El Chivato

Carmelo Bernaola Premio Fundación Guerrero de Música

El compositor Carmelo Bernaola ha obtenido el Premio Fundación Guerrero de Música en su novena edición. Considerado el Cervantes de la música por su importancia y significación en esta disciplina artística, está dotado con doce millones de pesetas, libres de impuestos, y se concede a la persona o institución española cuya labor haya constituido una aportación relevante y significativa al enriquecimiento de la música española y especialmente a la de la segunda mitad de nuestro siglo. En anteriores ediciones lo han recibido los compositores Joaquín Rodrigo, Xavier Montsalvatge, Antón García Abril, Cristóbal Halffter y Manuel Castillo, el director de orquesta Rafael Frühbeck de Burgos, la soprano Victoria de los Ángeles y la pianista Alicia de Larrocha.
El jurado, reunido hoy en la sede de la Fundación, estuvo presidido por Ramón González de Amezúa, director de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, y lo constituyeron el viceconsejero de Cultura de la Comunidad de Madrid, José Antonio Campos; Miguel del Barco, director del Real Conservatorio Superior de Música de Madrid; el compositor y anterior premiado Antón García Abril; el crítico musical de ABC, Antonio Iglesias; Emilio Sagi, director musical del Teatro Real y el musicólogo Lothar Siemens.
Organismos como Academias de Bellas Artes, universidades, centros de enseñanza musical, agrupaciones instrumentales, fundaciones, asociaciones con actividades musicales, la Sociedad General de Autores y Editores, así como cualquier persona o institución con relevancia en el mundo musical, invitadas por la Fundación, presentaron sus candidaturas que, sin carácter vinculante, fueron consideradas por el jurado. La entrega del Premio se realizará posteriormente en la Real Academia de Bellas Artes de Madrid.
Carmelo Bernaola nació en Ochandiano (Vizcaya) en 1929. Tras estudiar en Madrid con Julio Gómez obtuvo el Gran Premio de Roma (1959) y en la capital italiana estudió con Gofredo Petrassi, además de seguir cursos con Stockhausen, Nono y Celibidache, entre otros. Es a partir de los años setenta cuando comenzó la composición de obras absolutamente personales entre las que se recrea el pasado, como ‘Villanesca’ (1978) y ‘Abestiak’ (1989); se aborda de forma nueva el procedimiento concertante, como ‘Nostálgico’ (1986) y ‘Clamores y Secuencias’ (1993), o se interesa por las posibilidades del género orquestal como en su serie de ‘Sinfonías’.
Bernaola ha escrito también abundante música para el cine y la televisión, además de ejercer como clarinetista y profesor en el Conservatorio de Madrid y director del de Vitoria. Es miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y ha recibido la Medalla de Oro de Bellas Artes y el Premio Nacional de Música.

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