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31 FIOT de Carballo con ChamizoBelloVila, el Sr. Lili y Titzina

Por fin parece que comenzamos a cambiar de estación, por lo menos en Galicia. A mí me encanta el verano y el calor, pero… en la variedad está el gusto. El paisaje que me hace ser como soy necesita verde, lluvia, escarcha… El sábado, 15 de octubre, fue cuando, por fin, parecía que entraba el tiempo otoñal y la esperada lluvia. Coincidió justamente cuando cogí el coche para ir al 31º Festival Internacional Outono de Teatro de Carballo (A Coruña), el FIOT. El trayecto desde Vigo hasta Carballo fue como un viaje desde el verano hasta el otoño.

El FIOT crece robusto como un roble y va abriendo sus ramas a formatos y modalidades escénicas más allá los lindes más conservadores de la definición de «teatro».

Una de esas ramas es el certamen “Micro-Escenas Metro Cadrado”, que llega a su sexta convocatoria, con seis propuestas. Aquí se dan cita compañías y artistas emergentes con otros que, sin serlo, formulan experiencias teatrales de formatos y maneras inhabituales.

El 15 de octubre fue una jornada intensa e inolvidable. Por la tarde, en el Metro Cadrado, asistí a dos experiencias de estas, muy diferentes entre sí.
La performance MENÚ-DO DÍA del Colectivo #ChamizoBelloVila, formado por Diego Chamizo, Alberte Bello y David Vila, es un trabajo que también pude ver en sus dos fases iniciales, primero en la Fundación Luís Seoane de A Coruña, en diciembre de 2021, y después en la 39ª MITCF de Cangas, el 28 de junio de 2022, y que continúa creciendo. Se trata de un work in progress de contundencia política y emocional respecto a los discursos de odio y a la falta de respeto por los derechos humanos, concretizados en el colectivo LGBTIQ+. En MENÚ-DO DÍA se deja sentir una verdad que no nos es transmitida a través de la verosimilitud de un estilo referencial mimético dramático. La verdad nos impacta, al contrario, a través de un collage de metáforas visuales, en las que se incluyen el audiovisual y la acción performativa de Alberte Bello actuando cuatro personajes-figura alegóricos, que estructuran las cuatro estaciones de esta pieza en proceso. En el Mercado Municipal de Carballo la performance se re-significó, sobre todo en su parte inicial, en esa pasarela-procesión del cuerpo-chivo-expiatorio.

De las seis propuestas del certamen, esta fue la que llevó el Premio del Público. También consiguió ese premio en el “67 grados Ourense efervescénica” del Festival Internacional de Teatro de Ourense, el FITO. (67 grados es la temperatura a la que sale el agua hirviente de las Burgas de Ourense. Jugando con esto y con el verbo hervir, en gallego “ferver”, la compañía Sarabela Teatro ha creado este certamen, similar al del Metro Cadrado del FIOT de Carballo, pero en el sur de Galicia.)

Otra propuesta que pude ver ese sábado en el Metro Cadrado fue CINECLETA, CINEMA DOMÉSTICO A PEDAIS del Sr. Lili (Fernando Pujalte), en el Estudio de fotografía Cris Becerra. Una experiencia parateatral, un rewind temporal a los años anteriores al formato vídeo. Pujalte nos presenta el carro transportable de feria de atracciones, en el que van instalados dos proyectores cinematográficos de Súper 8 y 16 mm. Por causa de la lluvia no pudimos ver la bicicleta en acción, pero sí disfrutar del viaje en el tiempo y de la imagen artística-vintage en la que el Sr. Lili transforma pequeños documentales caseros, de escenas familiares, cotidianas y laborales. Fue muy curioso observar cómo esos documentos visuales de otrora cobran hoy un estatuto de fantasía.

Y la jornada acabó con BÚHO de Titzina, en el Pazo da Cultura. Una pieza teatral con una narrativa que mezcla procedimientos del lenguaje cinematográfico con otros del teatro de sombras chinas, objetos e incluso teatro físico. La historia de un antropólogo forense, especializado en yacimientos paleolíticos, que sufre un ictus y la pérdida de la memoria. El espectáculo prescinde de la forma dramática y, en esa narrativa más cinematográfica y fragmentada, consigue escenas de una verosimilitud que a mí incluso me llegaron a angustiar. A mí me impresionó bastante, muchas veces pienso que me falla la memoria o que no responde a mis requerimientos. Pero pude disfrutar también, gracias a esa sublimación en la que los magníficos actores no solo interpretan, además dibujan y nos llevan a la poesía y al misterio que nos envuelve. El misterio de la mente ligado, aquí, con el misterio de aquellos huesos de aquel primer artista que pintaba bisontes y venados en la cueva en la que, supuestamente, tuvo el accidente el antropólogo protagonista.

Creo que no puede haber mejor manera de comenzar el otoño. Tiempo de castañas, de setas, de colores extraordinarios en los bosques, pero también de juntarse en los teatros al calor de las milenarias artes vivas. Ya estamos en invierno, pero aún es otoño.

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