Sud Aca Opina

Bosque

¿Será que como los árboles no dejan ver el bosque los estamos cortando todos, para, en definitiva no ver más que un paisaje degradado por la rigidez de juicios miopes? ¿Estaremos devastando la riqueza de la variedad para quedarnos en la aridez de hacer siempre lo mismo y cada vez con menos recursos? Los puristas, los eternos puristas que como en un balancín de opiniones, solo pueden estar arriba o abajo, pasar del blanco al negro sin considerar la infinidad de tonos grises como posibilidades intermedias que existen en todo ámbito del quehacer humano, circulan por ahí con sus motosierras argumentales para lograr que las manifestaciones artísticas retomen una supuesta pureza formal. Los de ortodoxia dura, sostienen por ejemplo, que en la narración oral lo único que importa es la oralidad, las palabras y solo las palabras, por lo que el narrador se convierte en un simple medio para que estas palabras sean escuchadas, y por lo mismo, debe pasar completamente desapercibido, prácticamente no existir en función del texto. Idealmente vestido de riguroso negro, sentado casi inmóvil sin gesticular y solo transmitiendo la palabra con las herramientas de tono, volumen, ritmo, cadencia y silencios que la oralidad permite. Al bosque de los múltiples estilos de narradores que podrían existir, les cortan todas las ramas de libertad donde quizás puedan anidar pajarillos de colores que atraigan más la atención del público hacia el mensaje. Es bien sabido que en toda buena narración debería existir una cierta dosis de enseñanza vital. ¿Para transmitir de manera efectiva no es necesaria primero una empatía? Tampoco se trata de valerse de un cúmulo de fuegos artificiales que hipnoticen al oyente y acallen el mensaje de la palabra pero nada debería estar prohibido a priori. Existe un estrecho vínculo entre quien entrega su arte y quien lo recibe, por lo que cualquier herramienta para mejorar este vínculo está permitida, siempre y cuando no desvirtúe o diluya el mensaje original. En la sociedad contemporánea el envase se ha transformado en un factor tan importante y muchas veces incluso tanto o más que el contenido. Lo que se entrega y como se entrega han pasado a ser una unidad indivisible. La experimentación continua alejada de todo dogma, es la que ha permitido al hombre ampliar su visión y comprensión del medio en el cual se desenvuelve. No permitamos que nada ni nadie desforeste de manera psicopática la amplia gama de posibilidades que toda actividad artística tiene a su disposición, eso sin considerar las muchas más que podría imaginar y concretar. Podemos los árboles con el criterio necesario para que crezcan con la mayor fuerza posible hasta el cielo y trepando por sus ramas, lleguemos a tocar el infinito de la imaginación constructiva. Permitámonos errores, a condición claro está, de que tengamos la voluntad de enmendarlos. No a los cuervos negros capaces de arrasar sin piedad todo el bosque. Si a los pajarillos de colores capaces de estimular toda nuestra imaginación creativa.

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