Y no es coña

Sensaciones contrarias a lo razonable

Por oportunidad horaria, este artículo se escribe con unas ideas acumuladas en una semana muy repleta de actividad teatral en Madrid, a las que hay que añadir unos resultados electorales en Francia, Colombia y Andalucía, por lo que todo va a desembocar en sensaciones, en muchas ocasiones contradictorias, que escapan a lo razonable dadas las circunstancias, coyunturas y acontecimientos más allá de lo obvio. 

Es difícil describir lo que significa el anuncio de Luis Jiménez sobre la suspensión del Festival Don Quijote de París, que el grupo Zorongo ha venido organizando durante tres décadas. He escrito suspensión en vez de cierre, porque entiendo que la turbación que me produce esta situación me lleva a colocarme en un lugar de conciliación con lo imposible. Es una actitud surgida de la comprensión por entender perfectamente lo que debe sentir el equipo de Zorongo cada ejercicio, esa lucha contra las administraciones, ese ninguneo desde las instituciones que deberían proteger iniciativas de este calado, porque es demoledor tener que empezar cada año, volver a explica a unos funcionarios o políticos de paso lo que significa un festival que en medio de una ciudad tan luminosa como parís, había encontrado un hueco para el Teatro expresado en español. Un festival iberoamericano donde se han visto espectáculos de primera entidad. Donde yo he asistido a estrenos mundiales de La Zaranda, donde he visto por primera vez en Europa a grupos importantes de Bolivia o Colombia. Además, siempre había actividades paralelas de un gran calado filosófico y político.

Hablo de este festival con una implicación más allá de lo lógico. He sabido de sus momentos de bonanza económica, y de aquellos en los que celebrarlo era una cabezonería de Luis y su equipo, que ponían su patrimonio en riesgo para llevarlo a buen término. He vivido de cerca circunstancias de encontronazos con funcionarios públicos debido a la incomprensión absoluta. También, debo decirlo, he pasado ediciones magníficas, por el contenido y por el ambiente. Una cita siempre atractiva. En ese festival he estado con los grandes de España y Latinoamérica. Una relación activa, he convivido con Luis Jiménez en muchos festivales iberoamericanos donde iba a descubrir los nuevos movimientos y creadores. 

Por lo tanto, hoy, París bien vale un respondo, una homilía, pero hay que señalar que se produce esta defunción anunciada con gobierno del PSOE, con un ministerio en despiste absoluto, lo que nos coloca de nuevo en la locura de la contradicción entre lo que se espera de la izquierda moderada y lo que sucede de verdad, y comprobar lo que pasa cuando gobierna el centro derecha, que en asuntos teatrales, pese a quien pese, no se notan las diferencias y, la lógica nos llevaría a pensar y esperar lo contrario.

No quisiera hacer demagogias baratas, ni convertirme en un oportunista rijoso, pero al ver los resultados electorales en Andalucía con esa mayoría absoluta del PP, además de ese dolor interno, del derrumbe estructural que uno sufre, pensando en lo que uno piensa, es decir las Artes Escénicas, no hay que esperar muchos retrocesos, se acoplarán los métodos, cambiarán los nombres, se verán desembarcos de algunos seres taimados que querrán pasar factura. Si miro lo que está pasando en la Comunidad de Madrid, por ejemplo, no me tiemblan las rodillas. Si miro lo que se hace no está nada mal. En el Ayuntamiento, lo mismo. Quiero decir con esto que hay que atarse los machos, intentar comprender la situación y operar en consecuencia. 

Los resultado en Francia, vienen a recordarnos que la palabra cohabitación es una gran aportación política, una manera democrática de atender a los amplios espectros socioculturales y políticos. Y eso debe tener repercusión en los políticas culturales y hablo de un país en donde su cartesianismo hace que exista una magnífica estructura para canalizar las fuerzas productivas y creativas de las artes escénicas en todas sus posibilidades con presupuestos y programas. 

Lo de Colombia es muy importante. Vamos a ver cómo se mantiene el equilibrio, vamos a esperar que los perdedores no movilicen sus poderes ocultos y dejen que quienes han ganado en las urnas, gobiernen. Y ver si a los que van a gobernar, implementan en el campo de la Cultura y las Artes Escénicas políticas progresistas y democráticas, programas que se han ido ideando desde el interior de los propios agentes y gremios. Eso esperamos con ilusión. 

Estas son mis sensaciones post ola de calor. Me encantaría saber explicarme mejor, intentar señalar aquellos hechos diferenciales entre unas propuestas políticas y otras, lo que de verdad funciona, dónde están las probabilidades para mejorar y no quedarme en mis dudas y fobias. La vida sigue. Y el festival Don Quijote tiene libro, tiene pasado, ha sembrado y en algún lugar crecerán esas semillas.

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