María Casares fue una gallega exiliada y una actriz francesa fuera de serie, una de las referentes fundamentales. La Asociación de Actrices y Actores de Galicia (AAAG) le rinde homenaje, desde 1997, organizando los Premios de Teatro María Casares.
El 21 de marzo de 2024, cerca del Día Mundial del Teatro, se celebró la gala XXVIII de estos premios, votados por el sector. Las obras y las personas galardonadas en las 16 categorías son más que merecedoras de ese reconocimiento.
‘Unha inimiga do pobo’ de Talía Teatro fue la gran vencedora con 7 galardones (espectáculo; dirección: Tito Asorey; adaptación-traducción: Vanesa Sotelo y Tito Asorey; actriz protagonista: Marta Lado; actor secundario: Toño Casais; espacio escénico: Dani Trillo; iluminación: Laura Iturralde). ‘O Auto do Castromil’ de Excéntricas en coproducción con el Centro Dramático Galego (CDG) consiguió 2 premios (dirección: Quico Cadaval; vestuario: Carlos Alonso). ‘Deadpan Karaoke’ de Ibuprofeno también llevó 2 premios (maquillaje: Baia Fernández; espacio sonoro: Mónica de Nut). ‘Nanai de la China’ de Pérez & Fernández es el Mejor espectáculo de títeres. ‘Crisálida’ de Caramuxo es el Mejor espectáculo infantil. ‘Shakespeare en Roma’ del CDG llevó el María Casares al Mejor actor protagonista para Toni Salgado. ‘Entrega en man’ de Contraproducións llevó el María Casares a la Mejor actriz secundaria para María Roja. ‘Códice K’ de Ainé fue el María Casares al Mejor texto original para Manuel Cortés. ‘Un hotel de primeira sobre o río’ del CDG fue el María Casares a la Mejor dirección de movimiento para Gonçalo Guerreiro y María Torres.
Una buena cosecha, sin duda, y una alegría en todos los sentidos.
Sin embargo, como este es un artículo es de opinión me voy a permitir opinar e incluso hacer una crítica constructiva, sin perder de vista el grande esfuerzo y el grande mérito que tiene la AAAG organizando, desde 1997, estos premios, en los que, además, hasta yo mismo tengo una responsabilidad como votante e incluso cómo ganador de uno de los premios en la XX edición de los mismos.
En estos XXVIII Premios de Teatro María Casares eché de menos que no premiáramos ninguna propuesta de alguna compañía emergente.
No obstante, lo que más echo de menos es que las actrices y actores de Galicia, desde su AAAG, no abran el concepto de actriz y actor a lo que acontece en los escenarios en los que, desde hace décadas, se viene demostrando que las/los artistas de circo son actrices y actores, las payasas y payasos son actrices y actores; las bailarinas y bailarines actúan y hasta interpretan personajes, por tanto, también son actrices y actores. En definitiva, que el estatuto de actriz/actor se ha ampliado a las diferentes modalidades y disciplinas de las artes escénicas. Y que, por otra parte, el teatro, de límites cada vez más inciertos y porosos, se alimenta e hibrida con la danza, con el circo, con la música, etc.
De hecho, eso que llamamos teatro contemporáneo, o aún más específicamente las teatralidades posdramáticas incluyen ese reinventarse y mezclarse con otras modalidades escénicas e incluso con otras artes y con disciplinas, fuentes o elementos no artísticos, como pueden ser los deportes, etc.
Todo esto para decir que echo de menos unos Premios María Casares de las Artes Escénicas de Galicia que celebren, reivindiquen y visibilicen, por igual, el Mejor espectáculo de Danza, el Mejor espectáculo de Circo, el Mejor espectáculo de Magia, la Mejor pieza breve escénica (de danza, teatro, circo e híbridos), porque una pieza breve puede ser una joya artística tan legítima y rica como una de duración estándar o de grande formato. Igual que en los festivales de cine son considerados los cortometrajes como un género importante.
Evidentemente, para poder organizar y celebrar unos María Casares de las Artes Escénicas de Galicia, haría falta también un entendimiento, un acuerdo y una unión entre la AAAG y las asociaciones y plataformas sectoriales de la danza, del circo y de la magia. Lo cual, en sí, ya significaría un paso adelante, porque cómo dicen los refranes: la unión hace la fuerza, o bien el contrario: divide y vencerás. Creo que llevamos muchos años separados. En lo que atañe a reivindicaciones, la gente del teatro, por un lado, la de la danza por el otro, la del circo, la de la magia. Aunque, después, en la práctica, encontremos compañías en las que las colaboraciones y cruces enriquecen y hermanan sus trabajos.
Recuerdo uno de los hitos de la historia de los María Casares, en su XXV edición de 2021, cuando ‘Bailar agora’ de Marta Alonso Tejada conquistó tres Premios María Casares, entre ellos al Mejor espectáculo y a la Mejor dirección para la propia Marta Alonso Tejada, bailarina y coreógrafa de danza contemporánea. Recuerdo que, después de ver la maravilla que había hecho, le animé a presentar la pieza a los María Casares y que, desde la AAAG, en aquel momento, le respondieron que la candidatura no podía ser aceptada porque se trataba de una pieza de danza. Entonces respondió reforzando los argumentos: ella, en ese prodigioso solo, baila, pero también habla, porque la pieza, en un estilo de auto-ficción teatral, viene a ser una especie de historia de la danza, desde una niña de Ourense que quería ser bailarina y que ahora ya es una “señora de la danza”. Efectivamente, ‘Bailar agora’ es una pieza de danza contemporánea, pero como acontece en la mayor parte de la dramaturgia posdramática, también es una pieza de teatro y acabó por conquistar los María Casares de aquel año 21. He ahí la riqueza de los mestizajes en lo artístico y he ahí también la pulsión progresista en lo que se refiere a la ingeniería y a los lenguajes escénicos.
Esa brecha que abrió ‘Bailar agora’ debería ser el camino para abrir también los María Casares, como celebración de las artes escénicas y de su mestizaje. Lo contrario, al final, sería que, para poder celebrar, visibilizar y reivindicar la danza, las plataformas y asociaciones del sector hicieran, por su parte, otros premios, y lo mismo con el circo o con la magia, lo cual implicaría seguir cada cual en su parcela.
Respetando las diferencias y las especificidades, lo suyo es buscar la igualdad.
