Críticas de espectáculos

Uraniburg. Compañía Histeria Teatro.

URANIBURG. EL ETERNO PELO DE TYCHO BRAHE.

Compañía Histeria Teatro.

Casa de América. Sala Triángulo.

Director: Luciano Cáceres.
Intérpretes: Mariano Rochman, Miguel Galavís y Cristina Gallego.

SIN CUARTA PARED.

El público teatral es heterogéneo. Existen personas que únicamente quieren ser espectadores. Otras sólo quieren pasar un rato agradable. Otras prefieren un argumento que estimule su cerebro. Otras estiman necesario un teatro que vaya más allá; constituyendo el efectivo despertador que nos ponga en guardia ante la pasividad. Otras quieren ser protagonistas, quieren derribar la cuarta pared, pasando a formar parte del decorado; pasando a ser parte activa de la historia, del experimento… O de una inocente visita a un museo, en el que un extraordinario científico llevó a cabo apasionantes descubrimientos.
“Uraniburg” es la obra idónea para este tipo de espectadores. Su original planteamiento logra provocar en el público una curiosidad sana, interesante e innovadora.
Cristina Gallego, la guía del museo, conducirá a los visitantes a la sala de exposiciones, donde Aspa Hall (Miguel Galavís), doctor que completó el estudio del difunto Tycho Brahe, pronunció en un pasado no muy lejano, su último discurso, con el que anunció su dimisión… El presente, lo protagonizan el mismo Aspa Hall y un meteorólogo (Mariano Rochman), ambos han vuelto, pretendiendo apropiarse de la última prueba, la definitiva. La prueba que demostrará la existencia de Dios. El fin último de la ciencia. La eterna obsesión de la humanidad. El pelo de Tycho Brahe. Esta situación, absurda por demás, dará lugar a la interesante conversación que ambos mantienen, mientras los agentes de seguridad del museo esperan “cazar” a los “intrusos”.
El argumento en sí, es una excusa, a mi forma de entender. Una excusa para crear un atractivo juego teatral, en el que diestramente el presente y el pasado se mezclan en el Todo revelador de la conclusión científica o filosófica que persigue el texto; en el que la pura acción teatral se alimenta de las proyecciones audiovisuales, en un proceso enriquecedor y poliédrico. Los hombres; el ser humano, desde su origen, ha buscado a Dios. Quizá, esta búsqueda haya generado el saber científico y sus distintas ramas. Los personajes de “Uraniburg” confrontan sus teorías. Sus métodos de trabajo. La teoría y la práctica. El pensamiento y la acción, en unos diálogos surrealistas, ingeniosos e hilarantes, que nos desvelan la tan conocida frase “Todos los caminos conducen a Roma”… Lo que ocurre es que, en este caso, Roma o Dios, no queda reflejado en mapa alguno. Por fin, y a pesar de la férrea seguridad del museo, Aspa Hall, conseguirá “el pelo” deseado y proseguirá su eterna búsqueda. “Uraniburg” es una interesante concepción teatral. Un interesante texto revestido de originalidad, destreza e histrionismo, en el que el trío actoral se desenvuelve cómodo en una complicidad constante y necesaria, con un público implicado en todo momento en la acción.
“Uraniburg” es la apuesta clara por el teatro que hace partícipe al espectador más reacio… En un arte tan hermoso como necesario.

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