Entrevistas

Entrevistas desde la ISTA: Eugenio Barba

Transcripción: Marcelo Solares.

La ISTA, Escuela Internacional de Antropología Teatral, se reúne esta vez en su XVII edición en Pecsvarad en las afueras de Budapest en Hungría. Estaremos siguiendo todo el proceso de formación y también el espectáculo «Anastasis (Resurrection)» dirigido por Eugenio Barba y que se presentará en el marco de la 10 Edición de las Olimpiadas del Teatro en Budapest. Hoy nos encontramos con Eugenio Barba, director y fundador del Odin Teatret en el 1964 y de la ISTA en el 1980.

Gregorio Amicuzi.-¿Qué es la ISTA, por qué nació y qué sentido tiene seguir haciéndola?
Eugenio Barba.- La Escuela Internacional de antropología teatral ISTA nació en 1980 cuando el director de cultura de la ciudad de Bonn, Hans Jurgen Nage, me ofreció una conspicua subvención para hacer un proyecto didáctico para actores y directores de teatro de grupo. Y lo imaginé invitando a directores sobre todo, a encontrar a los artistas actores y sobre todo bailarines que me habían influenciado o hacia los cuales les tenía como una admiración profesional. Así que yo tuve la posibilidad de reunir actores y bailarines de Japón, de China, de Bali, de la India, que había conocido durante los 15 años de experiencia que ya tenía y a ellos junté también algunos estudiosos universitarios de diferentes universidades que estaban interesados a la problemática de la didáctica y también algunos directores como Grotowski, como Clive Barker, Dario Fo, que crearon la primera ISTA como un universo muy particular aislado y que duraba un largo tiempo.
La primera ISTA duró dos meses y también la segunda a Volterra en Italia, organizada por Roberto Bacci y su teatro de grupo Piccolo Teatro di Pontedera. Era algo fuera del común en el sentido que no era un festival, a pesar que a veces se mostraban espectáculos, sino todo era concentrado sobre la transmisión de lo que eran, no las formas exteriores, sino los principios técnicos a través de esas formas. Cuando nosotros vemos a un actor de una diferente convención teatral, de otra cultura, ballet clásico, butoh, teatro kabuki o del teatro contemporáneo europeo, lo que nos fascina como espectadores es el resultado de un talento que es dado por nacimiento, o al contrario, de una sabiduría que se adquiere, basada sobre algunos principios técnicos. Es decir, las formas pueden ser diferentes, exactamente como las palabras en diferentes idiomas, son diferentes, pero los sonidos, los fonemas, son los mismos, así que el conocimiento linguístico de los fonemas te permite a través de ellos, poder comenzar a comprender, o aprender, a entender los otros idiomas.
La idea de base era hacer aprender a los participantes, 50, máximo 60, jóvenes y no jóvenes, gente de la academia y también gente de la profesión, bailarines y actores, lo que era el primer día de aprendizaje de actores de otras tradiciones y géneros. En el primer día, como todos los comienzos, està la substancia de lo que después va a caracterizar la formación, el estilo de un género espectacular. Así nació la ISTA, gracias a esa generosidad, diría voluntad, de un director de cultura que era un compositor musical. Se volvió una aventura que nadie había hecho. Lo más impresionante es que esa aventura, es profundamente costosa. La 17a sesión de la ISTA de este año en Hungría cuesta más de medio millón de euros y dura dos semanas. Durante más de dos semanas nosotros vivimos aislados en un monasterio. En un intercambio profesional que comienza a las 7 de la mañana y se termina a las 11 de la noche, con maestros de alrededor de 11 tradiciones de Asia, de Latinoamérica, de Europa. Separados del mundo, como una isla, como una utopía que sin embargo es realidad. Terminamos haciendo un gran espectáculo que va a acontecer en Budapest, en el Teatro Nacional,. Su titulo es “Anastasis, Resurrección”, con la participación de los bailarines y actores que han sido los maestros durante esas dos semanas y también los participantes.
Diría que si en la historia del teatro del siglo XX se puede imaginar algo de paradójico y único, es la ISTA, con sus 17 sesiones en diferentes países del mundo, también en Latinoamérica, en Brasil, pero sobre todo en Europa, donde organizadores lograron encontrar esas características materiales de un lugar que protegía esa transmisión del secreto, que permite a una nueva generación de continuar lo que se ha hecho.

P.- ¿Cuáles son las tradiciones que tu metes en esa lupa? Porque para mí es una especie de lupa, la mirada del ISTA. Principalmente, casi siempre son de Asia, no? y algunos de América Latina pero podría entrar también de otro continente? ¿Cómo es la elección y qué tipo de tradición puede entrar?
R.- La antropología teatral es el estudio del ser humano en una situación de representación organizada, es decir, que es fundamental poder repetir lo que tú estás haciendo, de manera que yo lo pueda poner bajo la lupa y estudiarlo..
¿Qué significa repetir? Significa saber encontrar lo que está en el origen del proceso, de dónde viene el objetivo. Eso primero, y segundo, saberse distanciar de eso para poderlo analizar, es decir, la repetición de lo que tú has hecho en el momento creativo se vuelve un momento también de reflexión, que te permite no solo a ti como artista que vas creando, de saber distanciarte y decir: “ ah! yo puedo mudarme de esta manera, de cambiar esto, etcétera” sino también de transmitir a los demás.
Por eso las tradiciones codificadas son de Asia, pero también el Ballet clásico, también la danza moderna, también toda la forma del teatro que son estilizadas, del teatro popular. En Latinoamérica está lleno de eso, así que a través de lo que se consideraba teatro hemos pasado todo, también lo que es performativo, teatral, una celebración que a veces es considerada una fiesta popular.

P.- Para los estudiantes que vienen, que muchos vienen de escuelas, de formaciones teatralizadas normales, digamos, de academias teatrales ¿Cómo pueden aplicar esos principios? O sea, se pueden aplicar esos principios a cualquier género de teatro o no?
R.- Lo que aprendes en una ISTA, es pensar en categorías de principios. Cuando tú aprendes un idioma, un nuevo idioma, es la construcción de la frase diferente, de las palabras mismas con otros sonidos a pesar que tienen la misma significación, pero la aplicación, la manera de cómo tú vas a hablar ese idioma, depende de una serie de factores individuales. Así tú aprendes algunos principios técnicos de cómo construir, por ejemplo, su presencia de una bailarina clásica, claro que todo, si tú eres un actor que trabaja con un texto, no vas a utilizar la manera de moverse, de mirar, de utilizar los brazos de la bailarina clásica, porque esas son las formas, pero los principios cuales son? los principios de la dilatación del cuerpo, de la elevación hacia arriba, lo que inmediatamente transforma, la arquitectura tónica de las tensiones del cuerpo. Eso de la dilatación frontal, eso del saber dividir el cuerpo, como hacen las bailarinas, las piernas que llevan el peso del torso y de los brazos, así que las piernas son casi como separadas del torso, todo eso crea un tipo de presencia que puede ser utilizada en cualquier forma de teatro, sea eso el butoh o un teatro de texto o de danza. Por esto hablamos de principios y no de formas, repetidas.

P.- Se están abriendo Centros de Antropología Teatrales, En Grecia hay uno, en Argentina hay otro, por lo menos que yo conozco. ¿Cómo se vincula Eugenio Barba con esos centros, y qué vínculo tienen con la antropología teatral o con el ISTA?
R.- Al final la antropología teatral ha definido un campo muy pequeño, el de la pre-expresividad? La pre-expresividad es el trabajo que el actor o el bailarín hace para adquirir una presencia que es eficaz para los sentidos del espectador, para su percepción. Se trata de los principios; el cambio del equilibrio, de cómo se dilata la dinámica de nuestros movimientos a través de oposiciones, y eso del pensamiento, de una manera de pensar, que es una incoherencia coherente. Con incoherencia, por ejemplo, es pensar en el sí mágico de Stanislavski. Es absurdo que un joven español de pronto diga: “ Ah! sí, yo era un príncipe danés” , es completamente incoherente, pero si él sigue la coherencia de ese pensamiento, te transforma todo eso en una presencia y en una representación que puede mover los sentidos y la memoria del mundo intelectual y emotivo del espectador.
Así, esos son los principios de la antropología teatral. El psicoanálisis, al final ha dicho: existe un campo que se llama subconsciente, después se crearon muchas escuelas de cómo se lo iban a cocinar esa idea. Lo mismo con la antropología teatral, tú trabajas con algunos principios, y todos ya están de acuerdo, después como tú lo transmites esos principios, ya depende de la persona, del lugar donde están, del contexto. Se relacionan conmigo, porque son personas que he conocido, pero ellos tienen una gran libertad. Todo se queda dentro el campo de la pre-expresividad, de cómo todo ese trabajo que se hace antes de llegar a la expresividad final del resultado del espectáculo.

P.- ¿Cómo te imaginas la ISTA en 100 años?
R.- Yo pienso que la idea de crear un momento único, separado de todo lo que caracteriza las profesiones de nuestro oficio, va ser una inspiración también para las generaciones futuras. La Primera condición de nuestro oficio es de ser rentable a nivel económico, ganar a través del espectáculo. No es ser creativo, tú puedes ser creativo, pero si tú no encuentras una sala donde trabajar, si no encuentras el dinero para pagar a los actores, si no encuentras también una manera de hacer espectáculos que atraen espectadores que pagan o alguien, un mecenas que paga en lugar de los espectadores, tú no puedes realizar nada.
La ISTA rompe con todo esa manera de pensar, porque es un momento donde algunos maestros se concentran sobre sus orígenes e intentan pasarlo a un pequeño grupo de personas motivadas. Todo eso es profundamente costoso. La ISTA es un sueño, es una utopía, que pero se ha realizado ya 17 veces gracias a la obsesión y la terquedad de algunos individuos. Todos los que han organizado la ISTA, es gente que participó de la ISTA y vivió ese choque, literalmente, choque de encontrar otras culturas y trabajar con esos maestros, con sus propios cuerpos y descubrir lo que era distante y al mismo tiempo cuanto era cerca de sus propias preocupaciones, la soluciones técnicas que se habían encontrado. Son esos alucinados que han participado del ISTA, los que después logran convencer políticos , instituciones o fundaciones a dar el dinero e intentan, luchan, se esfuerzan de encontrar el contexto físico de trabajar juntos y sin ser molestados. Estamos aquí en una área en Hungría, en un monasterio del siglo trece, reconstruido, completamente aislado, en un panorama excepcional, y durante dos semanas va a ser algo único en nuestra vida profesional. Así yo pienso que este sueño a ojos abiertos continuará existiendo. Soñar a ojos abiertos significa también comenzar a pensar que es posible realizarlos en la realidad. Lo que fue hecho, se queda como modelo, imagen, mito, una leyenda, y todo eso inspira. Por eso estoy seguro que esa leyenda de las ISTAS, de las sesiones que se hicieron en diferentes países y de las luchas que ese grupo de personas han efectuado para realizarla va a ser una inspiración también en el futuro.

Libros publicados de Eugenio Barba en la Editorial Artezblai.

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