Estrenos

Ana Vallés y Carmen Werner estrenan la pieza de danza-teatro ‘Pie izquierdo’

Los días 2 – 3 de abril a las 21:00h. en el Teatro Victoria de Santa Cruz de Tenerife, Ana Vallés y Carmen Werner estrenarán el espectáculo «Pie izquierdo», un dúo de teatro y danza coproducido por sus respectivas compañías Provisional Danza y Matarile Teatro. «Pie izquierdo» es un dúo que surge del encuentro entre Carmen Werner, coreógrafa y bailarina de la compañía madrileña Provisional Danza, y Ana Vallés, actriz y directora de la compañía gallega Matarile Teatro.
La relación entre las dos comienza el año 1993, año de apertura del Teatro Galán en Santiago de Compostela, del que Ana Vallés es programadora. Desde entonces Carmen Werner, con su compañía, presenta sus producciones regularmente en Galán y comienza una colaboración que se concretará en la creación de dos co-producciones: Café de Noite (1993), espectáculo de calle para 8 bailarines y 7 actores, y La Casa en Primer Plano (1994), espectáculo de sala para 2 actrices y una bailarina. En el año 2000 Carmen participa como bailarina en Primeiro movemento: para figuras brancas, de Matarile, y Ana Vallés colabora con Provisional Danza realizando la dirección de escena de Fine Romance.
Así explica Vallés el montaje: «pasa la tarde, como pasa un día o un año, yo qué sé; la tarde también es una imagen. Y lo bueno en esta tarde -en que tú y yo hemos decidido encontrarnos- es que me siento tranquilamente a verte bailar, tú sonríes y me enseñas todos los dientes, y ahí, ante la visión de tus dientes, tan blancos, es cuando te veo realmente y me quedo pasmada, paralizada, trato de leerte algo pero no me escuchas, se me desarticulan las piernas, mi pie izquierdo tropieza con el derecho y caigo, pero tú con tu empeño en sostenerme, en colocarme, en ponerme derecha cuando yo siempre estuve un poco torcida. Y desde una de estas posiciones estúpidas en las que me dejas te observo, observo cómo Carmen sube, baja, da saltos, corre, Carmen por las paredes, Carmen por el suelo, Carmen detrás y delante de mí, apartando cosas con las manos, sudando la gota gorda, ella, yo, que finalmente doy tres gritos y le ruego al respetable que alguien que la quiera le diga que lo deje, que debería dejarlo, estarse quieta y dejar de dar la lata. Y yo, callarme de una puta vez«.

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