Sombra artificial para el cine
Una actriz hecha con inteligencia artificial llamada Tilly Norwood está causando revuelo después de que sus creadores holandeses anunciaran que la intérprete está en conversaciones con agencias de talento.”
Artículo de la BBC publicado en Internet el 1 de octubre.
Tilly Norwood (nombre que recuerda a Natalie Wood), no tiene un rostro fulgurante, más bien genera simpatía por lo común de su juventud, una cara de cualquier chica joven, poses ante la cámara como un selfie. Pero es una presencia generada por la inteligencia artificial, puesta a la disposición de cualquier productor o director y que provoca enormes controversias. Así que ahora a los paisajes creados con la informática y la inteligencia artificial, se agrega la posibilidad de generar actores de reparto para crear esa simulación que se llama cine. O Series. O los millones de personajes que son los protagonistas en las redes sociales de sus propias minúsculas vidas. Todo puede inventarse, hasta un romance con un robot (Ver en el New York Times lo que significa ‘Slop’, la tendencia a generar videos imposibles).
“Al mirar sus redes sociales, Norwood podría confundirse con una joven aspirante a actriz. La joven posa para fotos y promociona un sketch cómico generado íntegramente por IA, en el que se describe que tiene «vibras de chica común», continúa la BBC.
Es decir, será una auténtica marioneta digital con un rostro inventado como el tuyo, o el de aquel, o el de tu novia, en fin un rostro que puede ser el de cualquiera. Esta creación digital ya tiene su representante y se contratará como cualquier actor para una producción.
Su creadora, la actriz holandesa Eline Van der Velden, asegura que su personaje no quiere suplantar a nadie, pero que es una creación artística activa que podrá ser contratada para una ficción. Este fantasma electrónico ya ha despertados las alarmas de Hollywood ya que los sindicatos saben que si es rentable los productores no dudarán en utilizar los servicios de esta ilusión, de hecho este podría ser un argumento publicitario: “Pase a ver la actriz que sólo existe aquí, en la pantalla”. Y qué son los actores sino una gran ilusión en pantalla, una sombra que pasa y que perdura, un reflejo más en ese mar de sombras y luces que es el cine, ¿la vida?
La noticia ya está dada, ahora a nosotros teatreros y críticos de las artes escénicas nos toca adelantar conclusiones. ¿Adónde va la creación escénica frente al reto de la robótica, la Inteligencia Artificial y otras menudencias que irán apareciendo? Porque hay que reconocer que las nuevas tecnologías y las redes sociales han robado mucho talento histriónico que ahora se produce por la libre y suplanta varios oficios de la producción.
El pánico empezó con las creación de voces con instrumentos digitales. Cualquier texto o señal puede ser leído por la Inteligencia Artificial sin necesidad de ningún locutor. ¿O cómo cree usted que funciona las guías personales en los itinerarios sugeridos por los celulares? ¿Cree usted que hay una especie de copiloto asignado para seguir su trayecto? No, hay una voz artificial que lee las señales de vuestra posición y las instrucciones dadas, e indica el itinerario. Y todos lo utilizamos sin ningún tipo de animadversión. Un controlador carretero-urbano que nos guía hacia nuestro destino. En casi cualquier llamada telefónica a una institución usted va a toparse con esas voces que inducen a la espera y a la pérdida de tiempo: son voces artificiales. Ya en otra entrega (Enero 2025) comenté el peligro de la substitución de las voces con reproducciones digitales en las tareas de doblaje, pero la amenaza sigue vigente. En cualquier momento, cualquier persona, puede reproducir un texto con una voz artificial, mecanismo utilizado también para estafas telefónicas.
El antídoto que propongo para la escena es incrementar lo humano, lo estrictamente humano, sin rechazar las ayudas que pueda darnos la Inteligencia Artificial, pero como una ayuda. Lo estrictamente humano lo resumo en creaciones de dramaturgos en acción, dirección sin uso de artilugios innecesarios (video, proyecciones…), vigorizar la tradición y recrear la magia escénica, potenciar la improvisación y la poética. El teatro debe quedar como el refugio de la creación humana más allá de las tentaciones tecnológicas. Porque ya estamos advertidos lo humano será reemplazado por una avalancha de sombras que incluyen actores digitales, voces prefabricadas, videos no filmados, etc.
Y esperamos que el teatro, la escena siga despertando vocaciones entre los jóvenes para que el vivero dramático siga activo y venza la amenaza de la automatización de la creatividad.
París, octubre de 2025

