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El futuro es trans según el 12 GUIdance 2023

Se lo he escuchado a Rui Torrinha, el director artístico del Festival Internacional de Danza Contemporánea de Guimarães, GUIdance: “el futuro es trans”.

Llevo asistiendo y escribiendo sobre este festival desde sus inicios y debo confesar que me une una relación afectiva, alimentada por todo lo que he aprendido y disfrutado en esta cita anual que se celebra cuando los días comienzan a crecer un poco.

Pienso que esa ciudad, en la que se dice que nació Portugal por obra de Afonso Henriques, nos deslumbra no solo con sus infraestructuras escénicas, sino también con ese relato creativo e inquieto constituido por una programación fuera de lo común. El lema que concentra esa creación, compuesta de espectáculos, coproducciones y actividades complementarias, en el 12º GUIdance es: “Naturaleza, trans_formación y otras prácticas sensibles: la felicidad que nos espera”. Una felicidad que yo ya puede experimentar en esos días de un sol de invierno que ya anuncia la primavera y de la irradiación de los espectáculos a los que he asistido.

Lo trans y la transformación del ser a través del movimiento de la danza que, en sus dramaturgias, mueve y amplía nuestra sensibilidad y pensamientos. Desde la coproducción que abrió el festival el 2 de febrero, ‘BAqUE’ de Gaya de Medeiros, con cuerpas y sensibilidades transgénero; hasta el cuento de ‘El libro de la selva’ re-imaginado por Akram Khan, que cerró el festival el 11 de febrero, con esa advertencia respecto al nefasto dominio del “hombre” sobre el planeta; pasando por las tres piezas ofrecidas por Dançando com a Diferença, en las que François Chaignaud, Tânia Carvalho y Rui Horta nos brindan todo lo que el arte del movimiento nos puede mover y conmover, a partir de un elenco con diversidad funcional.

Como en otras ocasiones, me gustaría confiarte mi diario de abordo en esa travesía de aprendizaje y felicidad que fue este 12º GUIdance.

‘BAqUE’ de Gaya de Medeiros, en una creación e interpretación con Ary Zara, Lari Tav, João Leonardo y Eric Santos. Una coproducción del 12º GUIdance, que abrió el festival, en la caja escénica del Gran Auditorio Francisca Abreu del Centro Cultural Vila Flor (CCVF), 2 de febrero.

La vida está llena de “baques” (baqueteos), aunque no los busquemos vienen solos y después, quizás, hasta podemos aprender y cambiar algo. Uno de los primeros o principales puede ser el cuerpo, que materializa nuestra identidad de género, dictada por la biología, olvidando nuestra voluntad. Los cuerpos, condicionando la mirada de las otras personas y los juicios inherentes a ella, a partir de lo que nos hace visibles y sentibles.

‘BAqUE’ celebra, y comparte, cuerpas únicas, de personas trans igualmente únicas, fuera de los clichés y estereotipos que nuestros prejuicios hayan podido construir sobre las personas transgénero.

‘BAqUE’ facilita una mirada cómplice y amiga, porque nos es ofrecida una intimidad que transciende las anécdotas o el mero exhibicionismo, para propiciar la comunión. El movimiento, las canciones, la música, las presencias… son delicadas y poderosas al mismo tiempo. Desnudas, crudas y poéticas. La pieza parece, por veces, tosca como unes niñes jugando a que experimentan un espacio que elles mismes pueden construir o imaginar.
Pero en ese espacio dinámico danzan los afectos, igual que danzan esas cuerpas jóvenes, fuera de los cánones y de los cuerpos objeto de consumo.

Consiguen bellas metáforas en los juegos performativos y nunca pierden la inteligencia del humor y de la broma de tono irónico.

El cuestionamiento de las normativas, que acaban por restringir y marginalizar a las personas, es aquí hecho sin violencia ni imposiciones, de una manera simple y próxima. Incluso la propia palabra que da título a la pieza hace caer del régimen de las mayúsculas ese “q” (que), para mostrárnosla de una manera lúdica, sugerente y no normativa.
Fue un ‘BAqUE’, sin duda, propiciatorio de libertad, de esa libertad tan necesaria que nos sienta tan bien.

‘SOME CHOREOGRAPHIES’ de Jacopo Jenna, interpretado por Ramona Caia, a través de la red europea Aerowaves, a la cual el CCVF de Guimarães está vinculado. Black Box del Centro Internacional de Arte José Guimarães (CIAJG), 4 de febrero.

Esta pieza me ha dado para pensar en las infinitas posibilidades estéticas y expresivas de la danza, atravesada por estilos, escuelas, épocas, modalidades artísticas, deportivas, rituales etc., hasta llegar a la propia naturaleza, más allá de lo humano, donde la danza también se proyecta.

Con las letras del alfabeto, apenas unas veintisiete, construimos más palabras de las que pueden entrar en un diccionario, y con ellas podemos escribir infinitas historias y publicar un inacabable número de libros. Con las posibilidades del cuerpo en movimiento parece acontecer lo mismo.

‘Some Choreographies’ mezcla dos discursos, el collage audiovisual en la pantalla, donde podemos ver una enorme colección de coreografías, con citas de referentes de la danza (‘Cafe Müller’ y ‘La Consagración de la Primavera’ de Pina Bausch, la ‘Danza de la Muerte’ de Kurt Jooss, Rudolf Nureyev bailando ‘Le jeune homme et la mort’ de Roland Petit, ‘May B’ de Maguy Marin, Yvonne Rayner, Merce Cunningham, etc.) y citas de números musicales danzados del cine, de la publicidad, Michael Jackson en ‘Thriller’, personas practicando yoga o diferentes deportes, la policía entrenando físicamente, la danza Kathakali de la India, los rituales del pueblo Masai, procesiones fúnebres etc., mientras Ramona Caia asume, de diferentes modos, ora en una mímesis, ora en una analogía más libre, esa diversidad de movimientos, en una sola coreografía.

De esta manera, tenemos la fragmentación del collage audiovisual, que roba nuestra mirada en muchos momentos, y, en simultaneo, la continuidad corpórea y real de la presencia de la bailarina, donde va a parar toda esa inmensa cantidad de fuentes y referentes.

Además, en superposición y complementariedad al vídeo, está la dramaturgia del sonido y de la luz, en una interacción en diferentes planos. El sonido de las citas montadas en el vídeo, en segundo plano, mientras se funden con la música electrónica que está en primer plano, o esas músicas invadiendo el espacio sonoro, en una suerte de bucle inmersivo.

También en los colores con los que la luz tiñe, por veces, el cuerpo de la bailarina. Y, en el final, la naturaleza mineral, vegetal y animal, más allá de lo humano, desembocando danza sobre el cuerpo que parece cargarse con toda esa imaginería dinámica.
Entonces, la danza es Dios, está en todas partes y hasta, algunas veces, en los escenarios teatrales.

‘GRAN BOLERO’ de Jesús Rubio Gamo, en el Gran Auditorio Francisca Abreu del CCVF, 4 de febrero.

Pasión ibérica girando energética y causando sorpresa en medio de una estructura implacable, la de la rítmica del ‘Bolero’ de Ravel.

Pido disculpas, pero no voy a hablar del tópico de la “pasión española”, porque pasión hay en toda la Península y no solo, y porque los números del cómputo coreográfico que, en muchos momentos de la pieza, pudimos oír sonorizados en las voces de bailarinas y bailarines, eran en castellano, pero también en catalán.

No obstante, lo de la raíz nacional o territorial de la pasión es aquí lo de menos, aunque ningún animal, ni siquiera el humano, pueda ser ajeno, en sus expresiones y movimientos, al ecosistema donde se cría y donde, después, (re)crea artísticamente. La danza está atravesada por muchos detalles.

En un largo pasaje del comienzo, este ‘Gran Bolero’ parte de la luz y de la pulsación de los patrones temporales de la percusión de la famosa composición de Ravel, sin la pegadiza melodía. Después se va añadiendo también, ligeramente variada (alterada) esa melodía.
En esa pulsación circulan las carreras del grupo de 12 bailarinas/es y las subdivisiones de dúos y grupos más reducidos, con frases que conjugan movimientos alargados, fluidos y aéreos, con fuerte decisión y carácter ígneo.

La estructura es hecha de repeticiones y variaciones, metiendo el tiempo en bucle obstinado y los cuerpos en extenuación. A pesar de la previsibilidad que esa estructura tan marcada podría generar, surge la sorpresa en términos de intensidad, que se arremolina en clímax de una sensualidad fuera de cánones. Velahí una pieza que nos lleva con ella hacia una euforia vitalista implacable.

‘SILENT DISCO’ de Alfredo Martins, dentro del escenario del Pequeño Auditorio del CCVF, 4 de febrero.

Guiados por auriculares, las individualidades expectantes del público ponen a prueba su confianza en la dramaturgia de esta experiencia.

Desde mi punto de vista, el éxito de este espectáculo, que explora el potencial de la tecnología de las fiestas “silent disco”, radica en la confianza. La misma con la que nos metemos en la boca esa suerte de pastilla que nos es entregada en una bolsita de plástico, junto a dos pegatinas que deconstruyen los iconos binarios de género masculino y femenino. Una pastilla que, ya en la boca, resulta ser un caramelo.

Confiamos. Confío en que me voy a divertir en la participación directa que se me propone. Confío en que la voz que me habla por los auriculares solo es una amable guía y no un instructor, a quien debo obedecer para que esto pueda funcionar. Porque venimos un poco cansados de tanto obedecer, después de las restricciones de la pandemia, en que todo eran órdenes e instrucciones a seguir.

De los auriculares a nuestros cuerpos, de pie, sin la protección y la comodidad de las butacas. Es difícil que el cuerpo permanezca estático de pie, rodeado por la comunidad con la cual, en esta propuesta, vamos implementar una relación, como mínimo, de participación cinética y de miradas.

Confieso que me divertí, que bailé, salté y hasta grité de alegría. También confieso que algunos pasajes del texto, hablando sobre la diversidad de la noche, entre seropositivos, transgénero, maricas, etc. en un tono que parecía afectado e impactante, no causó el efecto ni el afecto que, quizás, pretendía.

También el performer, en la apropiación de la figura de un gogó de discoteca con arneses, creo que resultó un poco cliché.

Sin embargo, la acción de cubrirnos con una membrana de plástico translucido, como en ‘Inferno’ de Castellucci, consiguió reforzar el componente lúdico y plástico de esta experiencia.

Fue agradable y divertido acabar la primera semana del GUIdance bailando. Cambia la percepción, cambia la mirada y su lugar.

‘CARCAÇA’ de Marco da Silva Ferreira. Gran Auditorio Francisca Abreu del CCVF, 8 de febrero.

Danza impetuosa y música en la que la fisicalidad es puro fuego, sin perder las marcas y geometrías coreográficas. Constantemente bajo el efecto de una poderosa impresión.
Me encantó la originalidad del movimiento, cruzando las danzas sociales actuales con formas del folclore y la tradición.

Los orígenes, aunque en sus carcasas, dan originalidad a este movimiento tan contemporáneo, tan urbano, tan lleno de voluntad y de futuro. El caparazón formal de esos bailes heredados, igual que ese canto gallego, en versión queer de Rodrigo Cuevas, que nos trae, quizás, el secreto de otros orígenes de lo que podemos llamar la identidad portuguesa. Así como el canto de reivindicación y protesta de José Mário Branco contra el fascismo. Todo ello introduce la intención en ese movimiento comunitario, que no olvida, en colores y formas, también el Portugal que fue y estuvo fuera de los actuales límites políticos y geográficos, las excolonias. De hecho, la identidad comunitaria de los pueblos, no sólo de los portugueses, tiene, hoy en día, fronteras muy difusas.

‘Carcaça’ es algo más grande que una carcasa, es una imagen vitalista, empoderada, luminosa, diversa, colorista de un Portugal con futuro sin muros. Velahí la frase escrita en ese linóleo blanco, cuando se eleva verticalmente. Una frase escrita con luz y movimiento: “Tudos os muros caem”.

‘BEAUTIFUL PEOPLE’ de la Cía. DANÇANDO COM A DIFERENÇA con coreografía de Rui Horta. Dirección artística de Henrique Amoedo. Teatro Jordão de Guimarães, 9 de febrero.
Nuestra forma de mirar a las demás personas está condicionada por nuestro cuerpo y sus capacidades, también por la idea que tenemos de la utilidad y la forma de disfrutar la vida. Pero cuando digo el nuestro, ¿a cuál me refiero? ¿El del actor ciego que se nos acerca desde el escenario y nos explica cómo mira el mundo desde que perdió la vista de los ojos, mientras un juego de luces nos deslumbra? ¿La de la bailarina a la que le faltan las piernas, que va en silla de ruedas? ¿El de las bailarinas con síndrome de Down? Etc. Esas otras miradas y esos otros cuerpos también tienen una danza y unas posibilidades artísticas que, quizás, las personas con cuerpos y funcionalidades más normativas no tienen.

Rui Horta, en ‘Beautiful People’, aúna estas divergencias en la hermosura más bella, como escribe Cláudia Galhós en el precioso ensayo que nos acompaña en estos días de felicidad proporcionados por el GUIdance.

Horta no oculta la oposición y el conflicto violento entre cuerpos normativos en la opresión de cuerpos divergentes con diversidad funcional.

Hay escenas casi dramáticas, como cuando un bailarín, sin aparente diversidad funcional, arroja al suelo a Mariana Tembe, que no tiene piernas. Pero la repetición de la acción niega el dramatismo y afirma la metáfora en la que Mariana brilla como bailarina. El empoderamiento de Mariana gana la batalla por su fascinante movimiento.

Música, palabra, luz y movimiento, en una pieza impactante que nos hace disfrutar de la diferencia y que, sin duda, mueve nuestros prejuicios. La vida será mejor así.

‘SOIRÉE D’ÉTUDES’ de Cassiel Gaube (Bélgica). Pequeño Auditorio del CCVF, 10 de febrero.
Cassiel y sus colegas en el escenario, Alesya Dobysh y Waithera Schreyeck, nos ofrecen una “silent club-experiencie” de raíces House. La música queda en los auriculares de las dos bailarinas y del bailarín y, para nosotros, para el público, queda en la musicalización del fraseo coreográfico, expandiéndose por el espacio del linóleo blanco, en ese insistente y obsesivo “footwork” de bailes sociales.

Diagonales y líneas paralelas a la grada, así como avances desde el foro hasta el proscenio, con entradas y salidas del área de baile, en combinaciones de solo, dúo y trío, siempre dentro de un movimiento sincrónico.

En el silencio, la focalización sobre la música del movimiento, también su ritmo sonorizado por la percusión de los pies en el suelo.

Esta musicalización explícita del movimiento me recuerda a la obra de Anne Teresa de Keersmaeker, incluso la ropa de calle que los bailarines traen al escenario (camiseta blanca, jeans y zapatillas deportivas), aunque aquí esta especulación-exploración, propia de los “études” (ejercicios musicales), sea hecha con el rendimiento de los pasos que vienen del House.

Cuando, al final, la música suena para todos, parece aumentar la espectacularidad y disminuir la austeridad del “étude”. Pero para entonces, el juego ya ha quedado claro y, para mí, también la lectura: hay placeres muy exigentes y esforzados.

Repetir es también sumar. A veces parecía que esta repetición conducía a una mecanización que, a su vez, llevaba a los bailarines y bailarinas, como un “Deus ex machina”, fuera de su voluntad, como si la parte inferior del cuerpo, los pies y las piernas, tuviesen vida propia y fuesen los que decidiesen todo. He aquí ese foco tan potente del “footwork”, y el resto del cuerpo, así como su expresión y movimiento, condicionados, para acompañarlo.

‘O ELEFANTE NO MEIO DA SALA’ de Vânia Doutel Vaz, en coproducción con el 12º GUIdance. Black Box del CIAJG, 11 de febrero.

¡Realmente disfruté de este “elefante”! Toda la gente salía del espectáculo con una sonrisa en los labios y los ojos muy brillantes. Entrar de una manera y salir de otra, gracias a las sorprendentes acciones de Vânia, tan simples y a veces hasta extrañas, como lúdicas y surrealistas. Pero siempre sin perder una auténtica conexión con nosotros.
Sentada, contándonos por el micrófono alguna anécdota de un relato que parece ceñirse a la verosimilitud ordinaria, a nuestra lógica cotidiana, pero que, de repente, entra en el terreno de una especie de locura necesaria, esa locura que nos hace más humanos. De tanta rentabilidad y eficacia, las personas, a veces, hasta podemos ser menos humanos.

El juego de estampados florales en las diferentes capas de ropa, así como la reduplicación de estos bodegones florales, además de ser un bello elemento estético, puede ser una buena metáfora de esa naturaleza que llevamos pegada a nosotros y que nunca es natural, sino un artificio que depende de nuestra voluntad.

Por eso es importante estimular el conocimiento y la sensibilidad y ponerlos en movimiento, tal como lo hace la danza en este GUIdance.

En analogía con estas flores, están también los movimientos animales, y el trabajo con voz inarticulada o las interpelaciones a media voz, para deshacerse de las capas de ropa. Un artificio naturalizado sin establecer distancias, jugando con un tipo de humor absurdo, pero con una singularidad y autenticidad deslumbrantes.

Creo que salimos, todos, mejor de lo que estábamos/éramos antes.

‘JUNGLE BOOK REIMAGINED’ de la Akram Khan Company, Gran Auditorio Francisca Abreu del CCVF, 11 de febrero.

La conciencia ecológica del calentamiento global, sublimada en dibujos animados y danza por esta prestigiosa compañía británica, cerró la 12ª edición del GUIdance con un mensaje muy transparente, en un espectáculo para un público general muy numeroso. El Gran Auditorio del CCVF se llenó hasta la bandera en esta propuesta, la de Akram Khan, de gran perfección a todos los niveles, aunque con un poco de infantilismo en el tono del relato de Mowgli.

La síntesis de esta historia es una alegoría muy directa sobre la nefasta manipulación y dominación de la raza humana, sobre animales, plantas, etc. Me encantó el hecho de que no representaban, como en el ballet clásico, ni personajes ni historia, aunque fueran indicados y evocados por el movimiento del prodigioso elenco.

La historia está narrada por las voces, en diálogos, en ese tono de dibujos animados para niños, y complementada con los propios dibujos que se mezclan, en el escenario, con bailarines y bailarinas. El coro o colectivo animal y la Mowgli humana bailan al unísono con una precisión increíble, con una fluidez, al mismo tiempo, salvaje. Pero aquí lo salvaje es acogedor, frente al apocalipsis planetario generado por “el hombre”.

Tal vez aún tomemos nota. Estamos a tiempo.

Tal vez esta 12ª edición del GUIdance haya, ciertamente, movido algunas ideas o removido algunos prejuicios y estimulado nuestra sensibilidad. Tal vez la danza nos lleve a un futuro mejor. Por lo de pronto, el presente, esos días del festival, fue feliz y edificante. Un presente que conjugo, ahora, en pasado, pero que es, sin duda, simiente.

P.S. – Otros artículos relacionados:

“Perturbaciones desde la danza en el 11 GUIdance 2022”. Publicado el 14 de febrero de 2022.
“La ‘mundança’ en el 11 GUIdance 2022”. Publicado el 6 de febrero de 2022.
“Tânia Carvalho, Vera Mantero, Joana Castro, Akram Khan. X GUIdance 2020”. Publicado el 17 de febrero de 2020.
“Marlene Monteiro Freitas, Sofia Dias & Vitor Roriz, Elizabete Francisca, Marie Chouinard. X GUIdance 2020”. Publicado el 10 de febrero de 2020.
“La bella levedad de la carne. Wang Ramirez y Michael Clark. GUIdance 19”. Publicado el 24 de marzo de 2019.
“Cuestión de confianza. IX GUIdance 19. Victor Hugo Pontes. Maurícia Neves. Miguel Moreira. Jonas & Lander. Joana Von Mayer Trindade & Hugo Calhim Cristovão”. Publicado el 25 de febrero de 2019.
“El Jaguar y el León de Plata de Marlene Monteiro Freitas. GUIdance 18”. Publicado el 18 de febrero de 2018.
“Lo humano y lo divino en Humanário de Rui Horta. GUIdance 18”. Publicado el 13 de febrero de 2018.
“Wayne McGregor. AutoBIOgrafía y ADN en danza. GUIdance 18”. Publicado el 5 de febrero de 2018.
“Wim Vandekeybus entre la obsesión y el instinto. Speak Low If You Speak Love. GUIdance 17”. Publicado el 8 de abril de 2017.
“GUIdance 17. Tânia Carvalho. Captado pela intuição”. Publicado el 31 de marzo de 2017.
“GUIdance 17. Jefta van Dinther y Thiago Granato. This Is Concrete”. Publicado el 27 de marzo de 2017.
“GUIdance 17. Jonas & Lander. Adorabilis”. Publicado el 19 de marzo de 2017.
“GUIdance 17. Russell Maliphant. Conceal. Reveal”. Publicado el 12 de marzo de 2017.
“Contar la danza para dirimir qué nos cuenta ella. GUIdance”. Publicado el 20 de febrero de 2015.
“GUIdance. La vuelta a la casa del cuerpo”. Publicado el 13 de febrero de 2015.
“Alterar la percepción. Guidance”. Publicado el 22 de febrero de 2014.
“Guidance: donde la danza es teatro en cueros”. Publicado el 14 de febrero de 2014.

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