Críticas de espectáculos

Son risas para hacer un fuego

Vida, muerte y resurrección de una imagen proyectada en su envés. Una secuencia y sus figuras son las primeras en crear el contexto. Se erige un teatro, sea arte o espacio de representación. Sube la pared pintada y bajan dos telas burdeos, bordadas con un pensamiento, ese que lleva en el hombro una banda roja y una foto fija de una equis en espiral. Ahí va, mírenlo: un chiste que corre. “Heil Yo Mismo!” dice la figura con bigote, reflejo del rostro encuadrado a su izquierda. Colapso o digresión discurre sonreído mientras una voz cruza gritando el patio de butacas. ¡Figura-director de esa obra ensayada!, por ti nos situamos como testigos sin voz en un metateatro que, efectivamente, “huele a Hitler”. El signo increpa la comicidad vista: la condena por no seguir la línea que marca el régimen-guion que ha permitido su existencia en el escenario. Así inicia esta comedia, adaptada por Bernardo Sánchez y dirigida con elocuencia graciosa por Juan Echanove, quien la protagoniza a la vez que es acompañado por el talento de Lucía Quintana, Ángel Burgos, Gabriel Garbisu, David Pinilla, Eugenio Villota y Nicolás Illoro.

Gestapo o Hamlet. Ensayo o Representación. Entre la distancia entre ambas hay una conjunción que coordina la diferencia o la equivalencia denotativa. Esa distancia es el espacio por el que la risa recorre la escenografía diseñada por Ana Garay. Los paisajes suben para que otros bajen. Banderas o nubes en el haz. A la vez y en un cambio rápido de espacio, las luces anaranjadas y horizontales alumbran entre bambalinas a una primera voz que canta y se habla. Imagen-espejo, ya avisa que aunque hablen dos, sólo hay una figura: cohabitación dramática percibida doblemente. Tres ramos de flores blancas y sin etiqueta y una calavera olvida su texto frente a otra. Un soldado se levanta y opera el tránsito del campo al fuera de campo, ahora encuadrado. Ser o no ser o teatro sin elipsis. El espacio sonoro contribuye al montaje entre las escenas y el talento del elenco hace que el salto o distancia entre ellas no ocupe tiempo. El pececito de colores o el anhelo de vivir. “Nos hemos arrodillado | y adorado frases extensas | como el suspiro de la estrella, | frases como olas, | frases con alas”—versa Alejandra Pizarnik.

El chiste sigue corriendo, míralo, entre las figuras que se esconden, que se desean, que se descubren y que no quieren dejar de volar. Colapso del cielo. Estalla la guerra y el sueño cae al suelo. ¿No más nubes azules para Hamlet? Echanove y el equipo técnico recrean la angustia de un paisaje cuyo nombre y destino son arrebatados. Teatro o casa-refugio. Entre parpadeos el telón cae. ¿Muerto en el acto? No, porque ríe y resucita. Son las figuras que vivieron en él las que ahora le impiden derrumbarse en un foso u olvido. Las imágenes de continuidad aparecen proyectadas, una tras otra. Intentan huir, sin pisar el chiste. ¿Dónde ha ido? “Hemos creado el sermón | del pájaro y del mar, | el sermón del agua, | el sermón del amor”—A. P.

“Por un mundo feliz” o “¿tengo el aspecto de un monstruo?». En este nuevo estado de cosas Ser o No Ser se desenrolla en nuevas escenas. A esta metateatralidad la luz la ilumina por la espalda. Los cuerpos ahora son siluetas, y los personajes ficticios de un ensayo ahora son cuerpos de una realidad por la que morir. “Eso será en otra escena”—dice un Echanove metadiegético. Los límites de esta comedia se van difuminando, qué imagen es espectáculo y cuál realidad. ¡Realidad o No Realidad¡ ¿Qué hay más real que compartir percepción, cuando nosotras y ellos estamos en un teatro que es el mismo? Vemos un abrigo blanco de piel colgado sobre un fondo ocre. Se ha perdido el pastor, el rebaño, la llave y la cerradura. En el caos una figura se alza en una escalera para ver tranquila la única luz cenital. Desde el patio de butacas su sentido se ha deformado: ¡sinsentido que, expresado entre banderas rojas, burlará al bigote asesino! Hamlet, huimos para ser o cruzar las nubes.

“Hemos inventado nuevos nombres | para el vino y para la risa, | para las miradas y sus terribles | caminos”. Esta comedia, dirigida con acierto y fluidez por Juan Echanove, invierte el sentido de la conjunción entre palabras y estados de cosas. Así, en la figura de cohabitación de Ser o no Ser, la “o” antitética se afirma: soy una deformación de una misma proposición; soy una adición proyectada en su envés. Soy una tragedia que se pinta los mofletes de polvos, coge una calavera y se viste de terciopelo, para salir a escena a interpretar su comedia. Triste o alegre pececito, eres ambos a la vez. Ser o no Ser es obra o figura de paisajes, que de cenizas renace para seguir soñando despierta. “Hemos dicho palabras, | palabras para despertar muertos, | palabras para hacer un fuego, | palabras donde poder sentarnos | y sonreír”.

Andrea Simone

FICHA ARTÍSTICA
•Obra : Ser o nos er
•Director: JUAN ECHANOVE
•Adaptación: BERNARDO SÁNCHEZ
•Diseño de escena y vestuario: ANA GARAY
•Diseño de iluminación: CARLOS TORRIJOS
•Diseño de videoescena: BRUNO PRAENA
•Ayudante de escenografía: ISI PONCE
•Vestuario: PERIS COSTUMES
•Música: JOSE RECACHA
•Una producción de José Velasco basada en la comedia de Ernst Lubitsch para 20TH CENTURY FOX

Gran Teatro de Córdoba, el 10 de junio de 2023

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