Negro & negro

La continuidad de un legado para la danza

Bejart Ballet Lausanne

Ha realizado giras y seducido al público en los cinco continentes. Béjart Ballet Lausanne es el instrumento básico de comunicación de uno de los maestros más importantes en el ámbito de la danza del Siglo XX. Los brazos, las piernas, el tronco, la cabeza son ejemplo de la simbiosis perfecta entre un creador, su repertorio y sus bailarines. Como seguidor de las culturas orientales, presenta una puesta en escena total, en el que se combinan los gestos majestuosos, el diseño sensacionalista y, a veces, hasta partes verbalizadas. Después de 25 años, el Béjart Ballet Lausanne difunde en todo el mundo las coreografías de Maurice Béjart. Compuesto por más de 30 bailarines, seleccionados entre 15 nacionalidades diferentes. Virtuosos de la danza, fieles intérpretes de las creaciones del coreógrafo, han sido aplaudidos en multitud de países y teatros: La Fenice, le Royal Albert Hall, el Bolshoi o El Teatro Colón de Buenos Aires… Con un repertorio con más de una veintena de títulos han actuado en lugares tan emblemáticos como la Plaza de San Marcos de Venecia, los Jardines Boboli de Florencia, las Termas de Caracalla en Roma, el Anfiteatro Herod Aticus… En los últimos tiempos el Béjart Ballet Lausanne ha realizado una triunfal gira por Japón junto con el Tokio Ballet y la Israel Philharmonic Orchestra dirigida por Zubin Mehta.

Maurice Bejart (Marsella, 1927-Lausanne 2007)

Coreógrafo, director y relevante personalidad de la danza del siglo XX. Primero fue bailarín, más tarde coreógrafo y director de su propia compañía, y hoy día, referente de la danza del siglo XX. Forjó una gran formación clásica bajo las enseñanzas de Madame Egorova, Madame Roussane y Léo Staats, y trabajó al inicio de su carrera con prestigiosos maestros como Jannine Charrat y Roland Petit. En «Sinfonía para un hombre solo» (1955), con su compañía Ballet de l´Etoile, trabaja con la música de Pierre Henry y Pierre Schaeffer, donde descubrió el trabajo de estos dos compositores y con él la vía que buscaba hacia un nuevo lenguaje de la danza. Funda poco después el Ballet del Siglo XX (1960) y estrena con él «Boléro» (1961) y «Messe pour le temps présent» (1967). En 1987 la compañía pasó a llamarse Béjart Ballet Lausanne y creó al mismo tiempo una fundación destinada a la promoción de actividades relacionadas con la danza. De ese mismo momento son «Le Presbytére», «La route de la soie» y «À propos de Shéhérazade», algunas de sus obras más emblemáticas. Destaca en la trayectoria de Béjart, su especial relación con España y algunos destacados bailarines españoles como Víctor Ullate, para quien creó el ballet Gaitè parisiense (1978) y a quien otorgaba importantes papeles en su agrupación. No en vano, parte del repertorio de Maurice Béjart, aparece como el germen del Ballet Clásico Nacional (hoy Compañía Nacional de Danza), fundada en 1979 por el Ministerio de Cultura, y con primera dirección artística de Ullate. Es relevante también la labor pedagógica que ha realizado Maurice Béjart a través de su escuela creada en 1992 y con sede en Lausanne, y que encuentra su origen en Mudra, primer centro de danza que el coreógrafo impulsó en 1970 en Bruselas. Por las dos escuelas han pasado algunas de las principales figuras de la danza de hoy. Maurice Béjart fallecía en Lausanne a los 80 años.

Gil Roman

Gil Roman es el heredero artístico de Maurice Béjart. Entró como bailarín en la mítica compañía Ballets du XX siècle, precursora del Béjart Ballet Lausanne, en 1979, y acabó convirtiéndose en la mano derecha del aclamado coreógrafo marsellés. Su misión es perpetuar el espíritu y la obra de Béjart. Gil Roman comenzó a bailar en Montpellier a la edad de siete años. Continúa su formación en la «Princesa Grace Academy» en Montecarlo, antes de unirse al Centro Internacional de Cannes. Fue alumno de Rosella Higtower y José Ferrán. Fue en 1979 que el bailarín se incorporó al Ballet del Siglo XX de Maurice Béjart . A principios de los años ochenta, Gil Roman danza «Adagietto» y comienza a ser un asiduo en todas las obras de Béjart. Para 1983, se revela como uno de los grandes con el personaje central de «Misa para el tiempo futuro» y aumenta su prestigio con el siguiente en «Dybbuk», «Ring Ring um den», «Pirámide», «El mandarín maravilloso» o «The Road la seda «. Perviven en el recuerdo los papeles protagónico de Gil Roman en coreografías que han pasado a la historia de la danza como «L’amour-la dance» o «Breil-Barbara». Gil Roman es también un coreógrafo consumado, que ha firmado las coreografías «El hábito no hace al hombre» (1995, Lausanne ) y «Pensando en Bela» (1997, Lausanne).

Desde 1993, Gil Roman es director adjunto del Béjart Ballet Lausanne . Sucede a Maurice Béjart a la cabeza de este último en 2007. Su reto es el mantenimiento de la compañía tras la muerte del maestro y hacerlo con un doble objetivo: como preservación de la obra de Bejart y como compañía que deberá seguir creando e innovando por lo que deberá ir construyendo su propia aportación artística a la danza universal.

Bejart Ballet Lausanne en Donostia-San Sebastián

Bejart Ballet Lausanne se pudo disfrutar en San Sebastián hace dos años en colaboración con Malandain Ballet Biarritz en el marco de las actividades BALLET.T. En el momento que la compañía es programada ha fallecido ya Bejart y se está estudiando en Suiza la viabilidad de la compañía y su futuro. Nos apresuramos a programarla en estos momentos en previsión de malas noticias en un contexto de pre-crisis económica.

Posteriormente la Villa de Lausanne recondujo la situación y renovó el apoyo a la compañía por un período de tres años, asegurando su permanencia hasta 2014.

En diciembre pasado el Béjart Ballet Lausanne presenta un programa rico en novedades. Dos creaciones: « Syncope » de Gil Roman, et « Aliziam O-Est » de Sthan Kabar Louët, coreógrafo invitado, junto con la celebre coreografía «Dionysos (suite)», del propio Maurice Béjart.

Es una esperanza y motivo de felicitación que un ballet como el Bejart Ballet Lausanne sea valorado, apoyado y consolidado en Suiza para disfrute del público y para el desarrollo de la danza de la mano del relevo de Bejart, Gil Roman, grandioso exbailarin, brillante coreógrafo e inteligente director artístico de una de las grandes compañías del mundo.

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