Rebel delirium

Teenagers a escena

Vivienne Franzmann es una profesora británica de 39 años. Durante los últimos 12 años ha trabajado en diferentes escuelas de secundaria en Londres. Hace un par de años escribió su primera obra de teatro titulada Mogadishu. Después de estrenarse en una ciudad mediana cercana a la capital, durante el pasado mes de marzo se pudo ver en el Lyric Hammersmith, un teatro situado en el extremo oeste de Londres. La obra, según ha dicho la crítica, ha sido una de las sorpresas de la temporada. La historia narra como una profesora blanca es acusada por haber supuestamente empujado a uno de sus alumnos, un joven negro que no duda en denunciarla. Los personajes de los adolescentes son interpretados brillantemente por estudiantes de secundaria. Es sorprendente el trabajo que han hecho estos chicos. Se ve en seguida que la obra está muy rodada, que ha habido muchos ensayos. El dominio perfecto del espacio escénico, la buena dicción y la proyección de la voz es una muestra de ello.

Simon Stephens, dramaturgo profesional, es de la misma quinta que Vivienne Franzmann. No es demasiado conocido en España, aunque la Sala Beckett de Bacelona, desde hace un par de años, le invita al Encuentro Internacional de Dramaturgia que cada verano convoca a dramaturgos extranjeros, aspirantes a escritores dramáticos y jóvenes intérpretes. Hace pocas semanas se pudo ver en la misma Sala Beckett, la puesta en escena de dos extraordinarios monólogos del autor británico, agrupados bajo el título de Londres (pared marina / T5). Simon Stephens también es uno de los directores artísticos asociados del Lyric Hammersmith, que en 2009, estrenó una obra suya titulada Punk rock, dirigida por Sarah Frankcom. Al igual que Franzmann, la obra de Stephens volvía a poner en el ojo del huracán algunas de las problemáticas de los institutos de secunadria de hoy en día. En este caso, el truculento pasado de uno de los alumnos es el eje del conflicto. Los intérpretes vuelven a ser adolescentes y jóvenes.

Ambos textos están escritos con un lenguaje directo, del mismo modo que hablan los adolescentes de las escuelas británicas o españolas. Las temáticas, son fruto de la experiencia de ambos escritores después de vivir en primera persona el ambiente de las aulas. Más allá de la calidad de los textos, lo que quiero destacar de estas producciones es la alta calidad interpretativa. No hay que olvidar que son estudiantes. ¡No estoy hablando de estudiantes de arte dramático sino de chavales de secundaria!

El Lyric Hammersmith es un ejemplo de los muchos teatros que hay en Londres que apuesta decididamente por la implicación de los jóvenes en sus producciones comerciales. En su página web, ofertan cursos para estudiantes que quieran probar la interpretación, la gestión teatral, etc. Los talleres y cursos los imparten directores actuales que estrenan habitualmente en Londres. Si a esto le sumamos que la dirección artística del teatro tiene en su programación para adultos textos como los de Stephens o Franzmann, en los cuales los papeles protagonistas son para jóvenes, parece que el círculo está bien cerrado. Además, el teatro cuenta con una extensa programación familiar lo que asegura la formación de los más pequeños espectadores. El futuro del Lyric, a pesar de los tiempos, es el de crecer para convertirse en un nuevo centro cultural muy enfocado para que los jóvenes sean los «dueños». A este modelo le llaman «Teaching Theatre» y quiere sumar esfuerzos para que directores y profesores trabajen conjuntamente para descubrir y ofrecer oportunidades a los que quieran dedicarse a la interpretación, a la gestión cultural, etc. A día de hoy, por ejemplo, si uno se acerca al teatro, puede comprobar que en los departamentos de venta de entradas y atención al público, trabajan chavales del barrio. El nuevo edificio estará acabado a finales de 2013.

Son muchas las razones las que explican la tradición teatral de las Islas Británicas. Sin ahondar en las razones históricas, sólo quería remarcar esta voluntad que tienen muchos teatros de hoy para formar y tener en cuenta a los jóvenes iniciados. Sin duda es una de las claves para tener garantizado un buen futuro en el sector. La verdad es que es un gusto encontrarse en las programaciones de adultos teenagers interpretando buenos trabajos en el escenario y la platea llena de grupitos de jóvenes espectadores que no van acompañados de sus padres.

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