El Chivato

Mario Gas asume la dirección del Teatro Español de Madrid

Mario Gas, actor y director de escena, es desde ayer director del Teatro Español, de larga historia y tradición, al que llega con el firme propósito de hacer de él un teatro «abierto», a todo y a todos, un «centro de vida», «un proyecto colectivo amplio». El director asume la que es su primera experiencia al frente de un teatro público, tras una dilatada y exitosa carrera profesional, un teatro que el Ayuntamiento de Madrid quiere convertir en «el mascarón de proa» de su política cultural. Para ello cuenta con el decidido apoyo del alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, quien acompañado por la concejal de Las Artes, Alicia Moreno, le dio la bienvenida a este teatro centenario que quiere convertir en «el mascarón de proa» de su política cultural y «consolidarlo como el sello distintivo de la ciudad en los próximos años».
Mario Gas, un director de escena de reconocido prestigio, acepta el reto, consciente de que dirigirá los destinos de un «lugar emblemático» de la ciudad de Madrid, y convencido de que llega al Español, propiedad del Ayuntamiento, para «servirle», no para servirse de él. «Espero salir de aquí -dijo- después de haber servido al teatro, a la palabra y a la ciudad».
Palabras que escucharon numerosos compañeros de profesión y amigos, que quisieron acompañar a Mario Gas en este día. Como Juan Echanove, Pilar Bardem, José Coronado, María Adánez, Josep María Flotats, Carlos Hipólito, Juan José Otegui, Berta Riaza, María Pujalte, Vicky Peña, Julia Martínez, Enma Suárez, el director de escena Miguel Narros, que ha sido también director del Español, los empresarios teatrales Enrique Cornejo y Alejandro Colubi o el autor Ignacio Amestoy, entre otros muchos.
Mario Gas, nacido en Montevideo (Uruguay), actor y director de teatro, ópera, zarzuela y hasta cine, sustituye en el cargo a Gustavo Pérez Puig, que ha dirigido el Teatro Español durante los últimos catorce años, hasta el pasado 31 de diciembre.
Ruiz Gallardón entiende la llegada de Gas al Español como «un acto de confianza hacia el futuro», aún reconociendo que «es un riesgo». El alcalde apuesta por una cultura abierta y cosmopolita, que «busque lugares de encuentro», y que es la que quiere llevar a la práctica el actual gobierno municipal.
Una cultura sin dirigismo, con el compromiso de «respeto absoluto» hacia los creadores y, en este caso concreto, hacia la gestión de Mario Gas. «Tenemos que huir de cualquier tentación de dirigismo cultural, de poner cualquier discurso cultural al servicio de una ideología. Que esta casa sea una casa de diálogo, de respeto y curiosidad intelectual hacia el otro. Que el pensamiento único no se instale en ninguna dependencia oficial», insistió.
«Estamos poniendo -dijo el alcalde- las bases de una política cultural que sirva, no para movilizar ni para apoyar a un proyecto político, ni para añorar una cultura del compromiso que sí olvida su compromiso con la creación, sino para impulsar una cultura que nos ayude a reconocer al otro, a superar la divergencia y a integrar mediante la renuncia previa a los prejuicios».
Antes, Alicia Moreno había hablado de «abrir ventanas» para que entre «la luz» en el Teatro Español, para que «huela a hoy», porque «no nos podemos refugiar -dijo la concejal- en la historia que encierran estas paredes». La concejal de Las Artes, impulsora de la llegada de Mario Gas al Español, quiere que este Teatro apueste por el riesgo y que salga de Madrid, a otros lugares de España y del resto de Europa, un deseo compartido por Gas.
Mario Gas asume la que es su primera experiencia al frente de un teatro público, tras una dilatada y exitosa carrera profesional y vital, «con sobriedad, alegría y con la ligereza con la que deben abordarse en la vida las cosas serias». Llega para hacer teatro público en una sociedad moderna, «una aventura como es en sí misma la vida», de ahí que el éxito no pueda ser nunca total. El nuevo director del Español tiene en su cabeza muchas ideas, muchos proyectos, de los que todavía no quiere hablar. Porque antes quiere montar su equipo, y hablar con todo aquel que le pueda aportar algo.
«Vísteme despacio que tengo prisa», es su lema para las próximas semanas, al tiempo que rehúsa opinar sobre sus antecesores. «Sólo distingo -comenta- entre teatro bueno y malo».
En conversación con los periodistas, Gas aseguró que no «convertirá ninguna falsa tradición en algo que nos impida seguir creciendo», dijo que su obsesión es seguir «una línea de respeto al creador» y que tiene muy claro que no llega al Español «para convertir esto en mi casa».
Negó que el retraso en su llegada haya estado provocado por sus problemas con la Agencia Tributaria, con la que mantiene un viejo contencioso que ha solucionado «solo, sin intervención alguna del Ayuntamiento» de Madrid. «No existe ningún problema, he llegado a un pacto con Hacienda», recalcó.
Gallardón y Moreno le desearon suerte con las palabras que son de uso común en el mundillo teatral antes de cualquier estreno: «Mucha mierda».

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