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La perspectiva LGTBIQ+ en acción, por justicia

Todo comenzó con una paliza, una noche, al volver de tomar algo con unos amigos. Al pasar por la Praza do Berbés un individuo le pidió un cigarro y, acto seguido, tras la sentencia “Maricón de mierda”, comenzaron las patadas y los puñetazos. Alberte Bello tiene pluma y no solo no la oculta, sino que la reivindica. Un hombre con maneras o amaneramientos “femeninos” es un insulto para cualquier machista de pro. Esas maneras le valieron escupitajos y hostias cuando era un niño y ya le llamaban “maricón” como lo peor del mundo, antes de que él ni siquiera supiese lo que era eso.

Con ese punto de partida, no me parece muy fácil emprender la creación de un espectáculo teatral sin caer en el victimismo o en la revancha. Actitudes para nada constructivas o que puedan conducir a un mundo mejor.

Pero, ¿cómo se digiere una agresión? ¿Cuál es el tiempo necesario para recuperarse psicológicamente y no solo físicamente? No lo sé.

Alberte Bello en complicidad con Diego Chamizo y David Vila comenzaron un proceso de creación, como Colectivo ChamizoBelloVila, asentado en la performance, para tratar el tema de las violencias contra la comunidad LGTBIQ+

Primero fue una pieza breve, titulada ‘MENU-DO DÍA’, que presentaron en La Fundación Luís Seoane de A Coruña, el 18 de diciembre de 2021, en el ciclo Teatro Mínimo Ambulante, que organiza Ese Sitio (Espazo Creativo Colaborativo de A Coruña). Una segunda entrega del proceso de creación, también en formato breve, la presentaron en el 15 Festival Internacional de Teatro de Ourense (FITO) 2022, dentro del II Certamen 67º Ourense Fervescénica, en el que ganaron el Premio del Público. También ganaron el Premio del Público al Mejor Espectáculo del Certamen Micro-escenas Metro Cadrado del 31 Festival Internacional Outono de Teatro de Carballo (FIOT) 2022. La performance, en sus diferentes fases del proceso de creación, también pasó, en formato breve, por la 39 Mostra Internacional de Teatro Cómico y Festivo (MITCF) de Cangas do Morrazo 2022, que se convirtió en coproductora para que hubiese una versión extensa. En noviembre de 2022 eran seleccionados en el V Festival Pezas dun Teatro do Porvir, de la Asociación de Escritoras/es en Lingua Galega (AELG), donde compartieron con el público especializado un fragmento. Por fin, en mayo de 2023, ‘MENU-DO DÍA’ se presentaba en una versión un poco más amplia en el CORUFEST, sumándose al equipo la escenógrafa Noa Iriarte, y el 7 de julio de 2023 se estrenaba la pieza completa en la 40 MITCF de Cangas.

Quizás hace falta todo ese periplo para que un punto de partida tan traumático se convierta en una obra artística. El tiempo es clave, también lo es la competencia artística.

Una de las virtudes de esta propuesta es que la herida no se ofrece como drama, sino como una serie de cuadros de plasticidad casi ritual, amparada en tareas y actividades escénicas reales, sin diferir la acción a un nivel ficcional. Los objetos y las imágenes, tanto en la manipulación directa en el escenario como en la proyección de fragmentos de vídeo, tocan nuestra sensibilidad y sacuden nuestro pensamiento de diversas maneras. En ningún caso se busca epatar, ni ofender, ni desagradar.

En la primera parte, la acción teatral se muestra contundente en el reflejo de las violencias de la sociedad actual, supuestamente civilizada de nuestro país. En la segunda parte, existe un hacer frente y un empoderamiento celebratorio e incluso alegre y festivo.
En esa sociedad existe el odio y el desprecio hacia personas que no siguen los modelos dictados por el heteropatriarcado. En esta sociedad existen personas que votan a partidos políticos que colocan en las instituciones democráticas a la ultraderecha, que fomenta discursos de odio. En ‘MENU-DO DÍA’ se reproducen algunos de esos discursos mientras el actor, Alberte Bello, come plátanos compulsivamente, después de entrar como un objeto destartalado sobre una mesa de servir comidas. Discursos que evolucionan, por el tratamiento sonoro, al ruido ensordecedor, desagradable y violento, que se cruzará con el de accidentes y colisiones de tráfico, mientras el actor se convierte en un “dummy”.

Casi como en el teatro medieval o en el posdramático de factura más visual, las figuras alegóricas resultan bastante claras, tanto el “dummy”, ese muñeco, que es la reproducción de una persona para hacer pruebas de choque y testar los mecanismos de seguridad de los automóviles, como la figura inicial de la persona embalada en papel de estraza y atada con cintas de obra y precintos que avisan de su fragilidad. Incluso la gabardina beige y los tacones dorados, o la mudez del actor, que provienen de “El salón des refusés” de Miss Beige, una propuesta de la genial creadora Ana Esmith, que expone aquello que, por lo general, es rechazado o condenado por la sociedad del éxito, la productividad, la perfección y la norma.

De hecho, uno de los últimos vídeos, con los que se cierra ‘MENU-DO DÍA’, es de Miss Beige, actuando como hada madrina de esta propuesta escénica. En ese corte final observamos, desde el interior de una nevera, como Miss Beige abre la puerta y coge, del interior del refrigerador, el martillo fresco y se lo lleva. Esa figura de Miss Beige, opuesta a las de Walt Disney, como una anti-heroína que, sin embargo, se convierte, con su performance humorística, en el azote de todo aquello que amenaza la libertad y los derechos de las personas, poniendo en evidencia la hipocresía social.

En esa onda se sitúa ‘MENU-DO DÍA’, con una primera parte dura y emocionante, en la que actúa no solo Alberte Bello, sin decir palabra, sino también los discursos de odio de la ultraderecha, en contraste con los titulares de prensa recientes sobre agresiones y asesinatos, como el del joven Samuel Luiz en A Coruña. En contraste aparecen, también, declaraciones y frases de otras personas que vivieron y sufrieron esas violencias de diferentes maneras, como Eduardo Blanco Amor, Federico García Lorca, Conchi Arnal, Elisa y Marcela, Trini Falcés. Frases breves y de una contundencia irrevocable, capaces de abrir la mente al más retrógrado si se pasase por este espectáculo, a menos de que se tratase de un psicópata, que haberlos hay-los.

Del mismo modo que, en la segunda parte, más humorística y festiva, podemos sorprendernos con la gracia populista de Giorgia Meloni, al teléfono, reivindicando la familia tradicional heterosexual y el derecho a un país sin migrantes, sin nada que pueda alterar mínimamente los modos de vida de quien piensa como ella. Alberte coge el teléfono y el blablablá impositivo y sordo de la Meloni no le permite articular palabra, excepto, eso sí, su cara de estupefacción y de chiste.

El humor de la mímica y de la actitud de Alberte abre más colores que los de la bandera LGTBIQ+ que sacude en los primeros cuadros y de la que salen plumas.

El humor y el arte, igual que la multicolor LGTBIQ+, son las únicas banderas que no excluyen ni imponen nada a nadie, aunque algunos populistas odiosos, que pretenden infantilizarnos, intenten decir lo contrario, frente a sus banderas que cierran fronteras y no solo niegan la plurinacionalidad y la diversidad del Estado español, sino también la violencia machista, dentro de la que se encuentra la homofobia, la transfobia y el cultivo conveniente de miedos.

Los escenarios y las artes escénicas no son solo lugar de solaz y entretenimiento banal. También son espacios para la reflexión, para estimular y ensanchar la sensibilidad, para educar el gusto, para fomentar el pensamiento crítico y emancipador, para espantar los miedos.

La perspectiva LGTBIQ+ no solo forma parte del mundo, sino que, como demuestra el Colectivo ChamizoBelloVila, es una perspectiva necesaria para comprender la dimensión de la justicia en nuestra sociedad del siglo XXI.

P.S. – Artículos relacionados:

“31 FIOT de Carballo con ChamizoBelloVila, el Sr. Lili y Titzina”, publicado el 6 de noviembre de 2022.

“Un festival de piezas en proceso”, publicado el 5 de diciembre de 2022.

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