Críticas de espectáculos

Las Cervantas/Inma Chacón y José Ramón Fernández

El paso del tiempo

Tras una gira por 5 festivales Las Cervantas se han instalado en la sala Max Aub de las Naves del Matadero. Un espectáculo luminoso, inteligente en que, a través de un acontecimiento real en la vida turbulenta, aventurada de Miguel de Cervantes, aparecen con claridad sus ideas increíblemente modernas sobre la condición de la mujer, su libertad, su derecho a decidir sobre su vida.

Cervantes fue casi el único escritor en su época que tanto en su vida como en su obra se distinguió como el promotor de los derechos de mujeres. Las mujeres que forman parte de su familia, libres, cultas, independientes, revolucionarias en la sociedad opresiva del siglo XVI, eran por una buena parte modelos de algunos personajes en la obra de Cervantes.

Los dos autores de Las Cervantas anclan su obra en el hecho real de la vida de Cervantes que ocurrió el 27 de junio de 1605 en Valladolid, unos meses después de la publicación exitosa de la Primera Parte de Don Quijote. Un caballero fue asesinado en la puerta de la casa donde vivía Cervantes, con Catalina Salazar, su esposa, sus dos hermanas, Andrea y Magdalena, su sobrina, Constanza de Ovando y Isabel de Saavedra, su hija bastarda.

Para cubrir al asesino, un noble, se acusa a Cervantes y a las mujeres de su familia, apodadas Las Cervantas, insumisas a las normas de la sociedad de aquella época, tachándoles de putas, porque viven de su trabajo.

Inma Chacón y José Ramón Fernández, como los entomólogos, escudriñan este pequeño mundo femenino rebelde, encerrado en la casa bajo un arresto domiciliario, preparando su defensa.

Cervantes fue rodeado desde su infancia por las mujeres cultas, valientes, luchadoras, capaces de pasar por encima de las leyes, enfrentar las adversidades.

Su madre hizo pasar por viuda para obtener la ayuda del Estado para liberar a su hijo de la cautividad en Argel.

Sus hermanas pusieron una querella contra caballeros que no habían cumplido sus promesas de casamiento y obtuvieron compensaciones.

Las actitudes, los modos de enfrentarse a la vida, a las adversidades, la conducta independiente de las Cervantas fueron excepcionales y sospechosas en su época pero también perduran ejemplares en la sociedad actual basada todavía en las normas patriarcales.

Estamos en la casa de la familia de Cervantes, en el taller donde viven y trabajan las mujeres, cosiendo ropa. Puertas cerradas, ventanas abiertas, hace calor. Desde la calle llegan voces, ruidos de tambores, golpes en la puerta. Una atmosfera inquietante, amenazante. No se puede hablar en voz alta en la casa.

Por los dos lados del taller algunas maletas, imagen de la errancia, de la inseguridad. Unas camisas colgadas a dos percheros.

Las mujeres llevan sillas, discuten, beben un trago, esperando ser interrogadas, preparan sus declaraciones, arreglándolas para evitar las posibles contradicciones.

Se supone que Cervantes, invisible en la escena, está en la habitación de al lado, escribiendo una novela sobre dos perros que discuten a la esquina de su casa: El coloquio de los perros.

La música original en directo del violonchelista Jose Luis Lopez, como un personaje más, acompaña la acción, marca las tensiones dramáticas.

Los vestuarios atemporales, vestidos de casa, batas, confieren a estas mujeres una dimensión emblemática de pioneras de la emancipación femenina.

Los puntos de vista sobre Cervantes se cruzan, dibujando un retrato de un hombre inquieto, un mal esposo y padre, un hombre criticable con un espíritu aventurero.

Inma Chacón y José Ramón Fernández han integrado en la trama unos pequeños textos de Don Quijote como por ejemplo el fragmento sobre la pastora Marcela leído por la hija de Cervantes, Isabel, unos refranes de su obra citados por Magdalena. Son evocados también algunos personajes femeninos de la obra de Cervantes, como la princesa Micomicona, Dulcinea, Galatea, etc.

Los autores destacan así la interacción entre la vida y la obra de Cervantes y los paralelismos entre las mujeres de su vida y los personajes femeninos de su obra.

Como si estas mujeres fueran conscientes de su inmortalidad dicen en un momento «vamos a pasar a la historia».

El sentimiento de miedo, la inquietud afloran permanente en esta pequeña comunidad rebelde.

El paso del tiempo es un elemento dramático fundamental en el espectáculo. Las fechas y momentos del día son marcados sobre telas, maletas.

Finalmente la familia de Cervantes absuelta se va, siguiendo la Corte Real a Madrid que se convierte en la capital de España.

«¿Qué hacemos? Vamos como los caballeros andantes» dicen las Cervantas saliendo de la casa con sus maletas.

Un espectáculo brillante, impecable, tanto por la puesta en escena como por la interpretación de las actrices que crean no las figuras emblemáticas sino las personas auténticas con sus emociones, miedos y sus propias miradas al mundo.

Irène Sadowska

Las Cervantas – texto Inma Chacón y José Ramón Fernández – dirección Fernando Soto – música original: José Luis López – 

música en vivo José Luis López / Marina Barba – escenografía Mónica Boromello – vestuario Marta Martin – Sanz –

iluminación Javier Ruiz de Alegría – con. Andrea de Cervantes – Gracia Olayo, Magdalena de Cervantes – Sole Olayo, Isabel de Saavedra – Clara Berzosa, Constanza de Ovando – Irene Ruiz, Catalina Salazar – Yaël Belicha

En las Naves del Matadero de Madrid

Del 20 de octubre al 13 de noviembre 2016

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