Sud Aca Opina

Para adelante, para atrás

Cuando se nos erizan los pelos producto del frio, es un resabio de tiempos pasados cuando instintivamente nuestro cuerpo se protegía generando una capa de aire entre el medio ambiente y nuestra piel. El instinto iluso, cree que algo puede hacer.

¿Y para qué, si con una primera capa o ropa de polar es más eficiente?

Como directa consecuencia de los adelantos tecnológicos, hemos progresado en múltiples aspectos, al mismo tiempo que nos estamos debilitando como especie.
Estadísticamente, la expectativa de vida aumenta en promedio, 10 años por cada nueva generación, aunque esos últimos años los estiremos a punta de medicamentos, by-pass y restricciones de todo tipo.

Nuestros padres y abuelos, de niños jugaban con tierra y comían de todo, incluyendo uno que otro insecto o suciedad, sin enfermarse, mientras hoy, nuestros hijos se enferman de nada.

Como especie del reino animal, por un lado, nos hacemos cada vez más fuertes y por el otro nos debilitamos.

Lamentablemente creo que esta tendencia no solo se aplica a lo físico, sino que a lo mental también.

Sigue existiendo creación para desarrollarnos no solo física, sino que espiritualmente también, pero creo que solo es porque la población mundial ha aumentado exponencialmente y entre miles de millones de humanos ¿Cómo no habrá un creativo?

Podrán existir diversas opiniones, sobre todo porque las generaciones de padres, siempre han encontrado deplorables las iniciativas de los jóvenes.

Confieso no ser un fanático de la música clásica, pero creo que la llegada del reguetón no ha sido un aporte a los melómanos del mundo. Con la música clásica nuestro cerebro se ejercita buscando los diferentes sonidos generados por la riqueza instrumental y rítmica, mientras que este ritmo tropical puede que lleve a una especie de trance, aunque para nada estimule nuestros sentidos y nos abra nuevos horizontes de percepción. Por supuesto no me referiré a la lírica, porque por un lado los jóvenes claman por una justa perspectiva de género y por otro, tararean letras denigrantes hacia la mujer.

¿Somos contradictorios?

Siempre lo hemos sido y creo sin temor a equivocarme, que lo seguiremos siendo.

Tengo un hijo que a pesar de haber crecido en la cultura de un buen asado el fin de semana, se hizo vegetariano y al poco andar, vegano. Bien por él, pero tuvo que recurrir a la ciencia para ingerir suplementos alimenticios en comprimidos farmacéuticos. Hoy, al menos, es vegetariano, con más posibilidades de obtener lo que su cuerpo necesita para estar sano, de lo que consume.

La contradicción es parte de nuestra esencia de ser humanos, y por supuesto, nadie tiene la verdad absoluta, porque la verdad es un constructo social donde concurren todas las opiniones.

Es difícil, pero estamos obligados a convivir con nuestra lógica de lo irracional, y lo peor de todo, es que tenemos que convivir con las irracionalidades globales.
Es cierto que avanzamos, aunque también estemos retrocediendo.

En definitiva, cada uno de nosotros en su fuero interno, debe encontrar la respuesta a sus propias contradicciones.

No sé si estoy muy de acuerdo con la última frase que escribí.

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