); y una larga lista de eventos…

Sin detenerme más en cuestiones sociopolíticas, es fácil deducir que ‘SEGUNDA MAN. ESTADO ACEPTABLE’ es un poema escénico revulsivo, que ironiza con la soledad y el consumo, que coloca en medio del ruido de la ciudad la ternura de las confesiones de personas neurodivergentes, aquellas que, de alguna manera, quedan al margen del utilitarismo de la cadena producir/consumir y del estrés del mercado.

Por lo tanto, el paréntesis temporal, que separa el estreno de esta pieza de su reposición, no hace más que aumentar o amplificar su efecto.

Teatro Ensalle, una sala pequeña, no nos ofrece reposiciones porque la pieza sea un gran éxito de público, como puede suceder con los “remakes” de películas o con las repeticiones de espectáculos “main stream” para las masas. Esta reposición, me atrevería a decir, responde a una necesidad tácita de muchas personas como yo —o quizás de algunas— para quienes el teatro de AveLina Pérez es un antídoto esencial contra el ruido y la alienación que nos rodea. Incluso me atrevería a decir que ahora la obra, estrenada en 2023, ya es un espectáculo de segunda mano, en muy buenas condiciones, aunque el estado en el que nos encontramos no sé si será, precisamente, ¡muy aceptable! Paseando por el centro de Vigo, entre el Walt Disney de las luces navideñas, veo más sonrisas tristes y expresiones vacías que alegría y felicidad.

Así que, en lugar de estrenar un espectáculo “nuevo”, vemos uno de segunda mano, contribuyendo a la sostenibilidad del planeta. Ir al Teatro Ensale y a ‘SEGUNDA MAN. ESTADO ACEPTABLE’ me ayuda a reconciliarme con el mundo.

En el espectáculo hay imágenes de vídeo de gente en las calles del centro de Vigo y de Compostela. Hay letreros en paredes viejas e incluso en ruedas de coche con la leyenda “Se busca…”, tan extraños como precisos, con una ironía que despierta una sonrisa que incluso puede doler un poco. Ese es el humor de AveLina: te hace reír, pero también rasca o pica un poco.

Están los dados que se lanzan y que ella escupe o regurgita, la suerte de quienes desean y sus deseos se cumplen, de quienes no desean, de quienes no ven cumplidos sus anhelos.
Están las señoras mayores, con sus bolsos Bimba y Lola, con sus excursiones y viajes y, sobre todo, con su soledad.

Están las cartas, tan sinceras como desfiguradas, de personas con diferentes trastornos psiquiátricos. En ellas, como siempre ocurría con los locos y los ciegos en el teatro clásico, se encierran mensajes iluminadores y misteriosos, que solo se vislumbran más allá de la letra.

Están las canciones de alegría melancólica y amor acechante. Está la orquesta de platos Duralex de la Transición o incluso de antes, de hogares humildes, de aquellos tiempos en los que no se rompía ningún plato.

Y hay un círculo de ladrillos, que no estaba en la primera versión.

Una performance y textos que hacen de lo cotidiano algo excepcional y hermoso, y de la desgracia que nos rodea, una gracia que nos despierta.

AveLina Pérez saca toda la vajilla al escenario y no lo hace para un banquete, sino para revelar poética y humorísticamente lo oculto o lo que no queremos ver: cómo la obsolescencia de los productos que nos esforzamos por producir y consumir ha afectado a las personas, convirtiéndonos en objetos desechables y seres solitarios a la deriva entre la masa, al mismo tiempo que la conformamos. Si ves a alguien tirarse de un puente, ¿por qué no vas a hacerlo tú también? Dice AveLina en algún momento del espectáculo. Si lo vemos en una historia de TikTok o Instagram, será cierto e incluso puede ser un buen consejo.

Sin embargo, ‘SEGUNDA MAN. ESTADO ACEPTABLE’ nos abre los caminos de un posible pequeño cambio: observar, reflexionar, pensar. El humor y los espacios para la ternura son otras de las claves en este espectáculo y seguramente también en la vida misma, porque el teatro de AveLina no finge, sino que nos conduce directamente a la vida.

P.S. – Otros artículos relacionados:

“El público desde ese silencio de AveLina Pérez”, publicado el 17 de diciembre de 2023.

“AveLina Pérez en Segunda Mano. Estado aceptable”, publicado el 12 de junio de 2023.

“Por favor, inténtelo nuevamente más tarde. AveLina Pérez”, publicado el 20 de junio de 2021.
“A que no puedes decir cocacola. La furia de AveLina Pérez”, publicado el 28 de septiembre de 2020.

“El teatro protesta alejado de las anestéticas. AveLina Pérez”, publicado el 16 de diciembre de 2018.

“Los perros no comprenden a Kandinsky pero sí a AveLina Pérez”, publicado el 9 de julio de 2017.

“Crónica sobre un espectáculo que no he visto. Los perros, Kandinsky y Avelina Pérez”, publicado el 18 de febrero de 2017.

“Fumando (des)espero, my Honey Rose”, publicado el 3 de julio de 2016.

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