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Chévere

CHÉVERE. EL TRIUNFO DE CITIZEN EN ESCENA CONTEMPORÁNEA DE MADRID
Chévere, una de las compañías teatrales más solventes de Galicia, triunfa en el Festival Escena Contemporánea de Madrid, con Citizen. Se trata de una trilogía en la que se disecciona el ascenso y la caída del emporio téxtil de A.O. (Amancio Ortega). El ascenso se representa en un juego de ficción realista y teatralidad posdramática, basado en indagaciones bien documentadas acerca de la construcción de un imperio económico que erige al humilde y astuto empresario gallego en el tercer hombre más rico del planeta después de Bill Gates y Carlos Slim. La caída se representa como una prospección fantasiosa a la manera de un thriller-culebrón de ciencia ficción, pero bien fundamentada en la lógica omnívora de este feroz sistema capitalista global, y neoliberal en lo político, que se autofagocita. ¡¡¡Crisis!!! A todo porquiño lle chega o seu San Matiño. Intrigas, corrupción, cataclismo bancario y bursatil, arrastran, a su paso, un sistema consumista exacerbado y falto de escrúpulos. La implacable acumulación de riqueza en manos de unos pocos y ese sistema neoliberal globalizado, que afianza como valor fundamental el tanto tienes tanto vales y que cifra la “felicidad” de las personas en los “bienes” (?) de consumo, rebienta. Por justicia poética ha de rebentar porque ha sido construído sobre la explotación de las personas, sobre la manipulación subrepticia a base de una inducción lenta pero implacable, creando dependencias y necesidades respecto a esos “bienes” de consumo. Hábitos y adicciones que nos condenan al estatus de clientes en vez de al de ciudadanas o ciudadanos, en el polo opuesto a una sociedad igualitaria de personas emancipadas.

Citizen de Chévere es teatro político rabiosamente contemporáneo, tanto en la hibridación posdramática de géneros y lenguajes escénicos que utiliza, como en la flagrante actualidad temática. Citizen es un acto de justicia poética y un goce para los sentidos.

Javier Vallejo, en su crítica del 13 de febrero de 2013 en el diario El País, con la que coincido plenamente, acaba diciendo: “Por su ingeniosa escritura, por la creatividad de la puesta en escena, la ambición lograda de la propuesta y la decisión con que aborda asuntos medulares incómodos, Citizen se merece una temporada en alguno de nuestros teatros públicos.”

Habrá de ser una “temporada” en alguno de los teatros de Madrid o Barcelona porque los descentrados gallegos no tenemos “temporada” en los “nuestros” (?). Es lo malo de “ser de provincias”, o sea: provincianos. Descentrados porque nuestro centro no está dentro de Galicia sino fuera, en la capital, en Madrid. Allí se centralizan los vuelos para viajar al extranjero y, ahora, más que para viajar para emigrar. Allí se centralizan los dineros y las grandes decisiones sobre nuestro porvenir. Allí está nuestro broadway teatral. Los teatros públicos gallegos son casas deshabitadas en las que se programa, de vez en cuando, algo de teatro profesional, un que otro fin de semana. El teatro como servicio público concebido por Jean Vilar, es aquí, en Galicia, una actividad excepcional de fin de semana y gracias. Y las compañías o colectivos gallegos están un solo día o, a lo sumo, dos, en los teatros y auditorios de nuestras ciudades, ya sea Vigo ya sea Ribadeo, ya sea A Coruña o O Barco de Valdeorras. Así que, mientras no inventemos el concepto “temporada” en Galicia, esperemos que en los teatros públicos de Madrid o Barcelona nos alberguen alguna vez. Al fin y al cabo a esos teatros públicos de Madrid o Barcelona quizás también ha llegado algún dinero de nuestros impuestos. PERO que se apuren en programarnos, por favor, antes de que las políticas neoliberales acaben con el sector público, incluida la cultura y las artes escénicas. Ya sabemos que en nombre de la feliz “competitividad”, ese concepto central que aspira a dirigir el nuevo sistema de bienestar social, habrá que privatizar. Teatros, hospitales, centros de salud, colegios y universidades. ¡Porque… qué duda cabe que las empresas privadas son garantía de mejor gestión, eficacia y calidad (aunque luego deban ser subvencionadas con dinero público)! Voici!

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