Críticas de espectáculos

Casting y Castigo/Saga Producciones

Todo en una mueca
Obra: Casting y castigo
Autores: Juli Leal y Josep Lluis Sirera
Intérpretes: Alicia Escurriola, Miguel Monrabal, Silvia rico, José Sáiz, Desirée Belmonte, Toni Gascó
Escenografía: Daniel Tejero
Iluminación: Pep Sanchis
Dirección: Juli Leal
Producción: Saga Producciones S.L.
Teatre Principal –Alcoi- 03-04-03 Fira de Alcoi
Los autores aseguran que se trata de un divertimento para Agatha Christie, pero en su realización escénica, se mezclan tan arbitrariamente estilos, formas y alientos dramatúrgicos, que al final todo se resume en un mueca. Es una parodia, un juego, en donde teóricamente, se debe ver el artificio de una manera de hacer teatro, de unas tramas previsibles, peor cargadas de ingenio en los diálogos y con un cierto suspense sobrecargando el ambiente y el desarrollo de situaciones y personajes.
Para llegar a ese supuesto homenaje, el público debe pasar por un caótico y mal parodiado casting para elegir parte del reparto, precisamente, de la obra que al final se representará. Son unos veinte minutos muy mal resueltos, donde no hay ritmo, ni acción, todo se mueve por los tópicos, y ni las partes cantadas, ni el motivo central de toda la obra, «busco un millonario» que canta la vedette, ni las situaciones, ni nada es creíble, se desinfla sin llegarse a inflar.
Cuando se produce el cambio a la comedia inglesa, donde existe un mejor tono general, la rémora que se arrastra no ayuda precisamente a meterse sin reticencias en el juego previsto, por lo que todo va transcurriendo dentro de una especie de limbo, en donde sí vemos que los actores, que antes parecían ineptos, tienen recursos para componer un personaje, para jugar a esa falsa teatralidad, y lo que va ganando en consistencia escénica, no lo recupera en el interés ni por la trama, ni por las situaciones, acaso algunas circunstancias anecdóticas, con lo que se llega al final con una sensación excesiva de juguete vacío, de superficialidad, de parodia de la parodia, para quedarse reducido todo a una mueca. Y eso es siempre muy poco. En la representación presenciada ni esa proclama de la búsqueda de un humor blanco se detectó. Había intenciones fallidas, que cuando es para buscar la risa, se transforma en frustración.
Carlos GIL

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