Espacio anestesiante
Perdonen por el titular, pero lo leí en un artículo sobre el uso de los jóvenes de los diferentes aparatos que les proporcionan información, desinformación, relaciones algo extrañas y se podría decir que una exclusividad en el entretenimiento de todo tipo, asunto que, según los estudios sicológicos y sociológicos, crean un espacio anestesiante, o sea, que ni frío ni calor, sin más emociones que las rutinarias, confundiendo la realidad con lo virtual y de ahí hasta el infinito.
¿Es posible que exista un teatro anestesiante? Sí claro, existe desde siempre un tipo de producción que va desde el buenismo al culturalismo, de lo clásico a lo contemporáneo que deriva la atención hacia temas líquidos, que crea una sensación de burbuja en las salas que intenta aislarse de lo que a la sociedad le interesa más. Además, si contabilizamos todos los públicos que acuden cada viernes a los teatros de la península ibérica que es mucho o al menos bastante desde el punto de vista de este cura que se dedica a predicar siempre en los desiertos culturales en los que se siembran las artes escénicas, ninguna obra, repito ninguna obra de teatro clásico, contemporáneo, musical, para niños y niñas o unipersonales, ninguna de estas propuestas, las más valoradas, las que más recaudan, puede compararse en cantidades con cualquier influencer, red social, idiotez o lucidez mediante. Y ahí, no estaría nada mal, pararse a ajustar sin ensoñaciones lo que representamos la gente dedicada a las artes escénicas. No la propaganda, no la filosofía, sino la realidad, qué cambia o qué puede cambiar una buena obra.
Mirando hacia atrás, resulta que llevo una semana acudiendo a estrenos de obras que tienen una característica que me parece importante: son repartos amplios en estos tiempos raros. Y los hay que son institucionales, para institucionales, coproducciones o producciones privadas. Toda la gama de lo que el sistema de producción híbrido nos puede ofrecer. Por ello voy a hacer una referencias superficiales sobre algunas de ellas, que no mencionaré ni por orden cronológico ni de importancia, sino de manera aleatoria y por motivos que tienen que ver con mi propia mismidad. Por ejemplo, el Festival Hispanoamericano del Siglo de Oro, Clásicos en Alcalá (que ha cambiado el iberoamericano por hispanoamericano, asunto que nos parece significante), se inauguró oficialmente con una “Numancia” de Miguel de Cervantes en versión y dirección de José Luis Alonso de Santos que en la entrada en una charla informal debía que nunca había entendido esta obra y por eso le ha metido mano par ver si la descifraba. Y la coloca en un territorio de claridad en acciones y dicciones, pero sigue apoyándose en una noción patriótica que una vez que vi esta obra en japonés, fue la única que, descontextualizada de patriotismo y españolidad, me pareció sugerente y bastante más compresible. Es que, en todo, mi postura es que el punto de vista me parece sustancial. Se verá en temporada, en un escenario más grande y seguro que ganará el empaque de la escenografía y toda la puesta en escena.
Del Festival de Mérida en Madrid, hemos visto dos montajes, un “Coriolano” de Shakespeare, con mucha garra, pero sin acabar de establecer ninguna opción que haga comprender el contexto, aunque tiene ambición en su puesta en escena, quizás muy física, incluso diría que en varios pasajes roza un cierto regodeo en la violencia. La otra es una “Ifigenia” muy remodelada, es decir una versión que es muy sugerente, con una mirada que acaba siendo muy feminista, con un reparto muy solvente y una puesta en escena algo mecánica, pero que logra empatizar con la platea, algo no desdeñable en esta crónica ligera.
Como ven, relato tres obras de primer nivel, te gusten o no, se trata de elecciones que inciden en un tipo de propuestas en el que la “percha”, el texto de origen es magnificente y su aproximación en estos tres casos es suficientemente eficaz para atender a los públicos actuales. Y en estos casos no entiendo sean anestesiantes. He visto más, hasta textos contemporáneos o danzas de primer nivel, pero será para otra ocasión, por hoy ya vale, salgo ahora mismo hacia Pamplona para asistir esta tarde-noche a los Max.