Reportajes y crónicas

Tercera Crónica desde Caracas/Actuar con Leo Bassi

Actuar con Leo, delante de mil personas, Ministro de Cultura incluido, en la gala inaugural del Festival Internacional de Circo de Caracas junto a varias docenas de payasos, acróbatas, malabaristas y demás representantes del mundo circense, fue una de las experiencias artísticas más potentes de mi vida.
Desde el primer momento la reacción del público fue calurosa y cercana, pero sin lugar a dudas el momento álgido del espectáculo fue la intervención magistral de Leo Bassi, a quien tuve el honor de presentar como un viejo payaso retirado de las tablas. Su entrada a través del público fue completamente estudiada, un hombre canoso vestido de traje que venía a recibir su homenaje en este circo de Venezuela, para después sorprender al público con uno de sus discursos radicales, baile catársico y malabarismos con pelotas de basket (para eso esta considerado como uno de los mejores malabaristas con los pies del mundo).
Yo sentí un enorme placer al interrumpir en la pista del circo montado en una Harley y rodeados de motoristas con pintas barriobajeras para subir a escena y compartir durante uno rato con este monstruo de las tablas el calor del público.
Cuando todo finalizó el público seguía encendido por la actuación de Bassi, y en cualquier lugar del recinto se paraban a saludarlo y darle la enhorabuena, incluso al día siguiente cuando la organización nos llevó a conocer la realidad revolucionaria de los Barrios caracaqueños, la gente lo seguía reconociendo como el loco italiano que los había conmovido.
Hoy tenemos una nueva actuación en la plaza de los museos, el lugar icono de la cultura alternativa y circense de Caracas, y por la expectación creada estoy seguro que será de nuevo un profundo éxito, una nueva ocasión para aprender de este maestro, un hombre capaz de conectar con el público en cualquier lugar y situación, capaz de movilizar las conciencias, de despertar emociones que pueden ir desde el amor hasta el miedo, pasando en todo momento por el territorio de la risa.

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