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Dansa València, intensidad de raíz

Vengo de la 36ª edición del festival Dansa València, que se ha celebrado del 15 al 23 de abril. Yo solo he estado tres días y medio. En ese breve espacio de tiempo fui literalmente arrollado por la intensidad real de la danza en todo su esplendor y diversidad.

A veces hablamos de intensidad de una manera figurada y metafórica, sin embargo, la danza, cuando funciona, produce esa intensidad revitalizante que te despierta más que un café bien cargado, por citar solo una substancia legal, exógena a nuestro cuerpo.

Es increíble, por ejemplo, el subidón que nos dan algunos espectáculos. Por ejemplo, cómo María del Mar Suárez La Chachi nos atrapa y nos lleva para donde la da la gana con su ‘Taranto aleatorio’. Lola Dolores, la cantaora, y María del Mar ya comienzan bailando con nosotros a través de la mirada y la actitud, mientras la primera se lía un cigarro y le da unas caladas y la segunda come pipas y escupe las cáscaras. Actitudes de matriarcas, como las de esas señoras mayores de pueblo que tienen un poderío y una malicia de sabias. Magnifico el dominio de las dinámicas, en el movimiento, el zapateado, las palmas y el cante. Desde el susurro hasta el fortísimo, siempre desde un ímpetu volcánico. Increíbles esas suspensiones, en las que parece que la danza y el cante se detienen, pero la acción continúa felina y centelleante. Revolucionaria esa estética honda, chandalera y poligonera, cruzando lo popular con lo rupturista. Al final, el público estaba eufórico, todo en pie y ovacionando. Sencillez y máximo poderío. Para mí fue un descubrimiento que siempre le agradeceré a Dansa València.

Otro ejemplo. A Poliana Lima ya le había visto la pieza titulada ‘Hueco’, en el Teatro Ensalle de Vigo, en el XIV festival de danza contemporánea Isto Ferve 2019. Desde la dicción del poema de Carlos Drummond de Andrade, que acaba con los versos: «Não estou sozinha / não estou vazia / pois anda comigo / algo indescritível», hasta el ángel negro del Samba, en ‘Hueco’ asistimos a cómo un cuerpo experimenta mutaciones sorprendentes, que se pueden percibir como profundas y, por tanto, asombrosas.

En Dansa València presentó ‘Oro negro’, una pieza arrebatadora, en la que pasa de los dorados y una presencia de emperatriz, a los tonos oscuros del petróleo, ese oro negro, cuya extracción hiere la tierra, con una presencia más demoníaca y deslumbrante. Movimiento vibratorio, agitado, extenuante, que va generando focos en diferentes partes del cuerpo desnudas y fibrilantes: el vientre teñido de dorado, los párpados, la lengua, los pechos, las nalgas.

Una melopea vibracional de temblores y agitaciones en el bucle perforador de la melopea musical electrónica. Un universo bizarro en el que aparecen juegos gestuales y posiciones sexuales, en una mezcla de potencia dancística y procacidad. ¡Brutal! ¡Precioso! Y, en paralelo, un bailarín negro vestido de dorado, caminando en trayectorias geométricas, observándonos. Misterio mágico y fuerza deslumbrante en ‘Oro negro’.

En esa misma onda de intensidad ostensible se puede situar ‘Carcaça’ de Marco Ferreira da Silva. Yo ya lo había visto en la pasada edición del GUIdance, el Festival Internacional de Danza Contemporánea de Guimarães (Portugal). Pero, como esos libros que puedes leer varias veces y cada vez descubres algo nuevo, en ‘Carcaça’ he vuelto a flipar con esa manera de habitar las carcasas de bailes tradicionales portugueses junto a otros de procedencias diversas y, como me señaló mi amiga Carmen Giménez Morte, incluso algunas piezas emblemáticas de la historia de la danza portuguesa, de la época del Ballet Gulbenkian. Esa identidad mestiza que se compone de referentes y raíces que, en muchos casos, son como carcasas que necesitan ser habitadas. En este caso, desde una sensibilidad contemporánea, desde las danzas urbanas, el hip-hop, y el estilo clubbing. La troupe de Marco da Silva Ferreira, tan diversa como los referentes que juegan, creó euforia y levantó en aclamación a una buena parte del público en el Teatro Principal de Valencia.

En esa línea de las piezas que recuperan, adaptan y recogen bailes tradicionales, desde una ferocidad contemporánea, de lo que yo he podido ver en Dansa València, también incluiría ‘R-A-U-X-A’, una palabra catalana que se puede traducir como “arrebato”, de Aina Alegre, con la impactante música electroacústica de Josep Tutusaus. Para mí fue otro feliz descubrimiento. Lo primero que me llamó la atención fue la presencia y el carisma de Aina, entre la estilizada elegancia, la delicadeza y la fuerza. La pieza me recordó un poco al estilo de Jefta van Dinther, por sus repeticiones ondulantes como latigazos, pero menos fría, más mediterránea. Dentro del trazo negro de un poliedro sobre linóleo blanco y con otro poliedro de metal color acero, flotando en el aire entre la grada del público y el escenario, la enorme vibración de la percusión musical se correspondía con una coreografía cortante, en la que brazos y piernas segaban el aire y dibujaban otros perfiles poliédricos. La calidad del movimiento, su concisión absoluta, así como la organicidad de una coreografía sumamente artificiosa, generaban un espacio enorme, que desplegaba una energía centrífuga ciertamente arrebatadora. Una programadora francesa, que conoce su trabajo, me comentó que, aunque Aina es de Barcelona, había trabajado sobre una danza masculina tradicional vasca, que implica mucha resistencia y fuerza. A mí me llamó también la atención los golpeteos con los puños en el suelo, sincronizados con la percusión musical, el martillear, que me recuerda al trabajo con cuerdas y velas de Jefta van Dinther en ‘Plateau Effect’ con el Cullberg Ballet. Pero en ‘R-A-U-X-A’ no hay objetos, todo está en el cuerpo y su espacialización y musicalización dancística. A mí me pareció un prodigio de finura y fuerza, de resistencia y grandeza.

Estos solo son algunos de los espectáculos de sala, en los que raíces y contemporaneidad se atraviesan con una intensidad real, muy física y muscular y, a la vez, muy poética. Endorfinas, adrenalina y pasión por un tubo.
En otro artículo intentaré contar otras piezas de Dansa València memorables, tanto de calle como de sala.

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“El futuro es trans según el 12 GUIdance 2023” (Sobre ‘Carcaça’ de Marco da Silva Ferreira, entre otros espectáculos), publicado el 13 de febrero de 2023:
https://www.artezblai.com/el-futuro-es-trans-segun-el-12-guidance-2023/

“Alterar la percepción. Guidance” (Sobre ‘Grind’ de Jefta van Dinther), publicado el 22 de febrero de 2014:
https://www.artezblai.com/alterar-la-percepcion-guidance/

“GUIdance 17. Jefta van Dinther y Thiago Granato. This Is Concret”, publicado el 22 de marzo de 2017:
https://www.artezblai.com/guidance-17-jefta-van-dinther-y-thiago-granato-this-is-concrete/

“Jefta van Dinther y los efectos del escenario en danza” (Sobre ‘Plateau Effect’ del Cullberg Ballet), publicado el 3 de julio de 2015:
https://wordpress.ecomthinkers.com/2015/07/03/jefta-van-dinther-y-los-efectos-del-escenario-en-danza/

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