Siempre pensé que la palabra alumno era la combinación de a, sin, y lumno, luz, pero como hoy día todo está en el dios internet, resulta que el privativo a, es de origen helénico y lumno es latino. La palabra derivaría de alere, que significa alimentar, criar, nutrir o hacer crecer. Ahora me queda claro que alumno no es peyorativo porque no hay nada mejor que alimentar el intelecto.
Durante muchos años hice clases en varias Universidades e Institutos de formación superior, de varias materias relacionadas con mi profesión de arquitecto. Los estudiantes eran variopintos, provenientes de clases socio económicas acomodadas donde la variable dinero, no era para nada un problema, y también los había de menores recursos donde se notaba que el dinero si era importante, sobre todo a la hora de comer algo; los unos comían un sándwich con carne, vegetales y aderezos varios, mientras los otros, un simple pan con mantequilla.
Todos los estudios superiores en Chile son pagados, incluso en instituciones estatales.
Aunque en la Universidad no se debería hacer distinciones en función al dinero, tampoco podemos ser tan ingenuos como para tratar de tapar el sol con un dedo.
Debo confesar que soy muy malo para retener nombres, lo cual, aunque parezca irónico, creo que es positivo a la hora de calificar, porque se hace en base a resultados y no recordando nombres, y de manera involuntaria quizás, calificar a la persona y no al trabajo presentado.
Una vez aclarado esto, aunque etiquetar no es positivo, con el tiempo me di cuenta de los diferentes tipos que existen en el universo estudiantil.
Los forzados: son aquellos que no estudian más por imposición de sus padres, que por voluntad propia. La frase típica de los progenitores es “Después del cartón haga lo que quiera, pero el cartón primero”. Su actitud frente al estudio siempre está apenas en la línea de flotación. Obtienen su cartón y se desbandan como si los hubiesen tenido amarrados. Algunos logran perseguir sus sueños y quizás lograr vivir de ellos, pero la mayoría ha desperdiciado su momento de mayor energía para satisfacer a los papitos.
Los esforzados: son aquellos que no necesariamente tienen las capacidades innatas que se potencian con el estudio. Son como pianistas con dedos cortos, pero que practican, practican y practican, hasta lograr tocar relativamente bien. Nunca llegarán al tope profesional, pero cumplen con el objetivo propuesto. Por lo general, en calificaciones están de la media hacia arriba y tratan de rodearse de estudiantes con mayores capacidades que ellos.
Los natos: son aquellos que no necesitan hacer demasiados esfuerzos para lograr buenas calificaciones y lamentablemente, como se saben buenos, no desarrollan todo su potencial.
Los indefinidos: son los que no saben por qué están estudiando lo que estudian y suelen pasar por varias carreras antes de, tal vez si, tal vez no, lograr llegar a titularse de algo. No son gran aporte al grupo porque su inseguridad los lleva a no poner el empeño necesario cuando se aprende algo nuevo.
Los auspiciados o no: Esta categoría está definida por quien paga los estudios.
Los que son auspiciados por sus padres o una beca, es evidente que ponen menos esfuerzo e interés comparados con quienes estudian de noche porque deben trabajar para pagarse los estudios, o han trabajado durante un tiempo, ahorrando hasta el último peso para pagar.
Las ovejas: son quienes hacen lo que se supone deben hacer. Creo que, en una etapa escolar, es la conducta requerida, pero en la educación superior, se debe tener una actitud más de cuestionamiento. El conocimiento existente, en el área que sea, no tiene por qué ser la verdad. Si fuese así, seguiríamos viviendo en el universo de Ptolomeo donde todo giraba en relación con la tierra.
En todo caso debo insistir en que nunca califiqué a las personas, ni consideré estas clasificaciones, sino a los trabajos presentados, pero me fue imposible no pensarlas.
Los mejores alumnos siempre serán quienes tengan interés en estudiar para nutrir lo intangible de su ser, esto, independiente del área en la que se desarrollen.
A comeeeeerrrrrr…
