Críticas de espectáculos

Sutargi – Aukeran

Alrededor de la lumbre
Sutargi
Coreografía: Edu Muruamendiaraz
Bailarines: Edu Muruamendiaraz, Aiert Beobide, Eli Alberdi, Iurre Aranburu, Iker Arrue, Maitane Mujika, Onintza Odriozola
Músicos: Sergio Lamuedra, Arantxa Ansa, Lurdes Alkorta, Garikoitz Mendizabal, Ainoha Eizagirre
Diseño Vestuario: Ramón García
Diseño Iluminación: Carlos Salaberria
Dirección de escena: Garbi Losada, José Antonio Vitoria
Producción: Aukeran
Espaloia Antzokia – Elgeta- 15-06-01
Un camino marcado por la luz del fuego, un ámbito que es hogar, cueva, calor, color, señal, punto de origen y faro para la llegada. La lumbre como metáfora y como ámbito semántico desde el que se estructura todo el tejido dramatúrgico que se va superponiendo por encima de cada uno de los momentos, bailes, coreografías o músicas. Espectáculo de sonido y fuego, de lumbre y raíces, donde la música tradicional vasca se va ejecutando en directo para que se baile desde una intensa elaboración del lenguaje, en uno de los ejercicios de estilo más logrados en cuanto tiene de indagación en los bailes tradicionales para convertirlos en danza contemporánea, sin traición, pero provocando la ruptura, con logros magníficos en cuanto a la composición, y a la germinación de todos los elementos en un lenguaje coherente y comunicativo. “Sutargi” es el paso imprescindible dado por “Aukeran” para instalarse en el lugar exacto y requerido para poder convertirse en el trabajo más interesante de todos cuantos se realizan a partir de las músicas y los bailes tradicionales. Lo es porque está pensado con libertad, amor, conocimiento y talento, y porque el equipo de dantzaris tiene la técnica y la sensibilidad requerida para ir un poco más allá, para que lo de siempre, hecho como siempre, pero añadiendo el carácter de arte trascendente, lo coloca en un territorio de espectáculo universal, sin perder ni un ápice de su arraigo, se eleva sobre lo folclórico para llegar a lo puramente espectacular, es decir, un trabajo inconmensurable, lo mejor que tienen ahora mismo las artes escénicas vascas para poder exportarse, sin complejos y con el convencimiento de estar a la misma altura en sus valores artísticos que creaciones que parten de otras raíces como pueden ser los irlandeses o los flamencos. Hay un número con ezpatadantza que es totalmente perfecto, en intensidad, en calidad, en sentimiento y en ejecución espectacular. Parece que el camino recorrido por esta compañía de danza es sólido, en este caso además de las coreografías hay una firma de dirección de escena, es decir de ordenamiento, de ritmo, de graduación, de limpieza y de rigor. Posiblemente existen todavía algunos pequeños defectos de ritmo, de unos vacíos escénicos para cambiarse de vestuario que se solventan con la música y que seguramente encontrarán la solución para perfeccionarlo en cuanto a su ritmo de ejecución. Pero estamos ante un gran espectáculo, donde el vestuario es fundamental, en la misma línea estética general, de la tradición a la modernidad, con una iluminación al servicio de la dramaturgia, y con un grupo de músicos que con los instrumentos tradicionales se instalan en una evolución palpable, que ayuda a que la parte del baile sea todavía más expresiva, con un conjunto de bailarines que tanto individual como colectivamente demuestran su talento, su fuerza, su disciplina y su sensibilidad para hacernos viajar a través de sus cuerpos y sus movimientos. Es un auténtico regalo, un trabajo de primer orden, de gran calidad y que por fin, este cronista pudo ver en condiciones, es decir en un escenario, cerrado para que todo los matices se puedan disfrutar. Y fue, que esto es significativo en una nueva sala en Elgeta.
Carlos GIL

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