Críticas de espectáculos

Peribáñez, azarzuelado

PERIBAÑEZ, AZARZUELADO
Por Pablo Villamar
¡Vaya por Dios! Con lo bien que me cae José Luis Alonso de Santos, director de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, que es un buen autor y sobre todo un caballero y va y viene y me da uno de los disgustos mayores de mi vida teatral. Pues nada menos que descubrir que no sirve para dirigir teatro. No diré el clásico, si no para ningún otro género. ¡Válame Dios y San Miguel Arcángel! ¿ Por qué, Dios mío, por qué? Sencillo, por que carece de imaginación. Es sin duda una dicotomía ya que para ser autor hay que ser imaginativo ¿O no? Cela no lo fue nunca y llegó a Premio Nóbel. Pero escribía divinamente. Y, sin duda, conocía sus limitaciones, dado que nunca dirigió una pieza de teatro. Es decir, que se puede ser buen autor y mal director. El poeta no es el que mejor recita sus versos. El declamador no sabría escribirlos. El crítico de toros es incapaz de torear un becerro. José Luis Alonso de Santos, gran autor, se ha metido nada menos que a dirigir la ganadería de los mihura. Las consecuencias están a la vista. En este momento, con Lope, en «Peribañez y el comendador de Ocaña» ha errado de la cruz a la raya, que uno también hace pareados.
No se salva ni el programa de mano. Ya sé que él no lo ha hecho, ya sé que cuenta con los mejores colaboradores, con todos los medios a su alcance, pero el Director es el responsable de todo. Ay, de mí, ¿qué será de mí ahora tengo que dictar una clase por correspondencia?
Empecemos:
1.-La mayor parte de los clásicos tienen alguna cancioncita porque era común en su época, pero no zarzuela de mariscos como en este caso.
2.-Desde 1916 con Jacques Copeau, quedó abolida la «cuarta pared». El señor de Santos, no sólo parece ignorar este dato si no, que baja y sube el telón de boca, las veces que quiere, para cambiar el decorado, como en los tiempos de Adán y Eva, y para disimular la cosa, pone un acordeonista, o un «cantante», o salen dos tramoyas en la semipenumbra para colocar unas sillas, mientras otros sudan por dentro, cambiando los trastos de sitio.
3.-El solo referente de «Madre coraje», arrastrando su carromato, es suficiente para que ya nadie se le ocurra, la peregrina idea de sacar un carro tirado por personas, aunque éste sea florido y fermoso.
4.-La escenografía tiene que elegirla el director, según los bocetos que se le muestran, y también estar atentos a su realización.; el señor de Santos, ha escogida, la más horrible, la más antipática, la más cutre, lo que indica cuando menos una falta de sensibilidad.
5.-También falla en la dirección de actores. Estos no tienen culpa alguna, van donde les dicen. Es el director el que elige el reparto y el que debe saberse de memoria la técnica de la actuación.
6.-La colación de las figuras es fundamental y ésta debe hacerse en triángulos, (no equiláteros) y el vértice será para aquel personaje que tenga la frase más interesante, aunque sea un «bocadillo», ya que los triángulos se harán y desharán continuamente, porque el teatro no es ESTÁTICO si no dinámico.
7.-Tanto el punto 6 como las luces, como la música, hay que hacerlo con «poesía» de tal forma que el público no note transiciones PORQUE NO LAS HABRÁ.
8.-En cambio»canta» demasiado la mano del director (en este caso de mal director) cuando el mejor elogio que la crítica puede concederle al director es que no se note la mano de éste.
9.-Estos y otros principios son la cartilla, el a,e,i,o,u del director de escena, y hay que aprenderse bien esas vocales para luego articular las consonantes.
10.-Si el señor Director de «Peribañez», hubiese estudiado algo de la puesta en escena, se acordaría que estamos en el año 2002 de nuestra Era y que no se puede hacer un montaje como en 1950 o 1960 , sobre todo porque dirigiendo la Compañía Nacional de Teatro Clásico, le ha dado paso a otros directores, que han hecho montajes modernos, con obras de tan difícil actualización, como «La vida es sueño», «El Alcalde de Zalamea», «Don Juan Tenorio», «Otelo», etc., etc. Inútil. Nada se le ha pegado ni de refilón, lo cuál empieza a ser preocupante.
11.-Tampoco se ha enterado que esta obra ya fue dirigida hace muchos años por un grupo catalán de un pueblo de Tarragona, mucho más moderna que ésta. Tampoco ha visto el montaje de González Vergel, no hace tanto tiempo, es decir, ha ido a lo suyo, sin más información.
12-Y todo esto viene, de que los públicos han cambiado mucho en los últimos cincuenta años, como ha cambiado el cine, y la televisión, y la música , y la poesía, y hasta la política, y que hay que vivir con el progreso, que es imparable, y no con el retrogradismo o el reaccionario puro y duro, y menos jugar con el teatro que tiene que estar a la vanguardia de la sociedad.
Y 13.-Buen número, viven los cielos. No me mueve mi Dios para quererte, el cielo que me tienes prometido…¡Ay Dios! ¡Lo que acabo de escribir! Cuando la experiencia me dice que hay que halagar, alabar y lisonjear, que solo dando jabón a la gente se puede salir en la foto. Lo siento mucho. No he podido contenerme.
Pues Crespo lo dicho, dicho. Pues Lope lo hecho, hecho.
PABLO VILLAMAR

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