Críticas de espectáculos

El Musical de Broadway

Profesionalidad, Juventud y buen Gusto
Obra: El Musical de Broadway (Antología de los títulos más importantes de los grandes musicales que han triunfado en todo el mundo)
Intérpretes: Compañía Musikanz
Teatro Nuevo Apolo (Madrid)
Con casi diez años de andadura, podemos afirmar que la Compañía Musikanz es una entidad seria, sólida y con una gran calidad artística.
Treinta y dos cantantes y una banda musical de ocho componentes, conforman la base de una compañía caracterizada por el directo, su fuerza y el respeto a la concepción original del autor.
Con estas contundentes premisas ha llegado a Madrid, presentando uno de sus programas más conocidos y admirados: «El musical de Broadway». Una selección de los principales temas de conocidos musicales, representados en Broadway.
Son treinta, los montajes que pasan ante nuestros ojos, en una puesta en escena sencilla, sobria y cuidada; alcanzando la sofisticación más elaborada, gracias al protagonismo y tratamiento, que en los 120 minutos de duración, se ha otorgado a la luz.v La Compañía Musikanz, nos invita a recorrer la historia del musical. Desde «Top Hat» y su inolvidable «Cheek to Cheek», hasta «El Rey León»; pasando por «Cabaret», para deleitarnos con uno de los momentos estelares del repertorio: El Medley dedicado a «Los Miserables».
La calidad de un espectáculo no se mide por la cuantía económica invertida en su realización efectiva. La calidad de un proyecto no se mide por los nombres o por la artificiosidad de un decorado o atrezzo que, a veces, sólo sirve para enmascarar una deficiente materia prima… Cuando consigue esconderla… Muy pocas veces. La calidad de un espectáculo se encuentra en el salto sin red que supone el directo, el completo y total directo que vivimos en el musical que nos ocupa.
Treinta y dos cantantes, actores y bailarines, nos ofrecen una soberbia interpretación; basculando, hábiles, entre los muy diversos estilos musicales que, en dos horas y casi medio siglo, nos ha ofrecido Broadway. El jazz de «Chicago», el pop de «Fama», el rock de «Jesucristo Superstar» o el lirismo de «El fantasma de la ópera», quedan perfectamente representados en las voces de unos profesionales jóvenes, ilusionados y apasionados por una profesión que, sin duda, aman.
Es este un completísimo montaje que ha gozado de un excelente asesor musical que ha sabido escoger lo mejor de entre los mejores espectáculos; que ha sabido situar estratégicamente la nostalgia al lado del chispeante optimismo de «My Fair Lady». El recuerdo setentero de «Grease» junto a los sueños psicodélicos de «Hair».
Sin olvidar el final del primer acto. La fuerza sobrecogedora de una magistral partitura, de unas magníficas interpretaciones y de un más que maravilloso musical: «Los Miserables».
Si acuden a disfrutar de «El Musical de Broadway» no esperen una escenografía ostentosa; no esperen unos efectos especiales estridentes… Eso, aquí no es importante. Por otra parte, sería casi imposible, recrear la atmósfera, los distintos ambientes de treinta musicales, en dos horas y en un único escenario.
Si acuden al Teatro Nuevo Apolo han de saber que, por una vez, se ha cedido el protagonismo a lo verdaderamente importante: La música, las voces, el arte, el directo, el buen gusto y la imaginación. Si alguna vez temieron que el verdadero musical podría morir «gracias» a las nuevas tecnologías, que hacen posible cantar a quien no tiene oído y regalan generosas, una hermosa y timbrada voz, a quien sólo es capaz de susurrar… desechen ese temor. Aún hay quien reivindica la autenticidad, el verdadero espectáculo, la verdadera comunión con la sensibilidad de un público que sabe que el «Show» sólo podrá continuar si la verdad vuela libre entre las notas eternas de un musical gestado en Broadway.

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