Críticas de espectáculos

La Tabernera del Puerto. Compañía Lírica

EL GLORIOSO FRUTO DEL TRABAJO
Obra: LA TABERNERA DEL PUERTO
Libreto: Federico Romero y G. Fernández Shaw
Música: Pablo Sorozábal
Intérpretes: Compañía Lírica Nacional
Dirección: Antonio Amengual
Dirección Musical: Pascual Ortega
Teatro Reina Victoria
Habiendo sido estrenada en el Teatro Tívoli de Barcelona en 1936, poco antes de estallar la guerra, “La Tabernera del Puerto” continúa siendo una de las obras más representativas del género.
El Romance Marítimo, situado en la costa atlántica, sigue poniendo de relieve la riqueza musical del Maestro Sorozábal; dueño de un estilo ecléctico, de significativas y extensas influencias. El músico vasco supo, en todo momento, beber y aplicar, en sus obras las teorías y tendencias musicales del momento, creando un repertorio sobresaliente que ha escrito con grandes letras, uno de los capítulos más importantes de la música española.
La Compañía Lírica, un verano más, nos abre las puertas al mundo de la zarzuela con un selecto programa. “El Barberillo de Lavapiés”, “La Revoltosa”, “Los Gavilanes” y “La Tabernera del Puerto”, entre otros, conforman los pasajes musicales que componen la nueva temporada extraordinaria de zarzuela.
Antonio Amengual, en su dirección, ha sabido dotar a esta compañía, del carácter y seriedad necesarios para hacer de la profesionalidad y el trabajo, la bandera que enarbola orgullosa este conjunto de estupendos artistas. Porque es, casi, un milagro lo que la Compañía Lírica Española está realizando, día a día, en el Teatro Reina Victoria. En un recinto sin foso, surge mágicamente la música. En un escenario no demasiado grande, se recrea una tormenta feroz, en la que Manola y Leandro parecen morir… Seríamos injustos si nos limitásemos a remarcar los escollos estructurales que tan admirablemente están siendo salvados; ya que sobre el escenario hemos tenido la satisfacción de disfrutar de excelentes interpretaciones: Margarita Marbán, en el rol de Manola, lleva a cabo una labor magistral. Esta joven soprano, crece profesionalmente cada día y en esta zarzuela, da muestras de un dominio lírico y vocal excelente.
Carlos London, en el rol de Simpson, se presenta seguro y rotundo. Llega, incluso, a traspasar el “hipotético” foso, hasta llegar con su pasional interpretación a tocar el alma del espectador. Este intérprete conjuga en sí, la fuerza del gran actor y el magnífico cantante.
Luis Cansino, en el rol de Juan de Guía, pone de manifiesto su vital presencia, a medida que transcurre la obra. Magnífico barítono, se conduce con una tremenda facilidad a través de las notas y los ritmos marinos de la maravillosa partitura de Sorozábal.
Quizá donde encontramos el punto más débil de este montaje es en el Tenor que lleva a cabo el rol de Leandro. Su posible falta de consistencia queda al descubierto en la romanza “No puede Ser”.
No hemos de obviar que el Maestro Sorozábal dejó para la historia de la música una partitura especialmente lírica y difícil para cualquier cantante; quizá por esta razón, la exigencia sea mayor y, por ende, un intérprete ha de encontrarse, a la hora de afrontar partituras de este calibre, en unas condiciones físicas y mentales óptimas. “La Tabernera del Puerto”, en el montaje realizado por la Compañía Lírica Española, es una puerta abierta que nos empuja a amar el género, mal llamado, “Chico”. Dramáticamente, tenemos ante nosotros una puesta en escena sencilla y cuidada; no podemos olvidar las geniales interpretaciones de Marta Moreno y José Ramón Henche. Musicalmente, Pascual Ortega, realiza una labor encomiable, sorteando las dificultades propias, a la hora de afrontar una partitura de tal entidad, con una orquesta reducida.
Antonio Amengual lleva a cabo, nuevamente, un estupendo trabajo, en la dirección y coordinación de una compañía capaz de hacer lo imposible… Y, además, hacerlo bien.

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