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El regreso de José Martínez a París

Regresa a su casa, a la institución que lo vio crecer, desarrollarse y brillar como una estrella del ballet: La Compañía de Ballet de la Ópera de París, la más prestigiosa compañía de danza francesa, considerada dentro de la primera división del ballet mundial. Pero ahora resurge para dirigir al ballet.

Salió del grupo en 2011 siendo Estrella, Etoile, y regresa once años más tarde como director de la compañía que le dio prestigio y alas. Un destino bien trazado. Visto desde fuera parecería que fue fácil su elección, dentro de las normas, pero no fue así. La sorpresiva renuncia en julio de la antigua directora, la también bailarina estrella Aurélie Dupont, dejó sin timonel a esta difícil compañía exasperada por egos y olvidos. Son 140 bailarines que luchan por brillar. Y en la puja por el puesto de nuevo director participaron 23 candidatos, 9 mujeres y 14 hombres, de los cuales 8 fueron seleccionados, presentados a la consideración del director general de la Ópera de París, Alexander Neef quien escuchó personalmente 4 proyectos, para finalmente inclinarse por un producto de la casa: José Martínez.

José Martínez es un hidalgo, un legítimo caballero español, surge en ese auge de la danza clásica española representada por Víctor Ullate, Nacho Duato o Tamara Rojo. Posado y audaz como un Quijote de la coreografía, reservado pero activo, desde el final de su carrera como bailarín trazó su camino como coreógrafo al recrear en danza la famosa película Les enfants du Paradise, (Las criaturas del Paraíso) que fue un éxito. Sin estridencias pasajeras ha sabido ser creador. Sus relaciones públicas son tersas pero decididas, elemento que le servirá seguramente para atacar la dirección del Ballet de la Ópera.

Porque los desafíos son múltiples: conciliar tradición con nuevas creaciones, es decir las raíces con las ramas y los frutos del árbol. También debe conservar una excelencia dancística en el momento en que socialmente hay abulia en el aprendizaje y en donde todo se vale. Diríamos que hay pereza democrática en la enseñanza. Debe conciliar integración social y calidad, y debe promover a un grupo en donde todos los bailarines son buenos aunque hay quienes son muy destacados o excelentes. Difíciles ecuaciones que ya ha sabido enfrentar con la Compañía Nacional de Danza de España, una experiencia que seguramente le sirvió a la hora de la selección. Ya supo tratar con lo intrincado de las relaciones humanas en el arte y en la danza.

Así que José Martínez regresa a París con los mejores augurios, sabe de que se trata y quiere afrontar el desafío. Como dato para destacar las dificultades que va a enfrentar hay que decir que tanto Aurélie Dupont como Benjamin Millepie renunciaron antes del término de su contrato. Todos esperan que Martínez sea el director que traiga armonía y acción para esta sólida compañía.

París, noviembre de 2022

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