¿De qué sexo es la palabra?

El capitalismo en tu cama

No es erótico, pero se impone. No es sexy pero embriaga, seduce, miente como el Don Juan, depredador de corazones, escupe niñas y besa la muerte.

Está en tu cama todas las madrugadas ,no te confundas. Se viste contigo, te espera en la ducha, para tomarte desprevenido, desprevenida, y te la da. Se enrolla, se hace nido, gorrión friolento, te llora el derrumbe, levanta el imperio hundido en la cocina y lo recicla en el living. Sueña con el dinero, te abre la billetera y te muestra las facturas impagas. Se mete en tu cuenta y evidencia tu fracaso. Ese agujero. Solo, sola, con matrimonios fracasados y te susurra: ve, y toma lo que es tuyo.

Él se levanta todas las mañanas. Ella todas las noches. No se ven. Se encuentran en el super. Ella sueña con ser una modelo linda, él con cogerse a una linda modelo.

Los dos no no pueden llenar el carrito del supermercado y están solos. Los sueños ni siquiera son propios.

Frágil y Fuerte

El capitalismo induce, formula, influye, hace, deshace, modela opiniones, pero se retira: que todos elijan, que todos sean libres. ¿Libres?¿Cómo se puede ser libre después de la manipulación sobre las verdades, sobre la honestidad, sobre lo esencial de lo humano?

La bestia capitalista especula, construye, destruye, sube, se acomoda, cambia de color, de traje, de discurso, de belleza, se adapta con facilidad. Pasa de la sobriedad al despilfarro monárquico, del gusto democrático a las dictaduras.Ideología camaleónica, para algunos gimnasia- que crea cintura avispa- contemporánea de la velocidad, del vértigo, de las máscaras fuera de la ficción: ¿quién sos en realidad? ¿Importa o el ser es algo circunstancial?

Negociar, lo ambiguo, lo necesario para la ocasión, lo líquido, cual Bauman. Lo sólido ya fue. Lo líquido se impone. Relaciones, comportamientos, movimientos, políticas, discursos, actitudes, trabajos. No es el río de Heracles, es el río cloaca, el río tóxico, donde los mercaderes rematan las bondades, las morales y los valores al mejor cambio, la oferta monetaria del día. Eso es el capitalismo. Sonrie, disfruta y ama los niños descalzos. La publicidad aporta su estética.

Alguien dijo una vez que el teatro es un reservorio ecológico social y humano.

En mi trabajo teatral mis actores enfrentan a la bestia capitalista diciendo: cuanto más se da, más se crece, más SE ES. Qué sería de nosotros si nadie enfrentara al monstruo desde la nada que es el despojamiento, abrirse a la mitad y mostrar el colador que es un cuerpo cuando se entrega sin especular. Abierto a la intemperie, dado al huracán del amor, dado al otro para que el otro, que no es buite, encuentre un resto propio, aquello del encuentro, del prójimo.

¿Habrá algo más puro que un actor dándose en cada función? Ese costado abandonado, escondido en el infinito que es la generosidad. Ellos despliegan el cuerpo y sus vaivenes sin miedo, sin obligación del resultado, sin pereza, sin amargura, ni resentimiento. Ellos dan. El dar es una de las formas más fuertes para enfrentar a las bestias, pero el enfrenatamiento sucede cuando el otro piensa que no existís y que sos débil. Lo débil se hace frágil y no hay nada más auténtico que la fragilidad de lo efímero, de la escena, de la teatralidad, de lo actoral, de la vida. Frágil y Fuerte. Mis EFES preferidas.

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