¿De qué sexo es la palabra?

Soledad versus club de fans

Es habitual que el director-docente, domestique a su alumnado en pos de su reinado. No habrá nadie allá afuera que te dé lo que yo te doy. La promesa de la verdad, y del único amor verdadero. La verdad en los cuerpos hasta el final. ¿Pueden resistir los cuerpos?

Conocemos de esa corte, o de la construcción de la misma. Cambian los lenguajes, pero no la construcción del club de fans. Esa masa acrítica, que sólo construirá admiración, elogio, fascinación y poca libertad, o al menos bastante alejada de la libertad.

Entonces, pienso, esas formas de relacionamiento tienen más que ver con una prisión estética, que con un crecimiento poético del artista. O para decirlo de otra manera: la libertad es imprescindible para ser artista, sin ella no hay creador, ni mucho menos creación.

Entonces, no hay que alimentar paradigmas, porque es la rigidez la que nos paraliza el alma, y nos oscurece la honestidad, uno debe irse para adentro, hasta el fondo de las soledades aunque duela, y alejarse del bullicio de las vanidades. De los amores y los aplausos escandalosos, que nos marean, uno debe irse para el fondo y escuchar, algunas palabras que quedaron perdidas, abandonadas, darles un sitio, recuperarlas, y hacerlas propias.

El club de fans, destruye la posibilidad de que cada ser vaya por su voz, y la ponga en el centro de la tierra, sin importar si es amable, hermosa o fea. ¿Quién puede definir la belleza en el siglo xxl? ¿Quién puede animarse a tanto?

Veo, leo, escucho, y sigue disfrazándose, los discursos brillantes, sólo construidos en la base de los grandes egos: yo sí, el otro no. Nadie vendrá a cuidarte después que pases por mí. Los demás morirán, nosotros sobreviviremos.

Los apocalípticos se reproducen, aunque, nunca hubo tanta incertidumbre, alegría, y pliegue húmedo, o sea: fertilidad. La gente comienza y se hace preguntas, increpa, cuestiona, ¿quién hace buen teatro?¿Qué es el buen teatro? No hay paradigmas de calidad, porque la calidad es para los alimentos, y alguna cosa más, en arte, por suerte, la categoría no tiene nada que ver con la estandarización de los conceptos que nos comen lentamente.

No.

En artes escénicas, nos hibridizamos, para volver a las fuentes, y en cada ida y venida, se vuelve fortalecido. Puedo leer  desde esa constante, o esa ruta.

Pero vendrán otros monologuistas, conferencistas, directores y  autores a dar cátedra sobre el bien y el mal. Cuando lo bueno de vivir en este momento histórico es que ya sabemos que los absolutismos caducaron.

Viva esa pequeña luz.

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